Otras graves epidemias que ha registrado la historia penquista
Historiador recuenta los brotes de viruela, sarampión, tifus y gripe AH1N1 desde 1790 a la fecha.
La propagación del coronavirus en pacientes de todo el mundo, con resultado de muerte en muchos casos, obligó a la Organización Mundial de la Salud a declarar el Covid-19 como una pandemia, que también llegó a la región del Biobío, con un caso inicial en Los Ángeles, al que luego se le sumaron contagios en las provincias de Concepción y Arauco.
Sin embargo, el temido coronavirus no es ni por cerca la primera epidemia que ha azotado a la zona, que desde tiempos de la colonia ha debido soportar distintos brotes de enfermedades, algunos de ellos con años de duración.
"Las epidemias han sido siempre un mal que aqueja a la sociedad humana y con la modernidad del siglo XVIII, si bien ya hubo avances en la medicina, la aglomeración de gente en ciudades y el aumento de la población produjo daños más grandes", explica el historiador Armando Cartes.
A nivel local, detalló, "hay un registro importante de una epidemia de viruela que se produjo en 1790, que en realidad duró cuatro años, partió en 1789 y afectó de Santiago hasta la Frontera, y provocó más o menos 1.900 muertos, que eran como un 20% de la población; además de otros 900 en Puchacay, que es la zona que corresponde hoy a Florida".
Aunque en ese tiempo no existía un organismo espacializado en la Salud, ni mucho menos algo como el actual Registro Civil, "los registros de esa pandemia existen en la parroquia El Sagrario, donde se puede constatar que todos los meses morían en promedio 10 personas, y en la época de la pandemia suben a 150, 300 y hasta 600 muertos. El episodio más grave duró más o menos seis meses", precisó Cartes.
Hace 200 años
Durante el siglo XIX, la situación no mejoró mucho más, de acuerdo a los registros de la época. "Hubo casos de epidemia, no solamente viruela, sino también la llamada sombrilla o sarampión. El tifus era frecuente, porque se produce en espacios poco higiénicos, y Concepción era una ciudad sin alcantarillado hasta avanzado el siglo XX, con lagunas, pajonales, húmeda; por lo tanto era muy frecuente que se produjeran brotes cada cierto tiempo".
Esos brotes no se limitaban a los sectores menos acomodados de la sociedad, sino que afectaban transversalmente a la población. Cartes destacó el caso de la familia del filántropo Pedro del Río Zañartu, quien dejó su herencia porque su señora e hijos fallecieron de difteria, en tres días seguidos en 1880.
En la época, habían hospitales muy precarios, y apenas un médico era destinado a la atención de la población más pobre. "Se imponían controles sanitarios, igual que ahora, para que la gente que venía del norte tuviese que hacer cuarentenas efectivas, de 40 días (...) y los barcos, que solían acarrear la fiebre tifoidea, quedaban generalmente en la isla Quiriquina, a la espera de poder llegar a Talcahuano".
Siglo xx
El panorama mejoró recién alcanzado el siglo XX cuando, ilustró Cartes, "poco a poco se fue asumiendo una actitud mas higienista y el Estado empezó a asumir responsabilidad directa a través de un Ministerio de Salud, que se creó en los años 20, y con él se estableció una política nacional de higiene, la vacunación obligatoria, instalación de alcantarillado, y eso fue reduciendo las epidemias".
De epidemias más recientes, como la gripe AH1N1, Cartes mencionó que existen muchos más registros, pero comparó con lo que se vivió en siglos anteriores, y señaló que "Chile es un país que tiene un sistema de Salud robusto y centralizado, con políticas claras, por lo tanto las epidemias no son lo que eran en el pasado".
"El tifus era frecuente porque Concepción era una ciudad sin alcantarillado hasta avanzado el siglo XX"
Armando Cartes,, historiador