Angélica Vásquez V.
No me pasó nada. Curiosa frasecita que he escuchado varias veces del mismo tipo de persona. Sucede místicas y místicos, que cuando se reúnen grupos, o en ciertas actividades se tocan también los temas sociales, siempre, siempre, la frase aquella viene luego de que alguien se autoproclama como una persona bacán, que aporta y que se convirtió en un súper hombre o súper mujer sin importar la complicada historia familiar que tuvieron o el barrio complicado en que vivieron o alguna otra circunstancia que a otros sí daño pero a "ellos" no. Saben lo que sigue ¿verdad? Resulta que siempre, siempre (sí, dos veces), lo dicen personas que son como las reverendas. ¡Cortenlá, po'! Son súper patudos. Un poquito de prudencia antes de arrojarse tanto título. Se reconocen porque son los prepos de los trabajos, los egoístas del trabajo en equipo. Los que ofenden y ningunean a destajo, los pesados de tomo y lomo. Los que confunden autoestima con invadir y avasallar sin pudor. Los que minimizan todo trabajo, proyecto o gestión de otra persona. Son los que ponen frases winners en redes sociales. Los que cotizan todo, hasta que se les dice el presupuesto, etcétera... No aportan nada pero ningunean a todos. Y ahí van adjudicándose mil méritos, diciendo que nada malo les pasó por cierta experiencia. ¿Cómo que no? Lo que pasó fue que siguieron siendo zombies. Eso fue, estimados. Entonces "ellos" nooo, no pueden ser los que nos dicten pauta. No les compre el cuento, de hecho, no les compre nada. Aperre con lo suyo y hágase a un lado de los bacanes de mentirita. Saque pecho, siéntase feliz de no entrar en ese grupo. Más seguridad interna, por ahí es la cosa... ¡dele no más... démosle no más! Arregle su calibración interna, con eso podrá detectarlos fácilmente. Si lo desea puede incluirlos en sus meditaciones pero con eso sería. De ahí... bueno, lo que le nazca, pero no se agote. Ni siquiera se lo agradecerán. ¿Capicci?