Angélica Vásquez V.
Siempre me han llamado la atención los infomerciales de TV. Sí, los mismos de los ¡llame ya! ¡llame ahora! Cuando hago zapping aparecen con las promos más increíbles. Es casi hipnótico. La sobreactuación del presentador es digna de un Oscar o algún premio kitsch que encaje con ese estilo. Imagínense, esponjas, trapeadores, sartenes... todo toma un tinte mágico. Dan ganas de llamar y decir: ¡deme dos! Porque si llamo rápido tendré la promoción del "sólo por hoy". Ese es el famoso impulso... el que nos hace actuar con reflejos automáticos y rápidos. Esa es la técnica y funciona, está bien hecha. Pero algo hemos avanzado, siempre hay alguien más vivo. Resulta que ya están las tiendas reales con todo lo que se ofrece en TV, aquí mismo en Concepción "Spring-field" (díganme que no tiene un sello parecido a la ciudad de los Simpson). ¿Y qué me pasa cuando veo las mismas cosas en vitrina, y baratas más encima? Obvio, ya no siento el impulso tan fuerte de tener esas cosas, o me doy cuenta que ya lo tengo, y lo que no es porque no lo ocuparía. Simple. Misterio resuelto. Fácil y bonito. Entonces trasladando estos impulsos instantáneos a la Vida misma, ahí la cosa cambia, es un arma de doble filo. Porque creemos que nos conocemos tan bien, que es asunto de respirar y resolver. Y no es más que otro engañito de la mente, haciéndonos actuar como gatitos regalones que sólo quieren comida rica a toda hora sin tener ni un poquito de hambre. Ese engañito puede funcionar bien un par de veces. Pero no es nuestro sentir y si nos pasamos la vida respondiendo solo impulsos. Tendremos un pobre conocimiento de nosotros mismos, de quienes somos y de lo que podemos dar. Si contaramos todas las veces que nos hemos metido en problemas o comenzamos discusiones, asumimos tareas y compromisos por impulso, la lista se alarga harto. Lo dije al comienzo, es hipnótico vivir así. ¡Despertemos del hechizo ya! Hágalo ahora... y aproveche la promoción de conocerse mejor y crecer internamente. Sin concurso ni sorteo. Si no le gusta, no habrá devolución de dinero, pero su Alma se lo agradecerá infinitamente. 100% garantizado ¡Sí señor!