Quinta Caviahue: un lugar para unirse y rescatar las tradiciones
El lugar es la casa de Juana Jara y está ubicado en Chiguayante, donde se reúnen las personas en torno a diversas actividades.
Juana Jara Marín, conocida como "Señora Juanita", es la dueña de un espacio que reúne a las personas y a la naturaleza y que se ha convertido en un oasis dentro de la comuna de Chiguayante. Se trata de la Quinta Caviahue, que si bien es el hogar de Juanita, se ha transformado también en un punto de encuentro.
Cuenta que el recinto comenzó siendo exclusivo para compartir con su familia, para luego servir igualmente para que se juntaran la gente de las agrupaciones a las que pertenece. "Debido a eso se creó una relación muy bonita con las personas. Todo fue gracias al boca a boca. Aquí quien desee me pregunta si es posible utilizar el espacio".
Lo que se encuentra la gente al entrar es un espacio rodeado de árboles, muchos de ellos nativos, y castaños de más de 200 años. Mucho de lo comestible que se sirve en las reuniones está hecho con los productos que nacen en la misma Quinta Caviahue.
"Nunca pensé la forma en la que esto iba a crecer. Vienen familias, hacen matrimonios, bautizos, cumpleaños, incluso pasantías, cursos o actividades. Todo se hace de día, porque este es un lugar residencial y se busca respetar a los vecinos", explica la propietaria. Eso sí, comenta que quienes viven colindantes disfrutan también sin problemas del mágico espacio rodeado de naturaleza.
Punto de reunión
Caviahue, justamente, significa punto de reunión en mapudungún, y es la mejor descripción para este lugar. Aquí, las actividades que se hacen son en su mayoría culturales, artísticas y gastronómicas. Música, eventos acompañados de comida tanto urbana como mapuche.
"La gente llama y pide que se organice algo aquí. Hay eventos de temporada, como las humitas, la Fiesta de las Castañas, o en mayo con productos del mar", cuenta, agregando que "los grupos que vienen son variados. Desde niños, adolescentes, adultos jóvenes y adultos mayores, como celebraciones familiares. Lo que pasa es que esto es muy familiar".
Asegura que el contacto con lo natural invita a desconectarse del mundo. La dueña dice ver cómo las personas comienzan a comunicarse, incluso si no se conocen. "No hay mesas individuales, entonces a veces deben compartir, pero nadie se hace problemas. Comen juntos y luego de conversar quedan de reunirse de nuevo. Esta interacción es algo escaso en el presente. Es gratificante ver cómo disfrutan".
Además, Juanita destaca el entusiasmo de las personas por desear pasar horas aquí, porque no solo se reúnen con otras personas, sino también con ellos mismos "dejando todos los problemas que tienen en el exterior y solo relajándose".
Respeta la naturaleza
Otro punto especial de este lugar de encuentro es el respeto que ha querido mantener Juana con la naturaleza. Aunque cuenta con un quincho y una terraza, aclaró que no ha modificado el espacio natural, lo que le da un aire rústico.
"La gente entra y no logran entender cómo este lugar, que es una casa en un sector residencial, se mantiene", comenta.
Aparte de respetar a los árboles que crecieron en el lugar, Juanita también ha dedicado sus esfuerzos en que lo que se utilice sea degradable, reutilizable o reciclable. "Por ejemplo, para los cumpleaños busqué tener cosas que fueran a degradarse, o que no sean desechables, como vasos de vidrio, platos y los cubiertos que usamos en las casas. O que no traigan globos, sino que usemos linternas de papel. Es difícil, pero vale la pena", explica.
Y está feliz con el rumbo que tomó la Quinta Caviahue, porque se siente realizada y que es un aporte a su comunidad.