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Conozca las "cunas" donde nacen los árboles del futuro

Bioforest es el centro de investigación que formó la empresa Arauco hace 30 años. Es en estas instalaciones donde se desarrolla investigación e innovación relacionado con la producción de semillas, su crecimiento y sustentabilidad.
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Amada Contreras

Bioforest es un lugar que mezcla la producción, los negocios, la investigación y la innovación. Se trata del centro de investigación y desarrollo científico de la empresa Arauco, donde, gracias a la ciencia, nacen los árboles que luego irán a formar parte de las hectáreas que la compañía maneja en Chile y el extranjero.

"Todo el material vegetal que Arauco planta en Chile, Argentina y en Brasil nace aquí, en estas instalaciones", dijo Yenny Lineros, ingeniera forestal de Bioforest.

Las acciones que allí desarrollan no sólo tienen que ver con mejorar la producción, sino que Bioforest también realiza investigación para asegurar la sustentabilidad y cuidado del medio ambiente. Es que es un centro de investigación científico tecnológico único en Sudamérica, que tiene como hogar la región del Biobío. Su objetivo es desarrollar tecnologías para aumentar la productividad del recurso forestal e industrial.

Una "maternidad"

Yenny Lineros explica que aquí se clonan semillas de pino, la especie con la que producen, por medio de una técnica llamada embriogénesis somática. Estas semillas maduran y luego son utilizadas.

Hace énfasis de que es un método distinto a los transgénicos. Este imita las condiciones naturales de los procesos de reproducción y desarrollo de la planta, pero lo hace de tal forma que son más eficientes.

"Nosotros no manipulamos el genoma de la planta como los transgénicos, no transferimos genes de otras plantas. En el caso de nuestros pinos, tomamos el polen y la flor femenina, y así fertilizamos", aclaró.

El objetivo final es que el árbol tenga características mejores, por ejemplo, que tengan un volumen (tamaño) mejor. Además, la especialista adelanta que se está pensando en un futuro funcionar de forma similar con las semillas de eucaliptus.

El ambiente dentro de donde se hace el proceso recuerda mucho a la zona de neonatología en un hospital, con un aire científico presente. Linderos comentó que se cuidan las condiciones de higiene para que las semillas están resguardadas.

Aquí todos están pendientes a diario del cuidado que se les da a lo que se podría definir como los bebés de pino.

"Son semillas de padres que están seleccionados por sus características, que los convierte en individuos de alto valor para la empresa. Son los mejores papás", sostiene.

Mientras esta semilla se encuentra en estado inmaduro es cuando se producen los clones por medio de la "embriogénesis somática". De este modo, en vez de producirse una sola semilla como ocurre normalmente, se generan miles.

"Cuando ya tenemos mucho tejido, es decir, muchas semillas, pasamos a la etapa de maduración. Observamos, y luego que crecen y generan las raíces, separamos a los pequeños pinos. Los dejamos en su propio espacio. Es en esta etapa en que los despachamos", sostiene la investigadora.

En cada etapa trabaja un equipo de personas diferente. Por medio de distintos procesos, se simula lo que una semilla viviría en la naturaleza, con la diferencia de que el procedimiento sea más eficiente, debido a que dentro de estas instalaciones es como si siempre fuera primavera o verano.

Esto dura entre 12 a 14 meses. Pero antes de ser despachados, se deben verificar y probar las características de la semilla. Aclara la ingeniera forestal que, de entre todos los clones, uno es evaluado en los huertos que tiene la empresa, mientras sus pares se conservan hasta que se verifiquen las características de la planta.

De este modo, explica, han logrado mejorar el uso del suelo, aumentado el tamaño de las plantas, e incluso han podido identificar hijos de pinos más resistentes a ciertas plagas. "Hacemos un proceso combinado de producir plantas e investigación, para tratar de mejorar cada etapa y proceso", asegura.

Una visión

"Bioforest inició hace treinta años con el objetivo de dar respuesta, en ese momento, a los problemas que podrían existir en el futuro", indica el gerente general de Bioforest, Eduardo Rodríguez. Las áreas en las que se define que trabaja son: silvicultura y genética, sanidad forestal, propiedades de la madera y manejo ecosistémico.

En la actualidad cuentan con 51 investigadores, altamente especializados y capacitados para cumplir sus funciones. "Aquí hacemos investigación e innovación sostenible para Arauco y si es posible, la compartimos, dependiendo del área", declara.

Una de las investigaciones que destaca Rodríguez trata sobre el agua que se identifica como un residuo resultante de los procesos que se hacen dentro de la celulosa.

El gerente mencionó que usaron el agua, que normalmente preocupaba a las personas del sector cuando había una fuga, y experimentando descubrieron que podía servir para regadío. Agregó que solo les falta avanzar en temas legales con la autoridad y organizar como hacerse cargo del agua.

También relacionado con los residuos, Bioforest realizó otra investigación, en conjunto con la Universidad de Concepción, donde evaluaron los residuos sólidos, descubriendo que esta sirve como abono para plantaciones.

"Esta pasta que obtenemos es madera y restos de químicos, pero resultaron ser un buen abono para las plantas", contó el ejecutivo, y aclaró que también se están resolviendo los aspectos legales con la autoridad para poder usarlo.

Bioforest también cuenta con área de investigación fitosanitaria, que entre sus tareas está el investigar los casos en que árboles mueren por algo, como una plaga u hongo.

A partir de esto, desarrollan estrategias para prevenir o manejar este tipo de situaciones que pueden afectar a los árboles. Por esto mismo, también se desarrolla investigación.

Uno de los logros de esta área fue que luego de un trabajo que duró tres años, lograron detectar el hongo que afectaba a las araucarias en Chile, el primer paso para poder encontrar una solución a este problema, y así asegurar la supervivencia de la araucaria.

Otro logro es el desarrollo de clones de un árbol híbrido de dos especies de eucalipto, todo esto luego de veinte años de investigación. Se trata de GloNi, o conocido igual como "súper euca", un árbol que reúne las mejores características de sus padres: Eucaliptus Globulus y del Eucaliptus Nitens. Estos le traspasaron al híbrido una tolerancia al frío y un crecimiento más fácil.

El resultado ayudaría a la producción y rentabilidad del suelo, debido a que del árbol se obtendría mucho más material para la industria.

Este conocimiento es uno de los que Bioforest va a compartir con pequeños y medianos propietarios forestales del país, con el fin de también fomentar a la madera, un material que tiene una huella de carbono menor que otros productos.

Sobre esto último, el gerente Eduardo Rodriguez recalcó uno de los últimos éxitos de Arauco: ser la primera compañía a nivel mundial en ser carbono neutrales.

"No existe una mejor máquina para captar el carbono en el aire que los árboles. Por esto, se declaró que Arauco va a ser carbono neutral porque tenemos comprobado que con las plantaciones capturamos el número de carbono que emitimos", declaró el gerente de Bioforest.

"Uno de nuestro objetivos siempre será el desarrollar innovación sustentable", concluyó.