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Los personajes

Cada verano se hacen notar en las arenas del popular balneario, ya sea ofreciendo sus productos para refrescar a los visitantes o cuidando la seguridad de los bañistas.
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El recién comenzado verano se ha hecho notar en la región con altas temperaturas que, incluso antes de iniciar la temporada, se dejaron sentir sin preámbulo en varios sectores de la región. Sin embargo, la región cuenta también con numerosas playas para capear el calor, y entre ellas se encuentra la siempre popular Playa Blanca.

El balneario coronelino es conocido por su amplia extensión y sus grandes olas, además de ser apta para el baño. Eso sí, también destaca por aquellas personas que, cada año, dicen presente entre los veraneantes no para tomar sol, sino para realizar su trabajo, sea ofreciendo refrescos a los visitantes o cuidando de que no haya inconvenientes a la hora de disfrutar del agua.

El rey del mote

Uno de los personajes imperdible en esta época es el vendedor de mote con huesillos. Se trata de Roberto Rodríguez, quien desde hace prácticamente nueve años se las arregla para complacer con sus productos a los miles de bañistas que, verano tras verano, se congregan en las arenas del sector para pasar un rato agradable.

Rodríguez se ubica con una pequeña mesa en la mitad de la playa. Con un quitasol, cajas varias y dos acompañantes, sale cada cinco minutos a dar vueltas y ofrecer su tradicional refresco con un grito característico. "¡Mote con huesillos, mote con huesillos, a mil pesos!", exclama ante la presencia de turistas que quedan "pegados" ante el apetitoso refrigerio.

A pesar de que aún no inicia el período de mayor demanda, de igual forma el hombre se la jugó por comenzar antes esta temporada. "Llevo nueve años aquí trabajando. Vendo tortillas y mote con huesillos todos los veranos, desde el 1 de enero hasta el 28 de febrero. Ahora me vine antes porque necesito dinero para mi familia. A veces está bueno, otras regular, pero como sea, al día siguiente se vende todo", detalla con convicción.

Por ello, asegura que todos los visitantes ya lo conocen. "Nosotros nos adelantamos en venir porque la gente nos pide guagüitas, mote, bebidas, pan amasados. Mi especialidad es el mote con huesillos. Todos los turistas me conocen y me llaman, me felicitan porque es muy rico lo que ofrezco. Me dicen el 'Rey del mote con Huesillo', es porque está muy bueno", confiesa.

"Para ganar platita hay que sufrirla un poco, trabajar de punta a punta. Quedamos con la piel quemada para poder sobrevivir y solventar a nuestras familias", comenta.

Comer junto al mar

Así como hay alternativas para el hambre o la sed a lo largo y ancho de la arena, también hay lugares para degustar unas buenas empanadas, como La Cabaña Restobar, local que lleva 11 años en la periferia de Playa Blanca.

Su dueña es Claudia Rivas, quien es tesorera de la Cámara de Comercio de Coronel y no escatima en decir que su espacio culinario es de lo mejor. "El balneario me ha dado todo lo que tengo ahora. El éxito se debe a que el local es hogareño, porque la gente se siente como en casa. La comida es muy rica y además tenemos una linda vista. La gente pide nuestras empanadas que son exquisitas", expresa.

No obstante, también se ha visto afectada por los efectos del estallido social. "Cuando pasó esto hubo una baja de ventas donde no abríamos, por miedo. Yo creo que ahora la gente quiere distraerse, se ha notado un cambio sustancial. Más que venir en pareja, las personas prefieren en familia", añade.

Paletas y quitasoles

En la playa siempre hay tiempo para distraerse, ya sea jugando a la pelota, a las paletas o construyendo castillos de arena. En ese sentido, Felicia Fernández se encarga de ofrecer todo tipo de artículos claves para que la estadía en el balneario sea lo más satisfactoria posible, principalmente quitasoles.

"Llevo nueve años concesionando este lugar en arriendo de elementos para que el turista pueda aprovechar al máximo este espacio", dice la mujer, quien recomienda 100% la playa. "Hay seguridad, salvavidas, carabineros. La gente tiene que venir solamente a disfrutar de un rato agradable, tras un año no muy bueno. Está bien custodiado. Yo ofrezco quitasoles, toallas, reposeras, sillas. Aunque sin duda el quitasol es lo que más piden", comenta.

Los guardianes

Por supuesto, la seguridad es un aspecto que no debe faltar en un sector tan concurrido y turístico. Por ello, los salvavidas han estado desde hace varios días listos y dispuestos para cualquier eventualidad.

Alex Fritz es uno de los nueve "guardianes de la bahía" que custodian Playa Blanca. Dice que, a pesar de que este período marcha todavía sin mayores contratiempos, tuvieron que adelantar la entrada de esta temporada.

"Hasta el momento ha estado tranquilo. Nosotros siempre partíamos el 15 de diciembre, pero esta vez nos adelantaron la temporada al 7. Es por el mismo tema del flujo de gente, porque la gente adelantó sus vacaciones", asegura.

Sobre lo que se necesita para ser parte del equipo de salvavidas, Fritz señala que "la mayoría de los chiquillos trabajan y con este trabajo se pagan los estudios. Siempre se les exige un examen teórico y un rescate, que lo toma la Armada de Chile, sobre todo para los nuevos que ingresan. Y tienen que saber de primeros auxilios", cierra.


que dan vida a


Playa Blanca