Galería Colo Colo funde lo antiguo y lo moderno
En el espacio comercial ubicado en calle Colo Colo, entre O'Higgins y Barros, conviven reparadoras y lavasecos con barberías y locales de hobbies.
Los pasillos de la galería Colo Colo, en la calle del mismo nombre, parecen una fiel representación del Concepción de antaño. Ubicada frente a Correos de Chile, entre O'Higgins y Barros Arana, en el espacio comercial conviven todo tipo de rubros, algunos con más años que otros.
Fresia Ayelef es encargada de una reponedora hace casi 7 años. A pesar de tener clientes que siempre vuelven, la crisis social ha significado una baja notoria en sus ventas. "Nosotros tenemos que seguir pagando arriendo, gastos comunes, el sueldo de los trabajadores, y con las ventas ha sido muy complicado. Nuestros precios son para todo público, ya que depende de la calidad del trabajo", explica.
La reparadora en sí, está vigente hace 18 años, por lo que los clientes, comenta, pasan de generación en generación. "Esto ocurre porque las mamás o abuelas traen a reparar cosas a nuestro local, y luego viene el hijo o nieto, entonces nos hacemos conocidos por la recomendación y por un tema familiar". Además de zapatos, también quienes necesiten pueden llevar chaquetas, carteras, todo lo que implique cuero.
Asimismo, Fresia comenta que las primeras semanas de contingencia fueron bastante críticas, ya que por la ubicación de la galería no podían abrir sus locales. "Aun así, esperemos que todo esto sea para mejor, ojalá que todo el sacrificio valga la pena y podamos conseguir cosas", señala la locataria.
En la galería también se encuentra el limpiaseco "Gala", que ofrece servicios desde hace muchos años, pero desde 2010 entrega una labor de limpieza a productos como cobertores, alfombras, cortinaje, zapatillas, vestidos de novia y toda clase de cueros.
Una de las vendedoras, que prefirió resguardar su nombre, comenta que la gente aún esta temerosa de ir al centro y pocos entran a las galerías.
"Los clientes y nosotros aún estamos con temor de que pase cualquier cosa. Esta es una calle que se ha visto bastante afectada, es por eso que la gente prefiere venir en las mañanas a hacer sus trámites".
Por lo mismo han debido modificar sus horarios, y actualmente abren a las diez de la mañana y cierran alrededor de las cinco de la tarde.
Juegos tradicionales
"Soletta", en la misma galería, desde hace tres años ofrece juegos tradicionales o desafíos de inteligencia al público penquista. La gracia es que el negocio se aleja de la tecnología y vuelve a una entretención clásica, la que los encargados del local no quieren que vaya quedando de lado. "A la gente le llama la atención porque no están acostumbrados a ver este tipo de locales", expresa Pablo Mansilla, dueño del negocio de "smart toys".
"Nuestra idea es llevar una alternativa distinta a los niños y jóvenes que hoy están casi todo el día metidos en el celular o computador. Nosotros vendemos juguetes de agilidad mental y apto para toda persona, de cualquier edad. Esto crea una relación súper bonita entre familiares, ya que el abuelo puede jugar perfectamente con su nieto, ese es nuestro objetivo", sostiene.
Lo mejor es que los precios están al alcance de todos y hay juegos desde los 2 mil a los 10 mil pesos. Por ejemplo, los tradicionales cubos Rubik cuestan $1.990. "Necesitamos que la gente vuelva a confiar en el centro ya que de esto vivimos. Es una alternativa económica y original para regalar en estas fechas", subraya Mansilla.