Mario Saavedra Ponss
Recuperándose y bajo estrictos controles médicos se encuentran Rodrigo Lagarini y Alejandro Torres, dos de los casos más conocidos de personas que resultaron con daño ocular producto de la acción de Carabineros en el marco del control que los uniformados realizaron durante las protestas y saqueos ocurridos en el Gran Concepción.
Mientras uno de ellos espera ser sometido a una intervención para recibir un implante y el otro continúa bajo constante observación por parte de los facultativos, ambos coinciden en que era necesario suspender el uso de balines por parte de los uniformados, tal como lo anunció el general director Mario Rozas.
Cabe recordar que, de acuerdo a los antecedentes proporcionados por la Seremi de Salud del Biobío, se han reportado 35 casos de afectados por daños en su visión tras recibir impactos de proyectiles.
Según manifestó Rodrigo Lagarini, estudiante de Pedagogía en Educación Física, "pese a este anuncio tengo desconfianza, es lo que queda luego de ser atacado de esta forma por ellos. Ya habían recibido la instrucción de moderar el uso de los balines y los siguieron ocupando. Con todo lo que ha pasado, no creo que frenen su actuar. En mi caso, yo perdí un ojo al recibir un disparo de una lacrimógena en el rostro y actualmente estoy a la espera de que me pongan una prótesis. Estoy en ese proceso, en el que me están midiendo el volumen de mi otro ojo para poder hacerla. Es una función estética, porque ya no recuperaré la visión de ese lado".
"Demasiado tarde"
Por su parte, Alejandro Torres, camarógrafo que recibió impactos de balines mientras cubría para un canal de televisión el saqueo de un supermercado en Chiguayante, confirmó que resultó con la pérdida de la visión de su ojo izquierdo. Ayer tuvo control médico en la Clínica Alemana, en Santiago, desde donde informó que "me está atendiendo un retinólogo y se está evaluando cómo baja la cantidad de sangre que aún hay en mi ojo. Sobre el tema de la visión eso ya está definido: la perdí".
Sobre el anuncio de Carabineros respecto a la suspensión del uso de balines, Alejandro expresó que "lamentablemente esa decisión llega demasiado tarde. Un estudio comprobó que sólo el 20% de esos proyectiles son de goma y el porcentaje restante es de plomo y otros materiales. Pienso que si lo hubieran frenado antes, ni yo ni las más de 200 personas que resultaron heridas, hubieran perdido la vista o sus ojos".
35 casos de personas afectadas por daños oculares se han registrado en la Región del Biobío.
22 de octubre, fue el día que el camarógrafo Alejandro Torres recibió un disparo.