Bomberos de Concepción: en alerta para servir a su ciudad
Jóvenes voluntarios relataron sus experiencias y cómo ha sido acudir a emergencias en las últimas cuatro semanas.
En los últimos 30 días los cuerpos de Bomberos de la provincia de Concepción han cumplido una compleja labor controlando emergencias, generadas en el marco de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales. Vital ha sido el trabajo de los jóvenes voluntarios.
Bastián Sharp es voluntario de la 2ª Compañía del Cuerpo de Bomberos penquista (Janequeo 370). Sobre cómo han sido estas últimas cuatro semanas, indicó que "hemos tenido constantes amagos de incendios y días críticos. Estuve unas dos semanas casi sin ir mi casa, porque no paraban de surgir emergencias".
Respecto a cómo sobrelleva trabajar y ser bombero voluntario, explicó que "me desempeño como ingeniero civil eléctrico y trabajo en proyectos con cumplimiento de metas, entonces he podido estar acuartelado, ya que puedo avanzar desde mi computador".
Agregó que "algunos compañeros piden permisos y otros tienen turnos que cumplen, para luego venir a apagar incendios y se van muy tarde, en las madrugadas, inclusive durmiendo muy pocas horas".
Consultado por las situaciones de riesgo que han tenido que enfrentar durante este último mes, Bastián sostuvo que "durante el incendio de la Gobernación Provincial nos vimos en medio de la línea de fuego entre manifestantes que tiraban piedras y las Fuerzas Especiales de Carabineros, que lanzaban bombas lacrimógenas, que evidentemente igual nos afectaban".
Añadió que "tratamos de pedir un cese a los ataques para poder actuar en la emergencia. Es algo complejo, porque a veces los mismos manifestantes nos impiden el paso".
vocación de servicio
Isidora Oteiza, en tanto, lleva menos de un año como voluntaria de la 1ª Compañía del Cuerpo de Bomberos de Concepción (José Hipólito Salas 347).
Sobre el motivo que la llevó a unirse a la compañía fundada el 13 de abril de 1883, Isidora sostuvo que "sentí esa necesidad de poder ayudar a las personas sin recibir nada a cambio. Vivo cerca del cuartel y una vez postulé para ser un aporte real para la comunidad. Estos meses han sido de mucho aprendizaje y es un gran cambio".
De su labor en medio de esta crisis, la joven, que está realizando un preuniversitario para a futuro ingresar a estudiar la carrera de Medicina, manifestó que "hemos estado alertas, porque no hay cabida a descuidos, tanto por nuestra seguridad como por el buen trabajo dentro de la emergencia".
Añadió que "también se siente más cansancio del normal, ya sea por el estrés colectivo o por el querer llegar rápidamente a los lugares".
Respecto a las principales dificultades para cumplir con sus deberes en medio de los numerosos enfrentamientos, recalcó que "a veces nos encontramos trabajando entre bombas lacrimógenas, piedras volando y personas que nos limitan la entrada a los incendios, ya que pretenden que se quemen las estructuras, tal como ocurrió en la Gobernación Provincial".
"No hay cabida a descuidos, tanto por nuestra seguridad como el control de la emergencia".
Isidora Oteiza, voluntaria