Angélica Vásquez V.
Creo que el aporte de cada uno es tan importante... siempre, en cada cosa, en cada acto, son tantas nuestras historias, es tan larga nuestra vida y tan ligero todo. Tanto que hay que vivir para llegar a decir ¡basta! no estoy bien y mis hermanos tampoco. Y con esto me refiero al todo, a la vida individual y a este movimiento social de nuestro país. Lo comentaba en radio la semana pasada. Concepción es nacimiento, donde se crea y se deja partir, y eso nos capacita para muchas cosas. El poder de creación, y la fragilidad de quienes somos se mezcla sin avisarnos. Por eso la confusión y pena en tantos hermanos. Cansancio sin causa aparente, malestares físicos, insomnios, pesadillas, etc. Pero reconocen esos malestares ¿verdad? Nos pasó cuando vivimos un duelo, una ruptura amorosa, el terremoto, cesantía, problemas en la familia. Son esos síntomas de cambios verdaderos y reales. Se recuperaron de esa ruptura ¿verdad? ¿Aceptaron ese duelo? ¿Se reconciliaron familiarmente? Háganlo, hagámoslo, sanamos, cerramos el ciclo y seguimos. Prendí la tele después de días, viendo "Toy Story" luego de escuchar mis audios, ir al negocio y ordenar la casa, por cierto. Es divertido cuando creen que "opción" más zen o espiritual te excluye de cosas terrenales. Bueno, ese es otro tema. Mientras tanto sólo les puedo decir... ¡Confíen! Estas energías cósmicas que nos han sacudido venían avisándonos hace tiempo, y con la mano en el corazón, lo sabíamos, ya lo habíamos percibido. No se nos da nada para lo que no estemos preparados. El cambio y despertar fue interno, el acomodo de este nuevo traje o conciencia es lo que está desordenado. Confíen, todo será distinto ahora. ¡Vamos que se puede! ¡Querer es poder! Y mientras tanto aplíquese con silencio, meditación, caminatas, hidratación, descanso y todo el nanai cósmico permitido.