Equipo de trasplante remarcó la importancia de ser donante
El médico Franco Inoccenti, jefe de la Unidad de Trasplante de Sanatorio Alemán, se refiere a las características que la hacen única, además de las dificultades que tuvieron para echarla a andar hace más de una década.
Contrario a lo que se pudiera creer, el 95% de los pacientes trasplantados en el Sanatorio Alemán provienen del sistema público de Salud (Fonasa), pero para llegar a eso, hubo que recorrer un largo camino.
"La unidad de trasplante apareció mucho antes como concepto que como realidad aquí en la clínica", relató el doctor Franco Inoccenti Castro, quien ha estado a su cargo desde los inicios, durante la década pasada.
El especialista contó que, entre 2005 y 2009 "íbamos a reuniones al Ministerio y con las autoridades locales, pero fue muy difícil, a pesar de que en Santiago son sólo instituciones privadas las que hacen los trasplantes, excepto el Hospital Calvo Mackenna".
No fue sino hasta 2010 que se pudo concretar el anhelo de tener una unidad propiamente tal. "Había un niño de 8 años en el Hospital Higueras, que hizo una hepatitis fulminante y que no se podía trasladar a Santiago, porque tenía una complicación, que era edema cerebral".
Ante la petición de las propias autoridades de la época, Inoccenti tomó el desafío de hacer el trasplante. "Le dije que sí, pero que necesitábamos un compromiso de hacer convenio de Fonasa", dijo.
Equipo afiatado
Desde entonces a la fecha, se han completado 36 intervenciones de este tipo. "En algunos años fue productiva, otros años más lenta, por distintos temas, falta de donantes, dificultades económicas de la clínica en 2014, pero a partir de 2015 en adelante hemos tenido una actividad sostenida, entre cuatro y diez trasplantes al año", detalló.
El equipo que lidera está conformado por entre 30 a 35 profesionales de distintas áreas y en quienes el doctor tiene plena confianza, cuestión clave en la labor que realizan.
"Para hacer las cirugías necesitábamos un equipo muy bien entrenado y dedicado, y sobre todo, para que funcione, es un grupo muy humano primero", detalló.
Sobre el perfil de los profesionales, Inoccenti afirmó que "tiene que ser una persona con un interés superior, que trabaje en equipo, y cuyo fin último sea el paciente".
El especialista y su equipo de trabajo, se ha ido cohesionando como unidad a lo largo de los años, con la llegada de nuevos integrantes.
Tuvo una formación en Estados Unidos y un breve paso de cinco años por la capital, "pero yo soy de Concepción, mi familia también y yo siempre quise volver, aunque sabía que el paso que había que dar era más grande, y efectivamente lo fue".
Datos locales
Como unidad, que ha recibido importantes reconocimientos del gremio médico, existen diferencias con otros centros, todos capitalinos. "Nuestra proporción de urgencias, o sea pacientes con más mal pronóstico, es de casi un 40%, y la mayoría de los programas es de un 15%, por lo tanto esa es una carga que nos afecta en los resultados. Además, el 95% de nuestros pacientes trasplantados en el Sanatorio son del sistema público".
Según explicó, del 2% de los potenciales donantes, sólo un 1% se transforma en donante. "Lo más importante es que la familia sepa cuál es la postura de uno, porque la donación es un acto voluntario, libre y gratuito".
Reconoce que la labor que realizan es desgastante, "esto estira al máximo tu alma, te pone a prueba, y te cansa física y sicológicamente".
Con los pacientes se desarrollan estrechos vínculos, como con Ignacio, el primero de ellos. "Hay una unión, hasta el día de hoy, que está terminando el colegio".