Alfonso Levet G.
Tras la ocurrencia de una cincuentena de casos de gastroenteritis registrados entre alumnos y funcionarios de un colegio en Chiguayante, las miradas apuntaron al almacenamiento de agua potable en un estanque que se halla al interior del establecimiento.
En la oportunidad, el seremi de Salud del Biobío, Héctor Muñoz, señaló que los límites de cloro presentes en el agua estaban apenas sobre el límite mínimo que establece la normativa.
Sin embargo, la presencia de este tipo de estanques en algunos recintos, mayormente edificios, no sólo es frecuente, sino también necesaria para el normal funcionamiento al interior de los domicilios.
El director de la carrera de Construcción de la sede Inacap Concepción-Talcahuano, Raúl Arriagada, señaló que "la principal ventaja de los estanques es el almacenamiento, y la segunda es que los sistemas garantizan que el agua llegue a la presión mínima establecida por la norma".
Arriagada detalló que, en algunos casos, la misma presión permite la llegada hasta los estanques, ubicados en la parte superior. "La misma gravedad hace que el agua baje, así que no se necesita bomba, pero sí se le inyecta aire", explicó.
El docente señaló que existe otro tipo de sistema, en el que se ubica una sala de bombas en el primer nivel de los edificios.
"Por norma, el agua no puede conectarse directamente a la bomba, sino que pasa por un primer estanque, y desde ahí se impulsa hacia arriba", precisó el académico. Entre los inconvenientes, dijo Arriagada, está la necesidad de mantención de los equipos, para evitar fallas y la limpieza del vital elemento.
Responsabilidades
Esa, precisamente, habría sido la causa del problema del estanque en la escuela chiguayantina.
Desde Essbío se explicó que "la calidad del agua potable de la comuna estaba cumpliendo al 100% en todos los parámetros y, respecto a este caso puntual (Chiguayante), y tal como lo indicó el Seremi de Salud, la causa radicaba en el agua acumulada en el estanque interior de este establecimiento, que no es parte de la red de suministro de Essbio".
Además, desde la sanitaria se explicó que "la normativa establece que el límite de responsabilidad de las empresas sanitarias incluye las redes públicas de agua potable, el arranque domiciliario hasta la llave de paso ubicada inmediatamente después del medidor (...) señala la Siss (Superintendencia de Servicios Sanitarios), es de responsabilidad del cliente las instalaciones interiores, diseñadas y construidas para abastecer de agua potable a la propiedad".
Fiscalizaciones
Sobre la fiscalizaciones de los estanques, la realidad es similar a la de los ascensores, es decir, que no hay una cifra oficial y específica sobre cuántos hay, ni se fiscalizan de manera regular.
Desde la seremi de Salud del Biobío, informaron que "fiscalizamos un estanque solo en función de una denuncia que se produzca por problema sanitario. Si es por presión fiscaliza la Siss".
Ante una denuncia de contaminación, desde la Autoridad Sanitaria se dijo que "se verifica la hermeticidad del estanque. Sí existe algún elemento o sustancia que esté generando el problema sanitario, así como el sistema de impulsión".
"Los sistemas garantizan que el agua llegue a la presión mínima establecida por la norma".
Raúl Arriagada, director Construcción Inacap