Pastores revelan los dramas que sufren sus barrios
La Estrella conversó con religiosos de San Pedro de La Paz, Talcahuano y Concepción, quienes se refirieron a la drogadicción, delincuencia y la falta de oportunidades.
Como un barómetro de la realidad social de los barrios pueden ser considerados los pastores evangélicos y pentecostales, que promulgan la fe en distintos sectores conociendo las problemáticas que aquejan a las comunidades. De cuáles son las complicaciones más frecuentes de la sociedad y cómo han ido cambiando con el transcurrir del tiempo conversó La Estrella con religiosos de San Pedro de la Paz, Talcahuano y Concepción.
José Cariaga lleva más de cuarenta años radicado en Michaihue y predica en la iglesia Misión Evangélica Día de Sanidad. "La drogadicción y el alcoholismo es lo más fuerte", aseguró. "Hay mucha gente metida en eso y es algo que lamentablemente va en aumento, especialmente en la juventud", explicó.
Añadió que "hay muchas personas afligidas solicitando ayuda o comida. Hay necesidades y uno aporta con alimentos y canastas familiares, porque el dinero es fomentar el vicio. A veces igual a uno le quiebran el corazón y le das algo de plata".
Consultado por las dificultades de enseñar el evangelio, el pastor Cariaga sostuvo que "la gente antes asistía de manera más regular, pero ahora es menos constante. Los jóvenes actuales están más liberales y no participan de la iglesia. Nosotros estamos para guiar a la gente por el buen camino y hemos podido hacerlo muchas veces".
En el puerto
Arriba de su bicicleta, el pastor Manuel Barra es característico en el sector de San Vicente, tras décadas dirigiendo la Iglesia Pentecostal de Chile.
De los dramas que viven en el puerto, el religioso apuntó que "acá una problemática frecuente es la delincuencia, que es algo que nos está sobrepasando como sociedad. Nosotros mismos hemos sido víctimas de robos en varias ocasiones y también hay personas que sufren asaltos cuando vienen al culto".
Agregó que "mucha gente acude a nosotros huyendo del alcohol o drogas. Dios los transforma en una nueva creatura útil a la sociedad y se pueden ver cambios maravillosos".
De los cambios en San Vicente, analizó que "antes había realmente mucha pobreza y hay otros sistemas de vida. Este mismo templo ha crecido mucho con trabajo. Uno trata de ayudar a la gente y son cientos los casos en que la palabra del Dios les permite salir adelante de enfermedades y otros problemas".
Rehabilitación
Uno de los pastores que dedica su labor a rehabilitar personas ligadas a la delincuencia es Fernando Tardón, quien maneja el Centro Evangelístico Regional de Concepción en Villa Nonguén.
En dicha casa de acogida, el religioso alberga a varios ex presidiarios, que buscan rehacer sus vidas de forma honesta. Sobre la problemática más vigente en su comunidad, Tardón expuso que "vemos la realidad que a nadie le gusta ver y ahora hay muchos jóvenes insertos en la delincuencia, pero la sociedad tampoco hace mucho por ellos. Al salir de la cárcel quedan en la calle, donde están los mismos peligros que los llevaron a delinquir, como la droga, que está en todas partes".
Añadió que "acá llegan personas destrozadas por una vida, ya que provienen de realidades muy duras sin estudios. Solo pasan el día a día y eso duele".
Respecto a la reinserción social, el pastor apuntó que "tenemos muchos que han logrado hacer su vida por medio del evangelio y por eso seguimos adelante. Lamentablemente el que sale de la cárcel carece de oportunidades para cambiar, porque no encuentran trabajo por sus antecedentes. En ese sentido hay poca solidaridad y es un tema que vemos a diario con nuestros muchachos".