La economía colaborativa que propone "Color Local" en Conce
Melissa y Macarena son las dueñas de este emporio, que aliado con productores locales, ofrece verduras, frutas y otros productos de la mejor calidad de la zona.
Como el recuerdo de esa cocina del pasado, tradicional y llena de vida. Ese es el sentimiento que entrega Color Local, negocio donde te recibe el aroma a frescura y vida. Este emprendimiento es de dos mujeres del Gran Concepción: Melissa Torres y Macarena Zambrano.
Ubicado en Rengo con Víctor Lamas, el espacio de abastecimiento es una opción para quienes desean encontrar comida fresca de origen local.
"Aquí lo que estamos proponiendo es la oferta continua de productos locales, de forma limpia y amigable con el ambiente", cuenta Melissa.
Para prometer esto, el emporio de Color Local funciona mediante economía colaborativa. Esto significa estar aliadas con diferentes productores de la zona, quienes durante la semana venden sus productos a en el local, para luego estos queden al servicio de los clientes.
Red Local
Las creadoras definen a Color Local como una plataforma de comercialización. Detrás de la tienda existe una red de productores locales, y como consecuencia garantizan que el 80% de los productos no son de más de 100 kilómetros a la redonda, particularmente de comunas como Hualqui, Santa Juana, Cordillera de Nahuelbuta, Carampangue, Laraquete y Quillón, entre otros.
"Aquí todo es de la zona y de temporada, lo que puede asegurar que es de producción limpia. Además de tratarse en muchos casos de productores pequeños, por lo tanto son más amables con el ambiente", explica Melissa, quien agrega que el objetivo también es acortar la brecha entre el productor y quien consume.
Para lograr esto, están en constante conversación con quienes los abastecen de verduras, frutas y otros productos manufacturados. El trabajo en terreno hizo posible que el boca a boca fuera posible, llegando más familias campesinas a querer ser parte de este proyecto.
"La idea es disminuir pasos. Cuando algo viene de más lejos no sabes por cuáles procesos sociales y técnicos pasó. Aquí solo existe un paso que somos nosotras servimos de puente de este tipo de producción local", añadió.
Tres años y medio lleva este lugar, teniendo entre sus ejes la soberanía alimentaria, un ideal que apela a que las personas tengan derecho a decidir qué comer, y así no permitir que se les impongan alimentos.
Ideales que han significado un gran esfuerzo de ambas dueñas.
"Ninguna de las dos sabía de negocios. Hemos aprendido en el proceso. Nuestro mayor desafío ha sido lograr que el negocio sea sostenible con el paso del tiempo", cuenta la emprendedora.
Su Valor
Y los esfuerzos han tenido frutos. Melissa asegura que ha visto al negocio crecer y transformarse en un punto de distribución que empieza a ser valorado por el resto.
"Muchos al entrar dicen que les recuerda a esa cocina de la abuela, y creo que a eso vamos también, tratando de rescatar lo tradiciones", expresa.
Además de la frescura de sus productos, Melissa declara que la atención es algo que también los clientes agradecen, siendo más personal y cercana.
"Pienso que la gente extraña eso. Aquí mientras compran conversamos, es todo más humano. Se ha perdido mucho la importancia del detalle por la rapidez que ahora se exige", comenta.
Aparte de ofrecer el producto, Color Local igual es un lugar donde las personas pueden educarse respecto a formas de alimentarse. En ese sentido, sus dueñas han podido adaptar la tienda para que especialistas entreguen talleres de alimentación consciente y manufactura a quienes acuden al lugar.
"Muchas de las personas que vienen, por necesidades alimentarias especiales o por enfermedades. La gente entra aquí y pereciera que se ponen más felices, pero es que todo está fresco, aún con vida", concluye.
Esa necesidad de alimentarse bien, libre de químicos o por diversas patologías alimentarias ha hecho que Color Local se alce como una buena alternativa de consumo, sin pesticidas y con productos de temporada. Así como también un lugar particular para las futuras mamás, que desean alimentarse correctamente o, en su defecto, de igual modo a sus hijos.
"Aquí mientras compran conversamos, es todo más humano. Se ha perdido mucho la importancia del detalle por la rapidez que ahora se exige",
Melissa Torres