Conozca al nuevo penquista que se tatuó hasta sus ojos
A pesar de su intimidante aspecto físico, el "Calaka" se define como una persona tranquila y de bajo perfil.
Según el dicho "las apariencias engañan". Puede parecer rudo e intimidante, pero lo cierto es que Eduardo "Calaka" Pizarro es de personalidad tranquila y relajada. Desde pequeño siempre le llamó la atención el mundo del tatuaje y estaba decidido a tomar ese camino. Nunca esperó que llegaría tan lejos respecto a su cuerpo. "Fue algo paulatino, ni siquiera me di cuenta, lo hacía por gusto y no lo pensaba, pero es mi estilo y no me arrepiento", declara el artista.
Sus ojos es lo que más llama la atención de la gente, incluso más que su rostro. En 2015 lo contactó un reconocido modificador corporal venezolano, Emilio González, quien le ofreció al Calaka ser el primer chileno en tatuarse los ojos. "Mis amigos me cuestionaban preguntándome si estaba realmente seguro y me hicieron dudar. Pero llegó el día y decidí hacerlo", reconoce. "No me dolió tanto, tengo harto aguante. Donde más me dolió es la nariz".
Tiempo después, el tatuador se hizo popular rápidamente. Al ser de bajo perfil no esperó que en los eventos lo reconocieran: "Me daba lata porque yo no conocía a nadie, pero ellos a mí sí", dice.
Con tan solo 23 años recién cumplidos, viajó desde su pueblo natal, Cabildo, de la Quinta Región, a la ciudad penquista en donde busca radicarse. Tanto creció su popularidad que conoció a la "mujer vampiro" y tuvo la oportunidad de conversar a través de redes sociales con Rick Genest, artista conocido como el "zombie boy" original, quien falleció en 2018.
Tiene tantos tatuajes en su cuerpo que asumió ya perder la cuenta. "Hasta hace 3 años tenía 100, ahora no tengo idea, me hago 1 ó 2 todos los meses", expresa. El último tatuaje que se hizo fue en la frente en honor a su hijo.
A pesar de estar cubierto y tener una apariencia "ruda", a Eduardo le impresiona que las personas le pidan fotos y lo apoyen en su decisión: "A veces los niños o las viejitas miran raro, pero en general me tiran tallas y me preguntan cosas. Si viera a alguien como yo también me asustaría", bromea.
Artistas como Marilyn Manson siempre llamaron su atención. Si bien admitió no tener un ídolo, admira a tatuadores como Ami James y Megan Massacre, pero por sobre todo a su compañero Cristoffer "Tito" Hernández, con quien lleva un par de años trabajando: "Él es mi mentor", expresa.
Ya lleva 5 años en el rubro y desea viajar para conocer las distintas culturas en otros países. Tuvo la oportunidad de viajar a Venezuela y conocer varios exponentes. "Para mí esto era un hobby, nunca imaginé que se iba a transformar en mi trabajo", explica. Su primer tatuaje fue a los 13 años y desde ese momento supo que era lo suyo.
Salto a conce
Y como en todo trabajo, este cabildano reconoció que hubo una época en donde se cuestionó seguir el rumbo del tatuaje. La frustración y la duda hicieron que el artista vacilara en su labor, pero gracias a la constancia y la perseverancia , salió adelante.
Pero Calaka no está solo. Viene de una familia pequeña conformada por su madre y su hermano, quienes lo apoyan en todo. Además, habla de su hijo de 5 años, con quien tiene una relación muy cercana. A pesar de vivir lejos siempre se mantienen en contacto.
Su apariencia nunca fue un problema para ellos. El artista reconoce que siempre supieron explicarle al pequeño y para él es totalmente normal: "Siempre que ve a una calavera se acuerda de mi", dice entre risas.
Comic Art Tattoo fest
Hace un tiempo que el artista pertenece a "Big Family Tattoo", local que se ubica en el edificio Amanecer con ya casi 4 años de trayectoria, en donde trabaja con reconocidos artistas como Ítalo Gonzáles y "Tito" Hernández.
Este último es quien organiza la Comic Art Tattoo Fest, evento que se realizará el 29 y 30 de junio en el Hotel Dorado, desde las 11 hasta las 20 horas. El objetivo es que la actividad sea familiar y reúna a la mayor cantidad de expositores, ya sea tatuajes, cosplay, música en vivo y batallas de estilo libre. La entrada cuesta mil pesos. "Queremos abarcar mucho público de diferentes gustos, así la gente podrá interiorizarse en este mundo", expresa Calaka.
"No me dolió tanto, tengo harto aguante. Donde más me dolió es la nariz"
Eduardo "Calaka" Padilla, tatuador.