Prueban ultrasonido para ahuyentar lobos marinos
La protección de la especie dificulta el alejarlos de las zonas de trabajo de los pescadores artesanales. Desde Codeff cuestionaron la técnica.
Como un éxito fueron calificadas las pruebas de disuasión del lobo marino, que se realizaron con equipos de ultrasonido a bordo de dos embarcaciones, con financiamiento de la Subsecretaría de Pesca, como parte de un plan que cuenta con un presupuesto de $140 millones.
Las ondas de ultrasonido emitidas por los equipos fueron amplificadas mediantes un parlante submarino, que fue instalado en una lancha y en un bote de 9 metros.
"En ambos casos se pudo verificar que, tras encender los equipos, los lobos marinos se alejaron del arte de pesca, lo que fue considerado un éxito en las primeras pruebas de campo", señaló Ricardo Radebach, profesional del Fondo de Administración Pesquero de la Subpesca.
Durante la primera prueba, realizada en Coquimbo y monitoreada con un dron, el equipo fue utilizado a 15 metros de distancia y se pudo comprobar que los lobos marinos se alejaron del lugar.
Estos mamíferos son una especie protegida, y provocan complicaciones cotidianas al rubro de la pesca artesanal, sin que los pescadores puedan hacer mucho al respecto.
Así lo corroboró Melchor Celedón, presidente de la Mesa de la Pesca Artesanal de Lebu, quien precisó que "los lobos destruyen los materiales de pesca, como redes y espineles, y también se comen la pesca en sí".
Conscientes de ello, los pescadores buscan alternativas para mantenerlos a distancia. "Hay que ahuyentarlos con alguna técnica que no represente riesgo", contó Celedón, por lo que sería importante tener una nueva manera de alejarlos.
Precisó que "para la temporada de la jibia es muy complejo, porque se hace pulso. Un lobo de 300 a 400 kilos pega un tirón y es peligroso incluso para la integridad física de los trabajadores de la pesca".
Jorge Escobar, presidente de los pescadores artesanales de caleta Lenga, señaló que en el caso de sus asociados, que son mariscadores, "saben que el hábitat es de los lobos, uno es el que entra a su casa". Sin embargo, reconoció que "sí molesta a los pescadores de sierra o cabrilla".
Cuestionamientos
Quienes no están tan seguros del uso de los equipos de ultrasonido son quienes conforman el Comité Pro Defensa de la Flora y Fauna (Codeff).
Su presidente, Luciano Pérez, planteó la interrogante acerca de qué tan documentados están los efectos del ultrasonido. "Hay autores que condenan esos sistemas porque dicen que la distancia a la que llega es mayor a la que se estima, el radio es alto y el daño, estrés, desorientación que puede generar a las especies, no está estudiado".
Pérez añadió que "el agua se sabe que transmite a grandes distancias los sonidos y no discrimina las especies".
"Si (el sistema) tiene todo fundamentado es fantástico, pero queda un margen de duda importante, no creo que exista el nivel de certeza que garantice que no va a haber daños colaterales a otras especies", argumentó.
140 millones de pesos destinó Subpesca para probar el sistema de los parlantes de ultrasonido.