Leo Riquelme
Xavier Barrios trabajaba en el Casino de Viña del Mar en 2010. Su función consistía en hacer el recuento operativo de las máquinas, pero ese año decidió que quería estudiar Pedagogía General Básica y se matriculó en la Universidad de Playa Ancha. Combinó trabajo y estudio hasta 2014, se tituló en 2015 y hoy es profesor del colegio Sagrados Corazones de la Ciudad Jardín. Este oriundo de Rancagua es una de las 1.079.200 personas que están ocupadas como profesionales actualmente, la categoría que más ha crecido en la última década en el país, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Una revisión a la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) arroja que entre los trimestres móviles enero-marzo de 2010 y 2019 los ocupados como "profesionales, científicos o intelectuales" subieron un 67,68%. Hace nueve años representaban el 9,95% del total de trabajadores y hoy llegan al 12,73%, lapso en que pasaron de ser la quinta a la cuarta categoría con mayor captación de empleados, desplazando de ese puesto a los "técnicos y profesionales de nivel medio".
"Cambió mucho mi vida desde que me titulé. Cambió en las ganas de trabajar, en la motivación de ir a la pega y mejoró considerablemente en el sueldo también", contó Barrios.
Para el gerente general de Laborum.com, Sebastián Echeverría, el alza que refleja la ENE es el resultado de factores como el incremento sostenido de la población, las mayores opciones de acceso a instituciones de educación superior y a la llegada de migrantes más ilustrados.
Por encima de los "profesionales" aún están categorías como los "trabajadores no calificados" (que representan el 22,65% del total), los "trabajadores de los servicios y vendedores de comercios y mercados" (15,27%) y los "oficiales, operarios y artesanos de artes mecánicas y de otros oficios" (13,51%). Estas crecieron en la década un 4,69%, 21,71% y 19,96%, respectivamente.
Valentina Ciriotto, docente de la Facultad de Economía y Negocios de la U. San Sebastián, plantea que el incremento de casi el 68% de los profesionales es el reflejo de "una economía diferente a la de décadas anteriores, porque las exigencias del mercado laboral son más altas". Y aunque reconoce que las condiciones laborales de este segmento han mejorado en esta década, advierte que una parte importante tiene aún un empleo precario, sin contratos ni previsión social.
"Para el futuro podemos esperar que la ocupación profesional vaya creciendo en el tiempo, sin embargo, podría llegar un punto donde el exceso de profesionales hará bajar los sueldos y lo que hará falta serán trabajadores no calificados y operarios. Esto podría llevar a un aumento del desempleo de los trabajadores profesionales", alerta.
Echeverría tiene una visión distinta. Afirma que el avance de las tecnologías y el proceso de transformación digital han generado nuevos empleos en áreas como ingeniería, programación, diseñadores de plataformas tecnológicas, entre otras, que tienen mayor demanda y diversifican el mercado de profesionales respecto a las carreras convencionales. "Creemos que lo importante, sin importar la carrera en la que se está desarrollando una persona, es que, para que pueda contar con empleos de calidad y mejores remuneraciones siempre esté en constantes especializaciones a través de cursos y capacitaciones. Si bien esto no asegura un puesto o una mejor posibilidad de empleo, abre más puertas y posibilidades", afirma.
Barrios lo tiene claro: "Quiero hacer un magíster porque en mi pega tengo que estar constantemente estudiando y porque me gustaría formar profesores. Es que me gustaría trabajar en la universidad en el futuro y ganar más, y estudiando es la única forma de ir mejorando en esto".
"Para el futuro podemos esperar que la ocupación profesional vaya creciendo en el tiempo".
Valentina Ciriotto, docente de la Facultad de Economía y Negocios de la U. San Sebastián
