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La Cruz de Mayo: la tradición que se niega a desaparecer

La Corporación Cultural de San Pedro de la Paz se ha preocupado de rescatar aquel festejo a través de procesiones, investigación, actividades escolares, testimonios audiovisuales y el registro de su famosa melodía.
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Redacción

"Aquí anda la Cruz de Mayo visitando a sus devotos con un cabito de vela y un cantarito de mosto. Si lo tiene no lo niegue no sirva de algún daño para darle la limosna a la Santa Cruz de Mayo". Más de alguno reconocerá estos versos que tradicionalmente se escuchaban en los campos chilenos y en algunos barrios de Concepción. Y es que se trata de una tradición que se ha arraigado en la cultura nacional, pero que hoy lucha por sobrevivir ante la arremetida de los celulares, las redes sociales y los videojuegos.

Hoy la Cruz de Mayo se asocia a las tradiciones campesinas que unen el folclor con la religiosidad, tal como sucede con la Noche de San Juan y la Procesión del Angelito. Si bien la manera en que se celebra ha ido variando con los siglos, para los chilenos de la zona central es sinónimo de una llamativa procesión al son del canto típico, donde se presenta una cruz bellamente adornada por los fieles, quienes al detenerse en cada estación amenizan entre bailes de cueca, valses y correteados.

Al pasar por las casas se piden víveres o monedas, que luego son repartidas entre los participantes. Para los generosos habrá bendiciones y agradecimientos; mientras que los tacaños reciben versos de repudio. Muchos ya estarán viendo la similitud con Halloween. Sin embargo, la tradición de la Cruz de Mayo le antecede por muchos siglos, adaptando las particularidades de cada comunidad y territorio; tal como sucedió en Chile desde tiempos de la Conquista.

San Pedro de la Paz es una de las comunas donde se mantiene viva esta tradición. Durante la última década, la Corporación Cultural ha realizado procesiones y encuentros con la comunidad, incluyendo a juntas de vecinos, adultos mayores y alumnos de escuelas y liceos municipales. El jueves 2 de mayo realizarán una procesión desde la Casa de la Cultura hasta el bandejón central frente al supermercado Santa Isabel de calle Michimalonco, donde habrá un pie de cueca para luego regresar a la sede del Parque Laguna Grande para un festejo con gastronomía criolla y música folclórica.

Pero eso no es todo, puesto que, en los días previos a la celebración, la Corporación hizo una serie de clips documentales con la historia de la Cruz de Mayo incluyendo el testimonio de adultos mayores. El viernes además se invitó a escolares para que hagan manualidades para adornar la cruz, a lo cual se suma la grabación en estudio de la canción tradicional.

Aquel registro fue realizado por el folclorista e investigador Luis Flores, director del grupo Antihuen, quien ha sido uno de los promotores de la Cruz de Mayo en San Pedro de la Paz.

"En los campos se celebraba con grandes encuentros en torno a una fogata a la que se le tiraban castañas y palos huecos para que crepitaran, y se cantaba la canción típica de la Cruz de Mayo. En la parte urbana ya no se viste la cruz como se hacía antes; cuando incluso se rezaba la novena. Ahora todo es más improvisado", contó el músico.

"Antes, como grupo Antihuen, realizamos algunos encuentros folclóricos con apoyo del municipio, pero siempre estaba el tema de los recursos. Una vez que se creó la Corporación, se hizo un programa de rescate de las tradiciones locales que nos ha permitido hacer la Cruz de Mayo desde hace ocho años consecutivos", sostuvo Luis Flores, quien valora la participación de personas de todas las edades y condición social.

"Los niños se acercan por novedad. En el caso de los adultos mayores participan más por una cosa de nostalgia y arraigo, en especial aquellos que vienen del campo. En lo urbano son cada vez menos los casos; por lo que nuestra comuna ha sido un ejemplo. En Boca Sur se solía hacer la Fiesta de la Cruz de Mayo con todas sus características, y en Candelaria hay procesiones organizadas por distintos grupos folclóricos", agregó el investigador.

tradición milenaria

Según contó el investigador, esta tradición se refiere a Helena, la madre del emperador Constantino, a quien en sueños se le aparecieron unos ángeles y le anunciaron que construyera una cruz para vencer al enemigo. Eso lo acercó al cristianismo. Envió a su madre a buscar la cruz a Jerusalén y ella la encontró un 3 de mayo. Después de eso el imperio adopta el cristianismo. Hubo una veneración que se extendió por toda Europa, y España lo traspasó a Latinoamérica en la época de la Conquista.

"Partió por el norte, y hubo una simbiosis, pues el catolicismo se fusionó con las tradiciones aimaras, que le dieron un sentido propio. Por eso en el norte tiene un significado distinto, se asocia a la tierra, a la fertilidad, a la pachamama. Ellos hacen vigilias y ponen las cruces en los techos de las casas, y hay todo un ritual ceremonial que está muy arraigado. De hecho, ahí lo único que se baila es una danza que se llama el cuculí, que es el ave sagrada de los aimaras", agregó Flores.

Hacia el centro fue teniendo otra connotación y se le llamaba "adoración al madero". "Tenía mucho simbolismo, adornaban la cruz con flores y papeles de colores, incluso con frutas de la estación. En el campo se hacían altares en las casas, donde se instalaba la cruz y se rezaba la novena. No había una manifestación de danza, sólo lo litúrgico".

"Con el tiempo, la Cruz de Mayo fue derivando en una fiesta que parte con la procesión en que se pedían cosas, para después compartirlas. Fue ahí cuando se empieza a integrar el baile, específicamente la cueca, el vals, el correteado. No había danzas específicas, salvo en la Región del Maule, donde se bailaba la cueca en ronda. Es más, no se sabe de otra celebración con ese tipo de cueca en otras partes del país", finalizó el monitor de Folclor de la Corporación Cultural de San Pedro de la Paz.

Nostalgias de la cruz

"Recuerdo cuando por las calles pasaban los niños muy entusiasmados, y que la cruz se adornaba con ramas y copihues, los que para entonces eran más abundantes. Una vez entraron a nuestra casa por un portón abierto y los encontramos cantando en el patio. Los perros los siguieron y salieron arrancando, incluso dejaron la cruz botada. Es muy bonito que esto se recuerde y que se reactive, para los adultos mayores es una manera de revivir la vida de barrio en los años 50", sostuvo el sampedrino Hugo Muñoz, de 75 años.

"Desde que soy folclorista me ha gustado mucho participar. Es una cruz que se adorna con flores y velas, se canta casa por casa y lo que se adquiere es para los más necesitados. Es algo bonito, una tradición que no debe perderse para recordar los viejos tiempos. Me he fijado que hay niños que les gusta mucho y aprenden todo lo que tiene que ver con la Cruz de Mayo", dijo Mario Valenzuela, de 80 años, de Candelaria.

"La conozco desde niño, cuando me crié en Padre las Casas. La observaba mucho desde mi casa y me aprendía las canciones. Llegué a la ciudad el año 55 y la verdad es que la vi muy distinta a lo del campo. Igual era más rural que ahora y se hacía mejor. Lamentablemente con los años la juventud fue perdiendo el interés, ahora les interesa más el celular", expresó, Héctor Arratia, de 84 años y de Boca Sur.

"Recuerdo mi infancia, cuando vivía en el centro y pasaban caravanas de personas con la cruz adornada con velas y flores, y cantando la canción tradicional. Se daba gracias por las siembras que empiezan en esta época. Se pide una colaboración en víveres, en ese tiempo eran legumbres; y cuando no daban la limosna los llenaban de canciones diciéndoles que eran unos mezquinos", recordó la vecina de Concepción, Mirta Araneda.

la cruz engalanada

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"Recuerdo cuando por las calles pasaban los niños y que la cruz se adornaba con ramas y copihues"

Hugo Muñoz

"Los niños se acercan por novedad. En el caso de los adultos mayores participan más por una cosa de nostalgia"

Luis Flores

Una costumbre que ha ido despareciendo es la de encender, junto a la Cruz engalanada, luminarias y fogatas en torno a la cual se bailaba con música de cantoras, mientras algunos asistentes echaban al fuego castañas o cochayuyos para que crepitaran mientras se gritaba; ¡Viva la Cruz de Mayo, con porotos y zapallo! La Cruz se viste con ramas de laurel, chequen o murtilla, y se adorna con copihues, se le cuelga un rosario hecho del fruto de la mosqueta o de semillas de arrayán. Luego se coloca en un altar iluminado con velas y flores, se reza el Santo Rosario. El recorrido dura unas 2 horas. Luego se retorna a casa, se dejan los canastos con las limosnas al pie del altar y se comparte una comida. Finalizada ésta los asistentes se reúnen alrededor del altar para conocer los regalos que recibió la cruz, hay aplausos y si el tiempo lo permite, la fiesta dura hasta la madrugada.