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La joven astrónoma que vive entre galaxias y el "running"

María Argudo Fernández llegó desde España para seguir su post doctorado en la "capital" de la astronomía. Pero más allá del Cosmos, su pasión es inscribirse en cuanta carrera pueda, lo que la ha llevado a correr en casi todos los continentes.
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Ricardo Muñoz

Cuando era chica a María Argudo Fernández (37) siempre le llamó la atención el cielo, algo que le causaba curiosidad en los largos viajes familiares en automóvil desde su natal Murcia (España). "¿Por qué el Sol no se cae?", decía a sus padres mientras miraba por la ventanilla.

Ese "bichito" de la curiosidad por saber qué había ahí arriba, en donde se conjugaban estrellas con un manto negro de fondo, fue lo que años más tarde la llevó a convertirse en astrónoma y doctora en astrofísica, conocimientos que hoy potencia en el Centro de Investigación, Tecnología, Educación y Vinculación Astronómica (Citeva) de la Universidad de Antofagasta (UA).

"Mi abuelo guardaba artículos del periódico o cualquier cosa que tuviera que ver con astronomía, con fotografías de planetas, o nebulosas y así empecé", dice.

María Argudo Fernández cuenta que hace tres años se encuentra en el norte chileno por un posdoctorado. Antes lo había hecho en Shangai (China). Y desde el desierto más árido del mundo es desde donde se dedica al estudio de los objetos que están más allá de nuestra galaxia, la Vía Láctea, o cómo se formaron éstas.

Aunque si hay que hablar de su trabajo uno de los más innovadores es Astro BVI, el cual coordina. Éste consiste en llevar conocimientos de astronomía básica como el tamaño de planetas o galaxias, pero a escolares que tengan discapacidad visual o sean no videntes a través de un kit en relieve para el tacto, y así puedan tener noción sobre estas dimensiones.

Si bien el proyecto comenzó en Chile, pronto se expandió por Colombia, Argentina, Brasil, México e incluso hasta Nepal.

"Yo estoy trabajando en una colaboración internacional llamada Manga (sigla del observatorio Mapping Nearby Galaxies at Apache) desde mi primer posdoctorado. Todos los años hay reuniones y se juntan los colaboradores para hablar del avance de sus investigaciones y presentan sus nuevos proyectos. Recuerdo que en la reunión que se realizó en Madison, Wisconsin (EE.UU.) uno de los colaboradores, un astrofísico que trabaja en el Reino Unido y que no es completamente ciego pero sí tiene problemas de visión, llegó con un prototipo de la galaxia M31 y lo mostró. Él lo estaba haciendo para gente como él, para que lo entiendan. A mí me interesó y pensé en poder traerlo hasta acá, creando contenido en español y portugués", comenta sobre la iniciativa AstroBVI.

Si bien cuando estaba en secundaria vistió los colores de un club de hándbol en Murcia, cuando llegó a sus estudios académicos el poco tiempo la consumió y pronto el estrés comenzó a afectarle, mientras se enfocaba día y noche a terminar y defender su tesis de doctora.

"Estaba muy estresadísima y con todos los problemas físicos. No hacía nada de actividad física, pero nada, cero, y también fumaba. Era una verdadera bolita, además que estaba las 24 horas delante del monitor del computador", dice la joven astrónoma.

Pero un día quiso hacer un cambio y optar por la vida saludable. "Recuerdo que cuando hacía deporte, el entrenamiento más duro que tuve fue un día que nos hicieron correr 30 minutos y yo me moría...fue lo más difícil. Entonces, me puse ese objetivo, entrenar para ser capaz de correr media hora. Cuando una lo logra, una se engancha".

Pronto vendrían nuevos desafíos, por lo que María se anotó en cuanta carrera tuviese la oportunidad de participar.

"He corrido en casi todos los continentes, sólo me falta África porque aún no he ido para allá y es que los científicos viajamos mucho. El año pasado estuve tres veces en Asia, dos veces en Europa y dos en Estados Unidos, pues en todas las ocasiones en que me toca viajar lo primero que meto en mi mochila o maleta son mis zapatillas deportivas. Es lo primero".

Así, entre tanta reunión científica, exposición de proyectos y de datos de investigaciones astronómicas, si hay un momento para hacer turismo y conocer, la joven prefiere hacerlo desde una manera distinta. Más bien una especie de turismo deportivo, explorando las calles a través del running y buscando por internet cada corrida para inscribirse, en mínimo 10k.

"Correr es parte de mi vida. No podría estar cinco días sin correr, tengo que salir. De tres a cuatro veces a la semana tengo que correr, porque si es algo que tú necesitas, entonces te haces el tiempo. La peor parte es madrugar jajaja (ríe)...porque corro en la mañana, normalmente intento salir en el alba, antes que el Sol salga por el cerro".

Para la científica, uno de los momentos más emotivos mientras daba todo su esfuerzo para llegar a la línea de meta fue hace dos años en su natal Murcia. Por primera vez sus padres la vieron correr en una prueba de este tipo.

"Ellos nunca me habían visto correr en una carrera y fue muy especial para mí", señala y agrega que otro de los momentos importantes ocurrió durante el 2018 en la Maratón de Santiago.

"Ahí me estrené con los 10K y fue emocionante ver como 30 mil corredores. Yo pasé todo el recorrido súper feliz. Siempre entreno con música, pero esa vez no. Iba escuchando a la gente, cómo se animaban unos a otros".

La doctora Argudo añade que no piensa parar, que quiere llegar a los 80 años corriendo e incluso ya está proyectando a desafiarse a sí misma en su primera media maratón (21K).

Y es que más allá de la práctica del ejercicio, del poder escapar de la rutina científica por un momento, lo más importante que destaca Argudo es la complicidad con los otros corredores: "Cuando nos cruzamos con otros corredores es muy común saludarnos o damos los buenos días, es como darnos ánimo. Es igual con corredores ya comunes que me encuentro o si es la primera vez que corro en otro país con un idioma y cultura completamente diferente".

Eso sí, hay días que no está analizando galaxias, descubriendo los misterios que encierra el Cosmos, ni tampoco corriendo. Esos son los momentos más personales y que completan este equilibrio en sus actividades del día a día.

Es ahí cuando la cita de los fines de semana debe ser con algún buen libro. Lectura relacionada con su pasión runner es una buena opción, con títulos como "La Senda del Corredor", "Nacidos para Correr" o "De qué Hablo Cuando Hablo de Correr", que son parte de los textos que en los que se ha sumergido en el último tiempo.

Pero a veces también prefiere rematar el fin de semana con alguna que otra serie en Netflix, sobre todo cuando aprovecha de hacer las "tiradas largas", como le dice, en la que corre por más de 12 kilómetros y de ahí sólo piensa en el descanso.

"Ahora estamos viendo The OA, que está muy buena y la nueva serie de Star Trek, es fantástica ¡Es el mejor ejemplo de equidad en ciencia y tecnología! Los viernes son sin duda noche de pizza y Star Trek", finaliza.

"He corrido en casi todos los continentes, sólo me falta África porque aún no he ido para allá"

María Argudo Fernández,, astrónoma

CON LOS OJOS EN LA META

Pero la vida de María es completamente diferente cuando no está con sus esfuerzos enfocados en las galaxias y en la divulgación científica para no videntes, se dedica por completo a su otra pasión: la vida sana a través de la práctica del deporte, específicamente el "running" de varios kilómetros.

VIVIENDO EN LA CARRERA

Cuando está en Antofagasta, la Costanera Sur es su lugar sagrado para un entrenamiento, llegando fácilmente a los 14 kilómetros, siendo acompañada por el sonido de las gaviotas y la brisa marina.