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Un día como extra en la vida del polémico Sergio Jadue

Hicimos la pega de extra en el rodaje de la serie de Amazon, donde el destacado actor Andrés Parra, el mismo que se hizo conocido por su interpretación de Pablo Escobar, encarna al ex timonel de la ANFP en una trama de intrigas.
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Roberto Cadagán Delgado

El grito se escucha fuerte en el estadio, que permanece en silencio. "¡Corre, poh...!". En una caseta de esas destinadas a los hombres de radio que transmiten los partidos de fútbol nacional , el actor colombiano Andrés Parra saca su mejor acento neutro para recrear la voz de Sergio Jadue.

El director de la serie, cámara en mano, le pide al actor que grite otra vez. "¡Corre, poh, h...!", vuelve a vociferar el colombiano. "¡Corte!", responde el director. Algunas personas aplauden y Parra se relaja, se pone su chaqueta y una bata celeste, y desciende de las tribunas del estadio rápidamente.

El tablero marcador de goles también ha cambiado, Ahora se puede leer en él: Estadio Municipal Nicolás Chahuán y, un poco más abajo, se ve la antigua insignia del club Unión La Calera.

El recinto deportivo melipillano se disfraza por un día de su similar calerano para ser el escenario de la grabación de la serie "El presidente", un trabajo de Amazon que, en su capítulo chileno, está a cargo de la productora Fábula y su par argentina Kapow y Gaumont (la misma de la serie "Narcos") y que por estos días se filma en diversas locaciones de la Región Metropolitana.

La serie -que se estima esté disponible a fin de año o a principios del 2020- tiene una trama de corrupción, negocios ilegales y dramas en el marco del "Fifagate", el escándalo que sacudió los cimientos del ente rector del fútbol mundial al develar casos de corrupción al más alto nivel.

En Chile, la serie se centrará en el auge y caída de Sergio Jadue, ex presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, y su implicancia en los hechos que hoy lo tienen viviendo en Estados Unidos, como parte de un programa especial de protección a testigos del FBI.

Es una etapa en que Jadue pasó de ser un dirigente desconocido a presidente de una poderosa entidad, además vicepresidente de la Conmebol e incluso con intenciones de llegar a la presidencia de la Fifa.

Todo hasta que se vio envuelto en líos de dinero.

El resto de los que hemos sido contratados como extras estamos en la tribuna del estadio que se supone es el antiguo Nicolás Chahuán Nazar.

Aquí, en estos tablones, debemos ponernos a las órdenes de Armando Bó, el director del capítulo.

Bó es argentino, tiene experiencia e incluso es ganador del Oscar. Claro... si uno va a trabajar como extra todo el día, no se va a poner en manos de un novato, tiene que ser uno de verdad y Bó ganó el premio de la Academia por su trabajo como guionista de la película "Birdman", que se adjudicó cuatro Oscar.

La productora se encarga de acondicionar a los extras. Unos se visten de futbolistas de La Calera y otros de Lota Schwager, para recrear una final de campeonato de Primera B en 2010. Otros vamos a las gradas como hinchas. Nos pasan polerones rojos, camisetas de La Calera, cornetas, banderas y hasta vuvuzelas.

"Shicos, ustedes tienen que putear al centrodelantero de La Calera. Se supone que no hace los goles a propósito... ¿Estamos, shicos?", grita el director trasandino. La orden es refrendada por uno de sus varios asistentes que van en todas direcciones con radios portátiles, moviendo cámaras, lentes, focos, cables y un sinfín de cosas. "¡Acción, extras!", dice Bó.

Todos como máquinas saltamos de los tablones y gritamos los peores epítetos que se le pueden lanzar a un futbolista que se pierde un gol. Gritamos hasta que la garganta no da más, porque para eso nos pagan.

La escena se repite tres veces. La garganta duele.

Otro asistente, también con acento argentino, da otra instrucción. "Shicos, vamos a repetir la toma... No es necesario que griten ahora, hagan la mímica, pero lo importante es que no miren a las cámaras, ni menos se rían porque se estropea todo, ¿eh?..".

Ya, estamos.

Así se repiten una y otra vez las tomas. Gritando a favor de La Calera, otras con cara de preocupados, ahora felices, después tristes... y luego hay que gritar ¡¡¡gooooolllllll!!!

Y obvio, se repite tres veces.

Es que así es el trabajo del cine, una instancia que muy pocas veces se puede ver y que da cuenta de cómo se va construyendo una historia, pedacitos a pedacitos, todos -cual cadena- se irán entrelazando para crear una trama que atrape al espectador. Si no lo atrapa, pierde.

"Ahora, shicos, imaginen que su equipo que está jugando el ascenso se pierde un gol. Pongan cara de preocupados y luego puteen, shicos... No miren a la cámara... ¡Acción, extras!", manda el director.

El lente está muy cerca de mi rostro, trato de no mirarlo y hago mi mejor performance sin sobreactuar. La cámara está tan cerca que puedo oír el movimiento de sus mecanismos internos y pienso en qué dirán los que me conocen si llego a aparecer en la serie con este primerísimo primer plano.

Una vez más en la caseta, Parra, o Jadue, da lo mismo, tiene su partido aparte. Es el protagonista y la atención está puesta en él. Habla, mira a su alrededor, dice algo que no se le escucha y de pronto sale muy enojado del set. Todo es parte del guión, supongo.

La escena se repite tres veces.

El trabajo se hace lenta y meticulosamente.

En otra parte, se le ve llegar a Jadue con su familia al estadio a bordo de un humilde y antiguo Suzuki Maruti. Como extra, debo pasar frente a los actores, sin mirarlos y en dirección a la tribuna.

"¡Acción, extras!".

Y paso con mi bandera de La Calera, haciéndome el loco hacia la tribuna. Otros jóvenes están cruzándose por otros lugares, entrando al estadio, comprando una bebida e incluso hay uno que simulaba estar comprando en un puesto de sánguches de potito ¡de verdad!

Hace hambre y varios extras quieren pasarse de listos y le echan un ojo a los de potito, como para hincarles el diente. La señora encargada le pasa uno a un afortunado, quien se lo zampa en rápidas mascadas. A otro no le da porque dice que la productora los tiene encargados. No creo que Andrés Parra se haya tentado con un sánguche de potito.

Es la magia del cine...

Cae la tarde, el sol poco a poco se escapa y el director y su grupo de asesores observan una pantalla. Me cuelo por detrás y miro un instante, a ver si aparezco en algún cameo.

Con mucha fe espero a unos metros con la vista fija en la pantallita. Y... ¡nada! No aparezco ni en las cómicas. Sólo me queda confiar en que el primer plano que me tomaron pase el corte en la edición.

¿Y Jadue? El ex presidente de la ANFP se abriga rápidamente. Le pido una foto y se niega, por contrato con la productora. Se hace el simpático, pero se escabulle rápidamente a su camerino.

Se escapa raudo... tal como hizo el verdadero Jadue. El hombre se toma su papel al pie de la letra.

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Temprano en la mañana, las personas que esperan locomoción colectiva en la calle Manuel Benítez de Melipilla miran extrañadas a unos trabajadores que desplegan un cartel en el ingreso principal del estadio Roberto Bravo Santibáñez de Melipilla. El lienzo blanco y rojo dice: Estadio Municipal La Calera.

¡ACCIÓN!

Andrés Parra se hizo muy conocido por los chilenos por su interpretación de Pablo Emilio Escobar Gaviria en la recordada serie "El patrón del mal". En esta ocasión personifica a Sergio Jadue, en el periodo en que era presidente de Unión La Calera y comienza a tejer sus redes de contactos que lo llevarían a la testera de la ANFP.

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Parra se viste sencillo, tiene pelo postizo a los costados de su calva cabeza y va de lado a lado con un pañuelo árabe al cuello. En la caseta está con otros actores -uno de ellos interpreta a su hijo-, un joven haitiano y un par de extras.

PRIMER PLANO

En un momento, un tipo me dice: "Tú, vení para acá, ponete aquí". "Ok", le digo. Me ubica bajo la caseta de Jadue, junto a otros ocho supuestos hinchas, y trae una cámara enorme que coloca muy cerca de mi rostro.

* * *

La escena final da cuenta de la celebración del equipo calerano a bordo de un antiguo carrobomba traído especialmente de Talagante. Hay banderas al viento, papel picado, gritos de celebración. Yo agito mi bandera, salto como hincha. Hay otros más sobreactuados que se suben a las rejas del recinto. A mi gusto, la primera toma ha salido bien, pero el director ganador del Oscar dice que no, que hay que repetirla tres veces.