Redacción/Agencias
A partir de este sábado, 6 de abril, se hará efectivo el cambio de hora, lo que dará paso al nuevo régimen horario de invierno. De esta forma, se deberán atrasar los relojes en 60 minutos, con lo que se retornará al horario oficial del país (UTC -4), el que se extenderá hasta el sábado 7 de septiembre.
Este nuevo régimen amplía el horario de invierno de tres a cinco meses y aplicará para todo Chile continental, con la excepción de la Región de Magallanes, que mantendrá el horario de verano por todo el año.
La decisión fue tomada luego de que el Ministerio de Energía consultara a representantes de instituciones públicas y privadas, de la sociedad civil y especialistas, para recopilar antecedentes técnicos y científicos sobre el impacto de los husos horarios en la salud, educación, productividad, seguridad, telecomunicaciones, transportes y eficiencia energética.
El seremi de Energía, Mauricio Henríquez, explicó la relevancia de este proceso, afirmando que "la extensión del horario de invierno permite que la luz solar se ajuste mejor a los horarios de nuestras actividades cotidianas, al reducir prácticamente a cero los días en que el sol saldrá después de las 8 de la mañana entre las regiones de Arica y el Maule, y al reducir en aproximadamente 56 los días en que amanece después de dicho horario entre Biobío y Aysén", señaló.
De esta manera, se ha privilegiado la existencia de luz natural en las mañanas, buscando evitar amaneceres muy tardíos que tengan efectos negativos sobre la población, pero a su vez se optó por mantener el horario de verano (UTC -5) en el período en el que las horas de sol son suficientes como para resguardar la luz en las mañanas.
Recomendaciones
Si bien esta medida busca aumentar el provecho de la luz natural, es posible que el cambio repercuta en los hábitos de niños y niñas.
La psicóloga de Fonoinfancia de Fundación Integra, Claudia Moya, sostuvo que "la primera semana tras la modificación horaria es posible que nuestros hijos presenten alteraciones normales, por ejemplo, problemas con las rutinas de sueño, alimentación o mayor irritabilidad".
"Al momento de conciliar el sueño, el día más complejo para nuestros hijos es el domingo por la noche, ya que se podrían incomodar por un horario que no les resulta normal. Sin embargo, estos inconvenientes deberían ir en descenso en los próximos tres días o máximo una semana", aseguró.
Por ello, aconsejó a los adultos tener paciencia y ser ingeniosos. "Para ayudarlos podrían invitarlos a cambiar juntos el reloj o hacerles notar los cambios de luz en los horarios en que veían sus monitos".