Rescató los platos más pedidos en clubes populares
Mercedes Álvarez lleva 17 años al mando de las cocinas de distintos clubes mutualistas de Conce, y asegura que los jóvenes también se animan a probar sabores de antaño.
Más de 17 años lleva Mercedes Álvarez al frente de las cocinas de las sociedades mutuales más conocidas de Concepción.
"Lo que más me gusta es dialogar con los socios, son un amor conmigo, así que no tengo problemas; con los años me han ido conociendo y queriendo también", cuenta la mujer, sentada en uno de los dos casinos que administra durante el día.
"Mi primer trabajo como concesionaria fue en la Sociedad de Socorros Mutuos de los Salesianos, y enseguida tomé la Sociedad de Empleados de Comercio y poco después se me presentó la posibilidad de tomar la concesión de la Sociedad Lorenzo Arenas", relata, quien llegó a hacerse cargo de ambas cocinas, "porque estaba buscando la manera de tirar para arriba, y fue algo que se dió".
Aunque llegó a tener tres concesiones simultáneas, actualmente mantiene dos, "era demasiado, así estoy mejor".
Si al caer la tarde la cocina más movida es la de la Sociedad de Socorros Mutuos Lorenzo Arenas, ubicada en Tucapel, pasado Los Carrera, al mediodía la actividad se concentra en la Sociedad de Empleados del Comerio, en calle O'Higgins.
"Podríamos decir que el horario en el que estamos más a full trabajando es al almuerzo, entre las una y las dos y media, más o menos", reconoce Mercedes, que además ya sabe reconocer las similitudes y diferencias de ambos lugares.
"En el fondo, los socios de ambos clubes son similares: buscan un trato cercano, que los atiendan bien, la única diferencia son los horarios".
"A los clientes más antiguos, el garzón los ve y ya sabe lo que quiere, así que apenas se sienta ya está servido", y eso, asegura, hace sentir al cliente como en casa.
Cocina familiar
Aunque siempre gustó de la cocina, admite que le tomó algún tiempo conocer el paladar de los socios y clientes. "No sabía lo que le gustaba a la gente que viene a las sociedades, como las patitas de vacuno, el salpicón de patitas, o los perniles, por ejemplo".
"Son cosas que se han ido perdiendo y los socios y clientes ya saben que acá pueden pedir esos platos", comenta, pero la gente joven también llega preguntando por esas delicias, "ha llegado hartos jóvenes y preguntan directamente por el salpicón".
Ambas sociedades tienen fechas importantes, como lo son los aniversarios u otras fechas clave, "en Lorenzo Arenas viene harta gente cuando comienzan los campeonatos de rayuela, por ejemplo".
Allí, a la hora de almuerzo hay por lo menos 5 ó 6 platos diferentes, todos los días, mientras que en O'Higgins la cifra llega a 8, por lo que no se puede dejar ningún detalle al azar. "La cazuela no la repito nunca dos días seguidos, si un día es de vacuno, al día siguiente va a ser ave, después carbonada y así, de esa manera nos aseguramos una excelente calidad".
Madre de cuatro hijos y ya con 4 nietos también, Mercedes se asegura personalmente de que los productos que cocinan sean los mejores, "me gusta ir a la Vega o al supermercado yo misma a hacer las compras", cuenta.
"Voy martes, viernes y sábado, si es necesario, compro para los dos locales a estas alturas una sabe lo que se necesita", relata y se maneja con igual soltura en ambas cocinas, "tengo que estar en los dos lugares, así que al mediodía estoy en O'Higgins, y en la tarde en Tucapel.
Las anécdotas tampoco escasean: "A veces hay mesas con sillas desocupadas, y como una va conociendo a los clientes, les pregunto si se pueden sentar juntos. Más de un agradecimiento me ha llegado, porque alguien se conoció así, y después terminaron pololeando".