Colo Colito sacó empate agónico
En semifinal de ida de serie honor de Copa de Campeones, los de Barrio Norte igualaron 2-2 con Ferroviarios a los 87'.
La sacó barata. Cuando faltaban tres minutos para que expirara el tiempo de reglamento, un cabezazo salvador de Marcelo Pacheco dio a Colo Colito, de la liga Barrio Norte, el 2-2 final ante Ferroviarios, de la agrupación Yumbel, en la semifinal de ida de la serie honor de Copa de Campeones, disputada ayer ante unos 800 espectadores en cancha Aníbal Pinto.
Dos hechos marcaron el compromiso: la ausencia, por motivos laborales, de Enzo Cerna, portero titular de los albos; y que lo reemplazara Sebastián Muñoz, juvenil de 18 años de edad que fue al "sacrificio", con tan mala suerte que sendos errores suyos permitieron anotar al visitante.
"Menos mal que empatamos. Habría sido más triste para mí haber perdido a causa de mis fallas", reconoció Muñoz, visiblemente afectado por su mala jornada.
Que sería un lance poco favorable para el Cacique comenzó a quedar claro al minuto 13, cuando el ex profesional Mario Salgado dejó el campo de juego por lesión.
"Tuve una dolencia en el sóleo izquierdo. Preferí no arriesgar para ver si puedo estar en la revancha", indicó Salgado, que fue reemplazado por Absalón Mieres, volante que se convirtió en una de las figuras de la oncena por su enorme despliegue.
A los 20', Muñoz tuvo su primer hierro cuando, tras tiro libre, si bien tapó el balón, no pudo controlarlo, lo que aprovechó Francisco Maltés para marcar de cabeza.
El dueño de casa puso el 1-1 a los 37'. Fue en un córner del movedizo Guillermo Parra que, tras ser cabeceado por el colombiano Jeison Mina, dejó el balón en los pies de Leandro Rubilar, quien fusiló al meta Fabián Seguel.
A los 60', la segunda desconcentración del juvenil arquero volvió a dejar al Cacique en desventaja. Ocurrió luego de un remate que Muñoz contuvo, pero que luego soltó, lo que aprovechó Eduardo Barrera con remate a placer. Hasta que a los 87' Pacheco peinó el esférico para la sufrida igualdad. Era lo menos que merecía el anfitrión.