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El apogeo de la medicina hiperbárica en Chile

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La medicina hiperbárica se ha ido empleando cada vez más alrededor del mundo. Países como Estados Unidos tienen más de 350 centros hiperbáricos; Europa, con recintos en España, Suiza, Suecia, Reino Unido, Francia e Italia, incluyendo una Sociedad Europea de Buceo y Medicina Hiperbárica con más de 700 miembros; e incluso Japón, que aparte de sus diversos centros hiperbáricos, cuenta con una industria de fabricación de cámaras que se venden internacionalmente.

Este tipo de medicina consiste en el uso de oxígeno puro a presiones por encima de 1.6 atmósferas absolutas (ATA). Es decir, la oxigenoterapia hiperbárica es una terapia en la que los pacientes respiran oxígeno en una cámara a presión en la que la fuerza atmosférica se eleva hasta tres veces más que la normal. En estas condiciones, los pulmones pueden respirar hasta tres veces más oxígeno de lo que sería posible inhalar bajo la presión normal del aire. La doctora Tania Capote, quien se encuentra a cargo del Centro Integral OHB -el primer centro hiperbárico de Santiago-, habló sobre los beneficios de estos métodos, señalando que "reducen de forma significativa la duración de los tratamientos crónicos, disminuyendo los gastos de antibioticoterapia en curaciones domiciliarias y en ingresos, porque aceleran la curación de las heridas crónicas, reducen la necesidad de amputaciones, disminuyen los días de hospitalización y aceleran la resolución de infecciones tórpidas". Estos tratamientos se usan para curar más de 20 patologías, tales como intoxicaciones por monóxido de carbono, quemaduras térmicas, sordera súbita, cistitis hemorrágica e incluso el pie diabético, el cual es una posible realidad para las más de 1.4 millones de personas que tienen diabetes en Chile.

Envases desechables se pueden enterrar en el jardín de la casa

Los productos son a base de almidón y se degradan bajo tierra a 25°C. También hay alternativas para el reemplazar la "alusa plast".
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Deborah Moreno Gálvez

Cada vez se acerca más el término del plástico. Por el momento son las bolsas, pero pronto pueden ser utensilios desechables como vasos.

Plástico Vegetal es una empresa que se dedica a crear productos desechables a base de ácido poliláctico, que es un derivado del almidón, según explicó a este medio su fundadora, Lizanett Oyarzún.

Los productos pueden tardarse en degradar entre seis y doce meses, todo dependiendo de la temperatura.

"Hay productos que pueden ser degradables en el compost de la casa, que esté a una temperatura de 25 grados Celsius", explicó Oyarzún.

El compost es una forma de biodegradar los alimentos y hacer tierra de hoja. "Nuestros productos son compostables, es decir, se degradaran en un compost, ese será el destino final", agregó.

En caso de no tener un lugar para desechos orgánicos, sugirió enterrar los productos en el jardín. Los productos tienen la misma resistencia que los tradicionales.

Cera de abeja

Además existen telas de algodón bañadas en cera de abeja que sirven para cubrir alimentos en reemplazo del plástico "alusa plast".

Desde la empresa EnvuelBee explicaron que la cera se obtiene de la cosecha de la miel y que el proceso de armado del producto se realiza de una mezcla con cera de abeja, resina y aceite de coco, y con ellos se impregna la tela, que es 100% algodón.

El modo de uso consiste en poner la tela sobre el alimento y con el calor de las manos darle la forma y cubrir en su totalidad. De esta forma se conservan los productos y no se traspasan olores. "Con EnvuelBee se puede cubrir todo tipo de alimentos, excepto carnes crudas", enfatizaron.

Cada tela puede durar hasta 60 lavados. Para mantenerlas se deben limpiar con agua fría y "sin arrugar, como si fueran un plato, y si es necesario, aplicar un poco de detergente de loza", explicaron desde la marca.

Una forma de desecharlos es compostarlos junto a desechos orgánicos. También se pueden cortar en tiras, enrollarlos y usarlos como iniciadores de fuego natural. Aún estudian el tiempo que tardan en degradarse.