El uso de la tecnología en el aula siempre ha sido un tema controversial (y poco estudiado). Desde el uso de presentaciones preparadas en el computador, hasta elementos audiovisuales como videos interactivos o incluso dispositivos de realidad virtual, lo cierto es que la forma en la que se enseña y aprende en las salas de colegios, universidades e institutos, ha cambiado notoriamente.

Así, muchos ya optan por cambiar el cuaderno y lápiz por smartphones, tablets o notebooks. Las ventajas aparentes son muchas: sincronización de todo lo que escribimos con la nube, respaldos instantáneos, capacidad de trabajo en simultáneo con otros usuarios, sin dejar de lado herramientas como notas de voz, imágenes y motores de búsqueda como Google. Aplicaciones como Evernote y Google Docs (iOS y Android) son una solución todo en uno, entregando lo que un usuario de cuadernos solo puede soñar.

Pero hay algo que los fabricantes y diseñadores de tablets y smartphones no han podido emular y lo que sigue siendo el punto a favor del viejo cuaderno: la sensación de escribir en papel. Y esto ya entra en terreno de preferencias personales, ya que hay personas que nunca logran acostumbrarse a usar un teclado para tomar notas, mucho menos escribir con un lápiz digital. Tampoco se les hace fácil a personas con baja capacidad de concentración, evitar la tentación de revisar esa última notificación de Instagram.

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