Angélica Vásquez V.
Esta frase tan Jodorowsky es precisamente del maestro Alejandro J. Así escribió un día en su fanpage lo absurdo de certificarse para validarse. Luego un amigo me preguntó si tendría que certificarse para tener amistad... y bueh, la lista es larga. ¿Desde cuándo se tienen tan poca fe? ¿Desde cuándo comenzaron a comprar tanta challa? En mis terapias, por ejemplo, para mí lo que prima es la conexión, experiencia, sororidad (si es que amerita), risas, lágrimas. Lo mismo en la radio, talleres y charlas, pero jamás se me hubiera ocurrido crear una certificación que avale eso. ¿Y nuestro poder interior? ¿Trabajo en conciencia? Empatía, eso es lejos más valioso, lejos más auténtico, lejos más vida. ¡Espiritualidad non stop y sin anestesia! Hace unos años tomé un curso de ilustración con la bacana "Natilustra", pero eso no me convierte en ilustradora. Tengo ropa deportiva pero eso no me convierte en fitness. Motivo, alegro, apaño, creo en la luz, evolución, energía, magia ¡amorrrr! Superé una y mil penas, dolores, violencia, poco amor, vergüenza, complejos, pero no necesito un certificado de coach que me recuerde lo que hago. ¿Tan poquito se aman? Me siguen llegando tantos correos ofreciendo de todo... ¿pero cómo? ¿Tan pavos nos creen? Una vez sentí que quería nutrirme de algo potente... cerré los ojos y me conecté. ¿Resultado? Terminé viajando a Los Álamos para conversar y escuchar a una Ñañita (viejita sabia), escucharla, amarla en su relato, saborear el calor, la naturaleza. Eso era. ¡Ahí las caretas no caben! Por eso insisto con mirarse de frente y sin anestesia. Basta ya de evadir el dolor, dejar que caigan caretas, dominar al ego, humildad de Alma. Por ahí sí que les creería. ¿Antes? Sólo un buen negocio, pronto a saturarse por cierto. En fin... Me haré una ensalada rica, espero que no me pidan certificación para revolverla y aliñarla...¡¡Vamos que se puede!! ¡¡Querer es poder!!