Amada Contreras C.

María Soledad Vega tiene 35 años, le gusta el fútbol, andar en moto y también es campeona nacional de equitación. Ha enfrentado la vida haciendo siempre lo que deseaba sin dejarse limitar por tener síndrome de Down. Y así hoy se convirtió en la primera persona con capacidades especiales en ser parte del directorio de la fundación María Jesús, lugar en donde aprendió equitación.

La historia de María en la institución comenzó en 2014 cuando comenzó a montar a caballo como parte de la equinoterapia que ofrecen dentro de la fundación.

Desde entonces quedó encantada con esta destreza y no ha parado de desarrollarla, participando en campeonatos que incluso la llevaron a viajar al extranjero.

"Me gusta mucho lo que hago, se convirtió en pasión", cuenta María.

A la par de este pasatiempo, también trabaja en el Arzobispado de Concepción como secretaria, atendiendo gente. Aquí asegura que la han tratado muy bien, confiándole la responsabilidad que significa este puesto.

Durante estos días, la fundación en donde aún participa practicando equitación está pasando por un cambio de directiva. Dentro conocen sus capacidades, y por esto la fundación María Jesús decidió otorgarle a María el puesto de secretaria de la directiva.

"Me siento muy feliz y orgullosa de mi misma por esta nueva oportunidad de ser la secretaria de la fundación", expresó María.

Pero esto no significa que vaya a dejar su actual trabajo.

Desde ahora no solo prestará sus servicios como secretaria en el Arzobispado, sino que trabajará en ambos lugares al mismo tiempo. Esto la tiene muy feliz y orgullosa de su potencial.

"Llevo ya dos años aquí en el arzobispado, no voy a dejarlo ahora", aclaró la jinete.

Una campeona

La trayectoria de estos casi cinco años dentro de la fundación ha tenido sus grandes recompensas para María.

Su primer logro en la equitación fue en 2015, cuando recién tenía un año de haber comenzado a montar a caballo.

En esa oportunidad fue hasta Colombia para participar en las Olimpiadas Especiales de la Fundación Fides. "Fue muy emocionante ir a otro país por la equitación", expresó.

Su emoción creció cuando al participar obtuvo diferentes premios. Regresó a Chile siendo la ganadora de tres medallas distintas: una medalla de oro, una de plata y otra de bronce. Así María se convirtió en campeona de equitación a nivel.

Su último éxito fue el año pasado, cuando participó en el Campeonato Nacional de Olimpiadas Especiales de Chile. En esta ocasión fue galardonada con el primer lugar en la categoría C. "Incluso si me he caído del caballo, no me detengo, siempre sigo. No importa, yo continuaré con esto", declaró María.

Siempre activa

Cuenta que son los días miércoles en los que va a practicar a la fundación. Pero la equitación no es su única pasión. María se define como una persona activa que disfruta de distintas actividades. Un ejemplo es el fútbol, deporte que le encanta.

Comenta que seguido se reúne a jugar con otras personas, quienes la llaman "la goleadora", por su participación en el equipo.

Además cuenta que otra actividad que le gusta es andar en moto, pasatiempo que ha compartido con su padre. También tiene su propia cuatrimoto, la que ella conduce.

Destaca que todas estas actividades en las que participa con regularidad a la par de su trabajo, las puede realizar gracias a los constantes ánimos que le han entregado.

Agradece tener el apoyo de diferentes personas a lo largo de su vida, en especial el de su madre, que la ha impulsado siempre a continuar avanzando y a cumplir todo lo que se propone.

"Ella me apoyó. Me da las oportunidades y me acompaña en todos mis pasatiempos", concluyó María.

"Me siento muy feliz y orgullosa de mi misma por esta nueva oportunidad"

María Jesús Vega,, Campeona de equitación"