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Olímpica de la gimnasia trajo talento a las peques

Deportista española, finalista olímpica y mundialista dictó su máster class en el Colegio Amanecer del puerto.
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Manuel Muñoz González

Entrenaba en una iglesia abandonada del pequeño poblado de León, al norte de España, cuando sólo tenía 7 años. Dos años después, se coronó campeona nacional en su país. Ese fue el inicio de la ascendente y exitosa carrera de la gimnasta española Carolina Rodríguez, y que la llevó a ser doce veces campeona de España; a defender a su país en una decena de mundiales, con dos finales incluidas, y competir en tres Juegos Olímpicos: Atenas 2004, Londres 2012 y Río 2016.

Y otra gracia, que ella misma cuenta: "Soy la gimnasta más longeva en llegar a una final olímpica con 31 años".

La campeona habló con La Estrella en medio de una pausa en su máster class dictada a niñas del taller de gimnasia del Colegio Amanecer de Talcahuano, hasta donde trajo todo el talento, delicadeza y belleza de los ejercicios que la llevaron a ser parte de la élite de la gimnasia rítmica.

"Estar aquí es una oportunidad magnífica tanto para las gimnastas de Chile como para mí. En enero estuve en un campamento formativo en Santiago, me llevé una muy buena experiencia y surgió este proyecto para dictar estas charlas en Chile", dijo la deportista, hoy de 32 años, y retirada de la actividad profesional, pero ligada al deporte enseñando y dictando charlas, además de estudiar sicología.

"Este tipo de clases o charlas es para que las niñas vean que las gimnastas que han sido mundiales, olímpicas, también somos de carne y hueso y nos vean más cercanas. Yo también tenía la misma ilusión que ellas, y he trabajado mucho para conseguirlo y ese es el mensaje que quiero entregar", dice la deportista.

Clave del éxito

Más allá de ello, para Carolina, lo importante es la dedicación, la constancia, creer en sí mismo, y hoy en día, saber trabajar en equipo. "Hoy ya no basta con ser un líder, ese liderazgo tiene que ir acompañado de empatía, de saber ayudar al otro, eso es lo lindo que permite la gimnasia", expuso Rodríguez, quien a su talento con los implementos sobre la carpeta, agregó otro carisma que la hace única: saber llegar al público. "Mis dos padres son sordos. Eso me ha hecho ser muy expresiva, lo que plasmo en mis presentaciones, y he logrado emocionar al público, gracias a que gran parte de mi vida me comuniqué con lengua de señas. Es algo que me enseñó la vida y le he logrado llevar al escenario", dice con orgullo, el mismo orgullo de ser una de las pocas deportistas "no rusas", en estar en una final olímpica, y destacar en un deporte que cada día tiene más adeptas en Chile.

"Las mejores del mundo en la gimnasia son las rusas, y estar entre ellas es algo que me llena de orgullo"

Carolina Rodríguez,, ex gimnasta oímpica"