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Penquistas de cuatro generaciones muestran sus preciadas bibliotecas

Tienen en común su pasión por la lectura
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"Aunque suene cliché, no concibo una vida sin libros", sostiene Angie Figueroa, joven bookstagramer que, al igual que los otros entrevistados para esta nota, ha hecho de la lectura su pasión. Cada uno de ellos, de cuatro generaciones distintas, accedió a mostrarnos sus colecciones personales de libros, los que han ocupado un lugar destacado no sólo en sus hogares, sino también en sus vidas. Cuatro penquistas apasionados por la lectura, cuatro bibliotecas personales que gaurdan sus historias.

Anarquía literaria

"A nosotros nos inculcó mucho el amor a la literatura mi padre", recalca Juan Polizzi (72), reconocido dirigente vecinal penquista, cuyo progenitor "tenía una biblioteca inmensa", señala. "Él nos compraba 'El Peneca', 'El Cabrito', que venían por capítulos, y uno esperaba la revista de la otra semana para enganchar de nuevo con la historia", añade.

En su casa siempre estuvo rodeado de libros, e incluso afirma que dejó los estudios "y me dediqué un par de años a leer, nomás".

Hoy, la biblioteca de Polizzi se compone de "más de 500 libros", distribuidos en libreros y un antiguo guardarropa. Aunque lo de "distribuidos" más bien debiera ser "desperdigados", ya que no hay un orden y sólo la memoria del líder vecinal podría permitir hallar algún texto específico.

"Es bien anarca", admite el también ex candidato a alcalde, no únicamente por cómo están dispuestos los libros, sino también por su contenido: en su colección "hay mucha literatura marxista, mucho anarquismo". "Para el '73 -recuerda-, con mi papá hicimos un hoyo y metimos ahí todo, libros, propaganda china... y cuando lo abrimos no había nada, estaba todo podrido".

"También tengo hartas Atenea, de la U. de Concepción, libros de poesía, de historia, de derechos humanos. Hay muchos libros con historia de Concepción", detalla, hojeando una edición de "Resistencia en blanco y negro", de Paula Cisterna y María Eliana Vega.

Obras completas de Enrique Molina o de José Martí, ediciones autoeditadas, otras de autoría propia y enciclopedias de principios del siglo XX se entremezclan con atlas y textos de lectura escolar que están a disposición de sus nietos, o de quien los quiera leer. Y es que, además, Polizzi cuenta que a su hogar llegan muchos vecinos a pedir libros o niños que necesitan para sus tareas.

"Creo que para empezar una biblioteca hay que empezar a leer de todo, nomás. Y como a los cabros les van pidiendo libros (en el colegio), se pueden ir juntando", sostiene.

Filosofía en la oficina

A Isidro Sandoval (52), le gusta tener sus libros a mano y hojearlos durante su trabajo. Por ello, si bien en su hogar cuenta con más de cien textos, es en su oficina donde montó su mayor colección personal, que supera los 700 ejemplares.

"Empecé más o menos hace 20 años a armar esta biblioteca con las temáticas que me gustan", comenta Sandoval, quien se dedica al diseño, la publicidad y el marketing.

En sus estantes hay algunos textos del área publicitaria, casi nada de literatura clásica pero sí muchos libros "de actualidad, de metafísica, sociología, política, filosofía, que me gusta mucho".

"Tengo mucha literatura atea", añade mientras saca de uno de sus libreros "La conspiración de Cristo", de Acharya S. "Una de las joyitas que tengo -comenta-. Es bien especial porque es un libro polémico, y bien escaso, deben ser dos o tres copias en Chile".

Tal es la cantidad de libros que hay en su despacho, que incluso hay dos o tres "no tan interesantes", que ocupa para nivelar uno de sus estantes.

"Y cuando me gusta un autor, me gusta tener varios libros de ese autor. Uno de mis favoritos es Michel Onfray, tengo unos quince libros de él", añade.

Y aunque señala poseer igualmente una biblioteca digital, con más de un centenar de libros en formato PDF, "para mí sigue siendo un agrado ir a comparar libros. Yo doblo, rayo, para mí los libros físicos siguen siendo un objeto cercano, poder hojearlos, volver atrás, me encantan".

Navegar entre libros

En la biblioteca de Angie Figueroa (26) hay libros de fantasía, contemporáneos, de investigación, clásicos "y últimamente se han unido varios de literatura feminista", dice la joven penquista, que hace alrededor de ocho años comenzó su colección.

"De a poco me fui comprando libros, los más baratos, que se ajustaban a mi presupuesto de estudiante. Como visitaba frecuentemente la biblioteca, no sentía la necesidad de comprar todos los libros que leía", señala la joven bibliotecóloga, quien tiene uan cuenta en Instagram dedicada a la literatura (@navegandoentrelibros).

Y tampoco le cuesta deshacerse de aquellos que no quiere conservar, los que regala a sus amigos, dona a alguna biblioteca o los sortea en concursos a través de su página web navegandoentrelibros.cl.

"Donar o regalar libros es una acción liberadora, no soy del tipo de lector que conserva todos los libros que lee", subraya, lo que hace que su colección ronde hoy los 250 libros.

Hay, sin embargo, algunos de los que jamás se desprendería, como una edición de "El Principito" "que me regaló mi hermana y es muy especial para mí" o "mi pequeña colección de Agatha Christie".

La novelista británica es una de sus autoras preferidas, aunque nombrar solo una "es muy difícil". Entre los que predominan en sus estantes, afirma, están Jane Austen, Chimamanda Ngozi Adichie, William Shakespeare y J.K. Rowling, mientras que entre sus libros más preciados figuran "una edición de 'La amortajada' que perteneció a mi mamá cuando tuvo que leerlo en el liceo (...) y una copia de 'Quidditch through the ages' firmada por algunos de los actores de la franquicia de Harry Potter".

"Para comenzar una biblioteca personal, creo que es clave que sea personal, no que se compren libros porque la sociedad lo impone o el grupo de amigos. Si se quiere tener una biblioteca personal exclusiva de cómics, pues que se haga", recomienda.

"Creo que el valor de tener una biblioteca en casa es muy alto, ya que aporta cultura y conocimiento, además que es algo difícil que los más pequeños de la casa se acerquen a la literatura si nunca han visto a alguien de su familia leer o no es común para ellos tener libros en casa", señala.

Viaje A LA IMAGINACIÓN

Amalia tiene 8 años y su colección literaria comenzó prácticamente poco después de nacer, cuando sus padres le compraron sus primeros libros "para bebés". Hoy, su biblioteca, que ocupa la mitad de una pared en su dormitorio, atesora cuentos infantiles clásicos que le han regalado, Papeluchos, textos que le piden leer en el colegio, ejemplares de "Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes" o "Chilenas rebeldes", revistas de Coné y colecciones de cómics de Mafalda, Calvin & Hobbes y Ogú y Mampato.

"A mí me gusta mucho leer", dice la estudiante de tercero básico, quien gusta especialmente de las aventuras y viajes espacio-temporales de los personajes creados por Themo Lobos. "Uno puede leer sentado, acostado, se puede descansar leyendo y desarrolla la imaginación", agrega.

Su madre, Soledad Alacón, destaca que a su hija "su biblioteca es un lugar especial. Ella está orgullosa de ese espacio y cada vez que alguien nos visita lo invita a conocer su biblioteca. Le encanta leer, le encantan los libros y cuando llega un nuevo libro a sus manos, ya sea comprado, o prestado en la Biblioteca Municipal, o en la de su colegio, se lo devora".

Mucho ha influido en ello la costumbre de sus padres de leer, ellos, y de leerles o contarles cuentos desde pequeñas a sus dos hijas. "Cuando acompaña a su papá al centro (de Conce), casi siempre terminan pasando por una librería o alguna feria de libros, y se traen algo", añade.

Además, cuenta que la pequeña "no tiene teléfono ni tablet, y por lo mismo es una niña con más libertad para imaginar, crear y ser ella misma".

"Como le gusta dibujar, también se ha ganado libros en algunos concursos, como del Museo de Arte Precolombino o de Tikitiklip", comenta.

"Creo que para ella -destaca finalmente la mamá- leer es un tiempo de relajo y entretención. Se sumerge tanto en la lectura que parece que de verdad se trasladara a otros mundos para volver más tarde con nuevas palabras, nuevas preguntas, más conocimientos y más mundo interior".