Familias de desaparecidos piden una ley especial para búsquedas
Todos, en distintas fechas, perdieron el rastro de algún ser querido. Con una fortaleza sobrecogedora, las familias aseguran que no descansarán hasta saber dónde están sus seres queridos, y exigen más apoyo en la búsqueda.
Todos comparten el dolor de haber sufrido la desaparición de un hijo, una mamá, un padre. Y, con una fortaleza sobrecogedora, no bajan los brazos en su lucha por saber qué pasó con ellos. Son los familiares de Ramón Pacheco (que tenía 23 años cuando desapareció), Tamara Zurita (21), Mery Jara (77) y Francisco Henríquez (70), los que se reunieron para compartir con La Estrella la incertidumbre de semanas, o incluso años, de no conocer el paradero de sus seres queridos.
En la cita realizada junto a la Plaza Independencia de Concepción, y de la que por diversos motivos no pudieron estar los parientes del cañetino Héctor Torres (32), quienes luchan por hallar a sus familiares perdidos coincidieron en la necesidad de crear una ley especial para búsquedas de personas en Chile.
Al respecto, Jocelyn Muñoz, hija de Mery Jara, explicó que dos de los puntos a proponer son "que se asignen recursos exclusivos para la búsqueda de personas y que los casos no se cierren, sino que se mantengan abiertas las investigaciones todo el tiempo que sea necesario".
Las desapariciones, dice la mujer, "son una realidad que el país tiene que asumir, porque hasta ahora no está preparado para enfrentarlas".
"monchito"
Han pasado más de 10 años desde que la familia de Ramón Pacheco Giacomozzi le perdió el rastro. El joven, que tenía una discapacidad intelectual, desapareció en junio de 2008 tras ser visto por última vez en Hualqui.
En 2014 la investigación de su caso fue cerrada por la Fiscalía, pero su padre, Ezequiel, continúa la búsqueda de "Monchito", como cariñosamente lo llama, con la única ayuda de los familiares del joven.
"Hasta el último día de mi vida buscaré a mi hijo, pero llegó un momento en que me cerraron las puertas", relata el papá, y explica que cuando le avisaron que se cerraba el caso, se negó a ello: "Me fui de negativa, me quería morir".
"Este no es el primer caso que hay en la región", recalca Ezequiel antes de lanzar una de las preguntas a las que no le encuentra respuestas: "Uno en su trabajo tiene que dar cumplimiento a ciertas obligaciones, ¿pasa eso con las policías o la fiscalía?".
La búsqueda que lleva adelante Ezequiel Pacheco, al igual que las de las otras familias presentes, es incansable, pero cree que "falta un ministerio, un organismo que se dedique exclusivamente a las personas desaparecidas en Chile. Están los casos de los amigos aquí presentes y quién sabe cuántos más. Son casos vergonzosos para el país", recalcó.
Su petición a las otras familias, a quienes les entrega un folleto con información de su hijo, es que lo ayuden a dar a conocer el caso de "Monchito", pero la petición a Carabineros es más específica. Asegura que, según lo que ha podido reconstruir, a su hijo "Carabineros lo subió a un furgón y después desapareció (...) si Carabineros tuvo en su poder a mi muchacho ¿dónde lo dejaron? Ésa es la respuesta que yo pido".
Cierre sin aviso
Jocelyn Muñoz, cuya madre se extravió en un sector rural de Santa Juana, confiesa que, cuando fue a dar aviso "la primera sensación que tuve fue que nos miraron a huevo, como que éramos huasitas que no cachábamos nada. Pero es una persona que se perdió, da lo mismo quién sea o cómo sea".
Ella, junto a sus cuatro hermanas, fueron insistentes en pedir que se desplegaran recursos en la búsqueda de su mamá, Mery Jara Carrasco, pero aún así, el caso fue cerrado a fines de agosto, en una audiencia realizada en el Juzgado de Garantía de Santa Juana, de la que, acusa la mujer, "no se le informó a la familia. Nunca se nos citó".
Sobre la resolución, dice que tampoco supieron de la mejor manera. "El 29 de agosto llegó una notificación de de que a nosotros se nos cerró el caso. Estaba en el suelo, cerca de la entrada de la casa, un día de lluvia y sin sobre", relata Jocelyn.
De las diligencias de búsqueda tampoco hay satisfacción entre las hijas de Mery, cuya imagen puede verse en Santa Juana y en los caminos cercanos.
"No voy a discutir la ayuda de Bomberos ni de las ONG porque ellos van a ayudar de manera desinteresada", aclara, y explica que esos equipos fueron muchas veces a desplegar búsquedas, pero otra opinión tiene de las diligencias oficiales: "La PDI fue sólo tres veces".
Tampoco la convencieron los recorridos de los canes que llegaron. "Los perros son de búsqueda de muertos, de cadáveres, y no pueden trabajar más de una hora seguida ni alejarse mucho del que los lleva tampoco", sostiene.
Tamara
"Nosotros sentimos mucho cuando supimos lo de Tamara", les dice Jocelyn a Andrés Zurita y Lorna Ortega, padres de la joven a la que perdieron el rastro el 25 de septiembre pasado, en Chiguayante. Tamara Zurita lleva casi un mes perdida y, de acuerdo a su padre, "en relación a la investigación en general, no hay nada sustancial".
"Como hay una sola persona que vio a Tamara, no hay algo que la sitúe ahí (en la ribera del río Biobío)", detalla, y explica que una de las principales dificultades que han debido enfrentar es que la compañía de telefonía haga entrega del tráfico del celular de su hija. "Creemos que con la tecnología como está, la cuadratura de los datos ya debería estar, pero nos dicen que están entrampados en esa parte".
"La fiscal nos dijo que este caso no se cierra hasta que aparezca Tamara (...) como todo esto es algo nuevo para nosotros, no sabemos cómo va a seguir funcionando", relata el papá. Lorna, la mamá, reafirma que "si uno no está en los zapatos, no se imagina cómo es todo esto, a lo más una compartía la información como para ayudar".
"No tenemos nada de qué quejarnos en relación al apoyo de la gente", adicionó.
Búsqueda en chue
La mañana del 5 de octubre, Francisco Henríquez Contreras (70) fue visto por última vez en Curanilahue. A dos semanas de su desaparición, su hijo, del mismo nombre, continúa desplegando una búsqueda con su propio esfuerzo y la ayuda de la familia y compañeros de trabajo de su papá. "El apoyo que hemos tenido ha sido muy poco, yo me he preocupado de buscar a mi padre por todos lados", sentencia.
"Lo que me dijeron fue que no tenían gente para salir a buscar", asegura. "Nos dijeron que hiciéramos la denuncia en la Fiscalía, cuando ya era sábado, ésa fue la respuesta".
Más encima, en un viaje a Cerro Alto, en varios vehículos, los vecinos alertaron a Carabineros que desconocidos merodeaban el área, "nos fueron a controlar y demoramos mucho, en vez de ayudarnos, fue más dificultoso para nosotros".
Las familias coinciden en la necesidad de un organismo que preste ayuda a la gente en casos como los que los afectan, y también concuerdan en que las búsquedas son una carrera contra el tiempo. "A las dos horas fuimos a Carabineros a decir que (Tamara) se había perdido", cuenta Andrés. Francisco, en tanto, sigue a la espera de que envíen perros de búsqueda a Curanilahue para buscar a su papá. "Van a ir a buscar donde ya hemos buscado y recorrido una y otra vez. Si hubieran salido al tiro, capaz que ya hubiera aparecido", se lamenta.
"Hasta el último día de mi vida buscaré a mi hijo"
Ezequiel Pacheco,, papá de Ramón"
"Si hubieran salido al tiro, capaz que ya hubiera aparecido".
Francisco Henríquez Cartes,
busca a su papá"
77 años tenía Mery Jara Carrasco al momento de su desaparición, hace casi un año.