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Viviendo en menos de treinta metros cuadrados en el centro

Habitar en departamentos estudio es una tendencia habitacional que llegó a Concepción de la mano millenial.
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José Manuel Castillo

Cada vez son más los penquistas que están viviendo en menos de 40 metros cuadrados (m2) y en el centro de la ciudad. Ello responde a una nueva forma de vida que se está volviendo tendencia y el mercado responde a esas necesidades.

La Cámara Chilena de la Construcción (Cchc) señala que los departamentos de 1 ambiente, o de estudio -como se les conoce- son aquellos cuya superficie va entre 25 a 42 m2 y representan un 35% de la oferta presente en el centro de Concepción. "Si esta cifra la comparamos con la periferia, es significativa", sostiene Nathalie Dubois, presidenta del Comité Inmobiliario de la Cchc sede Concepción.

"Su éxito responde a lo que hoy está pasando con las familias chilenas y los millenials son los protagonistas de este cambio que ha descolocado al mercado inmobiliario", dijo.

"Ellos, los nacidos entre 1980 y 1995 ya son profesionales. De hecho, se cree que el próximo año, el 50% de ellos ya va a estar trabajando en empresas. No les gusta atarse, les gusta viajar y la gran mayoría no está casado. Como ya tienen ingresos que van entre los $500.000 y $1.200.000 si son técnicos o profesionales con unos 3 años de experiencia, pueden acceder a este tipo de departamentos cuyos valores van entre 1.350 a las 2.200 UF", sostiene Nathalie Dubois.

La ejecutiva señala que dicha generación se caracteriza además por querer tener todo rápido y bajo el concepto de vivir de "forma inteligente", cerca de todo. "Los trayectos largos los consideran una pérdida de tiempo, son mucho más prácticos en ese sentido", añade.

Dubois puntualiza que los edificios también tienen que ser prácticos, con un buen equipamiento, pero con moderados gastos comunes. "Deben tener lavandería, sala multiuso para los carretes y gimnasio, porque la vida sana tiene para ellos más peso que para las generaciones anteriores", describe a La Estrella.

En este sentido, la presidenta del Comité Inmobiliario explica que bajó la tendencia del equipamiento que incluye piscina o spa, porque estos elementos elevaban los precios de los gastos comunes. Este ítem, en los edificios que cuentan con departamentos estudio ronda los $30.000.

"Los millenials representan el 6% del potencial y la consolidación de estos proyectos también depende de su ubicación. Un caballo de batalla en este segmento, es el de un dormitorio cerca de la universidad", adiciona.

Tendencia mundial

Yu Jin Kil Chang, nació en Corea, pero desde los 9 meses vive en Chile. Por motivo de estudios vivió un tiempo en China y cuenta que en Asia es muchísima la gente que reside en este tipo de viviendas. "Es muy común que allá las personas vivan solas, por ello es un sistema muy utilizado", explica a La Estrella.

Dice que en Asia se les conoce como los "One Room", pero que a diferencia de sus similares estadounidenses, cada uno de ellos tiene una pequeña máquina lavadora de ropa. "No se usan mucho esas salas llenas de máquinas lavadoras", sostiene.

Yu Jin añade que tampoco se usa ello de vivir en casas más grandes y compartir con otras personas. "Ellos prefieren vivir solos, especialmente los estudiantes que llegan a la capital", indica.

Detalla que si bien son más baratos que los de dos o más dormitorios, no lo son tanto. Ella que vivió en uno un poco más grande que un "One Room" pagaba $680.000 cerca de la universidad en Shanghai.

Adultos mayores

Pero no solo millenials viven en este tipo de departamentos. Magdalena Vera, asesora comercial de Inmobiliaria Futuro, sostiene que muchas personas adquieren estos productos con el ánimo de invertir en el mercado inmobiliario y arrendarlos.

Sabido es que muchos optan por este tipo de estrategia para sumar ingresos en la época del retiro laboral y algunos, como Bernhard Griebe, terminan viviendo en ellos.

"Vivía en el campo y después de la muerte de mi esposa, Edna Ruff, me vive a vivir acá", señala. "Es verdad que es chico, pero no necesito más. Tengo todo cerca, bajo a comprar el pan y vuelvo a mis cosas", indica el hombre de 89 años de edad, que cada cierto tiempo recibe la visita de una de sus hermanas.

Para optimizar el espacio, Bernhard instaló varias repisas y el televisor lo "clavó" a la pared. "Hay que ingeniárselas como sea", apunta.

"Un caballo de batalla en este segmento, es el de un dormitorio cerca de la universidad"

Nathalie Dubois"