Secciones

Angélica Vásquez V.

E-mail Compartir

Así tal cual, inspirada en el libro famoso "Sopa de pollo para el Alma". Para mí el caldillo de mariscos que preparo me otorga todo ese respaldo y bienestar que necesito de vez en cuando. Mi fuerte nunca ha sido cocinar, pero me encantan los sabores de ciertas comidas, y la lista la encabezan las comiditas calientes: cazuelas y caldillos ¿Por qué? Porque es mucho más que el sabor, delicioso por cierto. Es todo. Una verdadera ceremonia, comprar los ingredientes, juntarlos, prepararlos y voilà… y eso es una terapia. Es calor del rico, un cuerpito con un corazón latiendo. Cuando me siento algo cansada, o un poco bajoneada, o con muchas cosas por hacer, me dirijo a un local de congelados y me abastezco de todo. Me siento grande, una chef profesional y llego con ansiedad a la casa. Lo sé desde antes... sé que me quedará delicioso, y que tendré que repetirme el plato. Y claro que es caldillo para el Alma, porque al estar en medio de todo ese proceso, me vuelvo a conectar, vuelvo a la fuente. Retomo la gratitud, tan bella y mágica, por dios. Retomo mi poder de crear, decidir, ejecutar y por qué no, saborear. Y eso no es menor. Cuando mi cuerpo se entibia, se entibia mi vida. Me doy cuenta de todo lo que tengo a mi favor, y del drama innecesario en el que caigo cuando comienzo a racionalizar todo. Cuando menos analizo todo, mejor funciona mi vida. ¡Es la época del sentir! Por eso mi humilde consejo es que dele con todo a esas sopas y caldillos para el Alma. Su corazón se los agradecerá y su esencia vibrará alto, tal y como les corresponde. No pierde nada. También es la era de la ganancia, en serio, juegue a ganador. Permítase esa exquisita preparación y luego con hartos nanais siga con cucharadas soperas para todas sus emociones, energías, amores, dolores, penitas, placeres... ¡todo! ¡Qué cosa más rica! Un gran abrazo para todos. ¡Y que sea el mejor caldillo de su vida!


Caldillos para el alma