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Colegio Inmaculada prepara el traslado a su nuevo edificio

La construcción de las nuevas dependencias en Valle Escondido debería esta lista a fines de noviembre.
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Alfonso Levet G.

A menos de dos meses de que se cumpla el plazo comprometido por la empresa constructora para terminar las obras, la comunidad educativa del Colegio Inmaculada Concepción se alista para lo que será su traslado hacia el nuevo edificio, en el sector del Valle Escondido.

El actual edificio del establecimiento, ubicado en Aníbal Pinto, obra de los arquitectos Emilio Duhart y Roberto Goycoolea, Premio Nacional de Arquitectura en 1988 y 1995, respectivamente, dará lugar a un proyecto comercial del que aún no se conocen detalles, salvo que se conservará la fachada de Aníbal Pinto.

Sabor agridulce

"Hay corazón dividido entre las funcionarias, sobre todo las más antiguas, hay algunas que llevan una vida completa trabajando aquí", confidencia el director del tradicional establecimiento Eduardo Vega Riquelme. "Su vida es el colegio y el edificio; en ese sentido, el cambio va a tener esa sensación de dulce y agraz".

El encargado ha realizado más de alguna visita a las nuevas instalaciones y considera que en términos de infraestructura será un gran salto en relación a lo que tienen. "Éste es un edificio que ha sido querible con el tiempo, con mucha historia y riqueza, pero que se ha ido quedando, el terremoto de 2010 le hizo daños y está deteriorado".

Para superar la pena que gran parte de la comunidad siente por el inminente cambio, tanto el colegio como la constructora, y ambos en conjunto, están organizando una serie de acciones y actividades de despedida.

Acciones de despedida

Hace algunos meses se realizó un registro fotográfico del lugar, con lo que se está preparando una publicación de soporte físico y digital para preservar el valor arquitectónico y patrimonial del edificio.

Para el 20 de octubre se está preparando una actividad con 800 ex alumnas del colegio, que tendrán la posibilidad de recorrer las dependencias del colegio y además participarán de una misa y un compartir recuerdos de los salones y pasillos que, en algunos casos, también fueron los de sus hijas y nietas.

La profesora Rosa Costa Tramón, está a la cabeza de las actividades organizadas por las ex alumnas y, a la vez, prepara un libro con la historia del colegio y un museo que preserve mobiliario y recursos educativos, que formaron parte de la historia del establecimiento. "En la parte racional tiene mucho sentido el traslado, porque el nuevo es un edificio maravilloso, pero la parte romántica hace lo suyo", reconoce la docente en la oficina que dentro de poco tiempo, deberá dejar atrás, "pero todo esto es por el bien del colegio, es lo mejor", reflexiona.

Ex alumnas

Su principal preocupación por estos días es preparar todo para que el 20 de octubre sea una instancia íntima y emotiva para las 800 ex alumnas que pagaron su adhesión para participar del encuentro. "Nos siguen preguntando si pueden venir más personas, pero la verdad es que no podemos, no tendríamos cómo ni dónde atenderlas", señala.

Cuenta que, para ese día, "va a haber un misa, que va a ser bien emotiva, y después van a quedar en libertad para que se paseen por todo el colegio".

Algo que despierta mucha curiosidad entre las ex alumnas más antiguas son aquellas dependencias que alguna vez fueron de uso exclusivo de las hermanas de la congregación, pero que tras el terremoto de 2010, se convirtieron en dependencias y oficinas.

La profesora Costa, que se casó en la capilla del colegio, al igual que su hija, siente que ése es uno de los lugares que más extrañará, y ni la recuperación de los vitrales y otros elementos la consuelan, "cuando nos vayamos de aquí y empiece la construcción, no pienso pasar por esta calle".

Sobre el encuentro, adelanta que "nos estamos preparando desde hace meses, y lo más lindo es que vamos a entregar un regalito, que es parte del colegio, un pedacito que se van a llevar", relata soltando algunas lágrimas.

Cuenta que no son sólo las ex alumnas las que están apenadas por el traslado, sino que, por ejemplo, las jóvenes de tercero medio se están preparando para licenciarse en el nuevo recinto, tras una vida en el colegio actual, "algunas desde pre kinder".

Por eso, ella les propuso una despedida del barrio, "sería bonito despedirnos de la comunidad, aquí estuvimos 119 años y deberíamos hacer algo en la calle Aníbal Pinto" cuenta la profe, "se lo propuse al Centro de Alumnas, y les gustó la idea, así que algo vamos a hacer".

Pese a todo, sobre el nuevo recinto Rosa Costa no tiene más que elogios. "El nuevo colegio es maravilloso, es otra cosa, recorrí un poquito no más, pero es todo iluminado y amplio, yo me imaginaba parques, áreas verdes".

"Mi primera impresión que es como un campus, con todos los edificios comunicados unos con otros, lo que va a permitir un desplazamiento en más superficie y en un bonito entorno y jardines, que aquí no tenemos".

Avance de las obras

Durante un recorrido por las nuevas instalaciones, aún en construcción pero con cerca de un 80% de avance, el director Eduardo Vega afirma con seguridad que "es el edificio educacional más moderno que va a existir en Concepción el 2019".

"La gente que ha podido ver los avances se va encantando de a poco", afirma, corroborando lo dicho por la profesora Costa.

Y aunque en la práctica el nuevo lugar está a casi tres kilómetros de la ubicación histórica del establecimiento, "una curiosidad es que vamos a seguir estando en Aníbal Pinto y en la comuna de Concepción, casi en el límite con Hualpén".

Actualmente son más de 150 personas las que trabajan en la construcción del edificio, que se ubica en una superficie aproximada de 19 mil metros cuadrados, contra los 7 mil metros cuadrados que ocupa actualmente el recinto en el centro de Concepción.

Los trabajos comenzaron en enero de este año y, de acuerdo al director, deberían terminar el 30 de noviembre. "De ahí en adelante empieza a correr el reloj para nosotros, porque tenemos que comenzar con el cambio".

La nueva construcción tiene distintos módulos de salas, laboratorios, biblioteca y una moderna pero más pequeña capilla que recibirá algunos de los elementos del recinto actual, como vitrales, bancas y las imágenes religiosas.

"Junto al acceso principal y a la capilla está lo que denominamos el corazón del colegio" cuenta el director Vega.

Los pasillos y salas de clases, pensados para 40 alumnos, lucen amplios y luminosos aún sin terminar, al igual que el gimnasio y el auditorio.

El director aprovecha de hacer algunas preguntas y tomar fotografías durante el recorrido, ya que, asegura, se avanzó bastante desde su anterior visita, durante las Fiestas Patrias.

Según encargado es probable que los gastos de mantención y seguridad en el nuevo colegio sean más altos que en el centro.

Más y mejores espacios

"Allá le dábamos la espalda a la calle San Martín, allá estamos insertos en un entorno aún en crecimiento y en una superficie mucho mayor que la actual", comenta.

Vega se detiene en un momento del recorrido, cuando cree encontrar lo que podría ser su oficina. "Todos vamos a tratar de rescatar el mobiliario más antiguo, pero lo más probable es que nos vamos a encontrar con espacios más acotados, pero los espacios, en general, son mucho más amplios".

"Ya no tenemos más patio, no tenemos cancha, hacemos taco en la mañana, otro taco cuando salen, la verdad es que es el momento para cambiarnos", reflexiona la profesora Rosa Costa, aún en el edificio antiguo.

"Las acciones de despedida sin duda que nos ayudan, es como cambiarse de casa e irse a otra porque es mejor, pero sientes la nostalgia. Es eso", concluye la docente.

"Es como cambiarse de casa e irse a otra porque es mejor, pero sientes la nostalgia"

Rosa Costa Tramón,, profesora y ex alumna."

119 años tiene el colegio Inmaculada. En sus primeros cinco años funcionó en Caupolicán.

150 personas, aproximadamente, trabajan en la construcción del nuevo colegio Inmaculada.