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Equipo chorero entrena en cemento y es puro talento

Jóvenes del Club Deportivo Social y Cultural Talcahuano se la juegan en el básquetbol, movidos a puro pulso y por amor al baloncesto.
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Manuel Muñoz González

Tres veces a la semana Nicolás Mardones se pega el pique desde San Pedro de La Paz, a su lugar de entrenamiento. "No me los pierdo", afirma. Lo mismo hace Agustín Jiménez desde el sector Mediocamino, y de más cerquita lo hace otro Agustín del grupo, Agustín Godoy, quien cruza la Avenida Colón para decir presente.

Los tres son sub 13, y son fijos en las tardes entrenando en el gimnasio municipal del del sector Perales de Talcahuano, integrantes del Club Deportivo Social y Cultural Talcahuano, donde llegan con sus poleras sin mangas, sus zapatillas y todas las ganas a escuchar y seguir las instrucciones del profe Guido Jara, para aprender a moverse y manejar mejor con la pelotita de baloncesto.

"Un compañero me invitó a entrenar y me vine. Acá me han ayudado harto, he aprendido mucho, hay excelentes compañeros", afirma Nicolás.

"Estoy acá desde que desde hace casi tres años, desde que el club empezó a funcionar. Y me ha servido mucho", agrega Agustín Jiménez.

"Yo lo paso genial, me gusta venir y aprender los conceptos sobre el básquetbol, para jugar mejor cada vez", añade Godoy.

Así como ellos, son decenas los jóvenes que llegan desde distintos puntos del Gran Concepción a entrenar al recinto de Talcahuano, movidos por una única pasión: el básquetbol.

Ni siquiera les importa que en lugar de un lujoso parquet, sea el cemento casi rústico el que sirva de "carpeta" para sus entrenamientos.

"Sabemos que no es la mejor superficie, pero al menos podemos y tenemos un espacio. Esto mismo nos motiva a que a donde vamos, entregamos lo mejor, porque es más difícil entrenar en cemento, y cuando jugamos, hacemos nuestro mejor esfuerzo", dice Nicolás.

Idea similar plantea su compañero de categoría, Agustín Godoy. "Las piernas después de un tiempo duelen un poco, no es la mejor superficie, porque es más el riesgo de lesiones, pero al menos tenemos para poder entrenar".

"Con las caídas es cuando más se sufre, pero eso da lo mismo, lo que queremos es jugar y aquí nos sentimos súper bien con los compañeros", añade Agustín Jiménez.

A puro pulso

Las tres voces de estos muchachines reflejan el verdadero espíritu de este empeñoso club de baloncesto del puerto, que se la juega por el deporte del aro, adaptándose simplemente "a lo que hay".

"Este es el gimnasio que nos conseguimos para entrenar y nos adaptamos a ello. Hemos hecho de local las veces que nos ha tocado jugar en La Tortuga, en Tumbes, pero entrenamos acá en esta cancha de cemento. Sabemos que no es lo más adecuado, pero aún así hemos seguido firme en estos casi tres años", comenta el profe a cargo de los muchachos, Guido Jara, y quien entrena junto al profe Claudio Verdugo, quien se sumó este año al club.

Guido Jara, quien hace clases de baloncesto en el Liceo La Asunción, cuenta que el club surgió tras el acuerdo de algunos padres para que sus chicos pudiera competir, luego que en una oportunidad no pudieran hacerlo por no tener la venia del establecimento educacional. "Decidimos formar un club para no depender de otras entidades para poder competir. Se armó con los apoderados del colegio. Ese mismo año incorporamos a un niño de otro colegio, y así se fueron sumando desde otros recintos, y de otras comunas", expresa el DT.

Y hasta ahora todo ha funcionado a pura voluntad y aporte de los propios padres de los niños.

"Esto funciona a puro pulso de los papás de los niños, a puro ñeque y entusiasmo. Los papás aportan sus cuotas para mantener el club, con el pago de la matrícula y la mensualidad, que son montos muy pequeños, porque nuestra esencia es ser un club social", afirma Guido.

Esa misma motivación les ha permitido competir estos dos años en Liga Bío Bío, competencia de la Asociación Regional de Básquetbol, en sub 13 y sub 15, donde se las arreglan para viajar por toda la región, sin molestar a nadie. "Nos movilizamos en auto, yo me llevo a algunos alumnos, otros papás se llevan a otros chicos, y así lo hacemos, a puro pulso para llegar a donde nos toque jugar. Este año que viajamos a Coquimbo, se juntaron las lucas de parte de los papás para los pasajes. Solo por amor al club y al básquetbol", expresa el entrenador.

Seguir creciendo

El entusiasmo ha sido siempre el mismo en el Club Deportivo Social y Cultural Talcahuano, y esperan seguir creciendo. "Estamos reclutando niños para armar la categoría mini, con niños nacidos el 2006-2007, para trabajar este semestre y ponerlos en el área competitiva el próximo año", cuenta el profe.

Mientras que en el aspecto infraestructura, la ilusión es poder conseguir un recinto y una carpeta adecuada en el futuro. Y so no, felices siguen igual en el cemento del recinto en Perales. "Esperamos que una vez se entregue el Palacio del Deporte, quizás poder entrenar ahí. Hemos pensado incluso en cambiarnos el nombre, porque no hemos recibido mucho apoyo de la municipalidad, en ese sentido nos hemos estancado un poco. Entendemos que hay cien clubes como nosotros que buscan seguir creciendo, en ese sentido no nos quejamos, tratamos de adecuarnos y sacar adelante el club y el deporte", puntualizó el entusiasta entrenador.

"Es tanto el cariño que hay por este club que uno solo piensa en seguir creciendo. Esto ha sido todo a puro pulso".

Guido Jara, entrenador."

"Sabemos que no es la mejor superficie, pero al menos tenemos un espacio para entrenar y hacer lo que nos gusta".

Nicolás Mardones, sub 13."

3 veces a la semana entrenan los muchachos del club cestero, en series sub 13 y sub 15.

3 años de funcionamiento en la comuna puerto tiene el Club Social y Cultural Talcahuano.