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[Adolfo Montiel, Abogado]

"Los derechos humanos no son de la izquierda ni de la derecha"

El destacado profesional, que cumplió 50 años ejerciendo su labor, sostiene que los derechos humanos se abren como un abanico y van cambiando. Añade que hoy, el pueblo Mapuche es uno de los más atropellados en este sentido.
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José Manuel Castillo

Proteger y fomentar el respeto a los derechos humanos ha sido el principal objetivo profesional y de vida del abogado Adolfo Montiel Gómez. Nacido hace 77 años en Nueva Imperial, fue reconocido hace pocos días, por el Poder Judicial, por el trabajo desarrollado en ese campo. "Este reconocimiento lo recibo a nombre de las víctimas de la represión. Fundamentalmente a las familias de los desaparecidos, torturados y asesinados. Estas personas fueron las primeras en luchar contra de la Dictadura. Después llegaron los políticos", señala.

A pocos días del 45° aniversario del Golpe de Estado de 1973, Montiel enfatiza que los derechos humanos no tienen que ver sólo con la política. "No son de derecha ni de izquierda. Son de todas las personas", sentencia.

"Los Derechos Humanos comienzan a positivarse tras la Segunda Guerra Mundial. Antes habían derechos humanos, pero no eran para todas las personas (...) cuando se vuelven universales, parten consagrando derechos políticos, el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad. Después vienen los derechos económicos y sociales, como el derecho a la vivienda, a la atención de salud y ahora viene una tercera generación, como el derecho a una identidad sexual y a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. De ahí también viene el derecho a la privacidad. Hoy existe una intrusión en la vida privada terrible. Habría que empezar a legislar sobre eso, porque los derechos humanos son un abanico abierto. No se agotan", sostiene.

su historia

Adolfo Montiel sostiene que se vio involucrado en el tema de la defensa de los derechos humanos pocos días después del Golpe Militar. "Comienzo a colaborar con la Vicaría de la Solidaridad y el Comité Pro Paz. Trabajamos bastante tiempo ahí, presentando amparos, los cuales generalmente eran rechazados", recuerda.

"Junto con defender a la gente, denunciamos el clima represivo que se estaba realizando en nuestra patria. Con poco resultado, lamentablemente, porque casi todos los casos iban a la Justicia Militar", añade.

"Mi trayectoria en la defensa de los Derechos Humanos tuvo un alto costo para mí y para mi familia. Yo era una persona muy desagradable para los organismos oficiales. No tenía apoyo de nadie. Pero fuimos creciendo, ganando espacio y a mis 77 años, puedo decir que me siento realizado. Creo que hice lo que todos los abogados debiésemos haber hecho y fuimos muy pocos. Fundamentalmente fue la Iglesia Católica y algunos abogados. El resto, guardó silencio", dice.

Montiel, que sigue trabajando en los casos Fernando Álvarez y Vega Monumental, entre otros, señala que él y su esposa fueron exonerados de sus empleos. "La pasamos mal, sin clientela y con la CNI a la cola", añade.

tema mapuche

Adolfo sostiene que si hay un grupo que hoy sufre atropellos a sus derechos humanos, es el Mapuche. Relata que cuando niño, en su natal Nueva Imperial, se conmovía al ver las difíciles condiciones en que vivía la población indígena.

"Mi padre era abogado allí y desde chico conocí la pobreza del Pueblo Mapuche. Eso me llamó la atención y me empecé a interiorizar", sostiene.

"Crecí leyendo sobre ellos. El Parlamento de Tapihue, de 1825, determinó que el límite del territorio mapuche era el Biobío y el Toltén, pero Chile no respetó eso. Empezó a correr el cerco. La línea pasó del Biobío al Malleco, luego al Traiguén y después al Cautín. Fueron colocando fuertes y las tierras pasaron a manos de extranjeros o a empresas chilenas. El Presidente Pérez (José Joaquín) se adjudica La Araucanía sin tratados. Finalmente, en el gobierno de Santa María (1881-1886) los mapuches son reducidos a seis hectáreas en promedio por familia", indica.

"Ellos, que eran dueños de La Araucanía por el lado chileno y argentino, eran ricos y de la noche a la mañana se ven reducidos. Les exigieron probar posesión sobre la tierra y como no la tenían comienza el éxodo a Santiago. Las mujeres iban de empleadas domésticas y los hombres de obreros panificadores", sostiene.

Añade que en el gobierno de Lagos se firma el Nuevo Trato con el Pueblo Mapuche. "Se comprometieron a darles reconocimiento constitucional, pero no se ha cumplido. No hay modificación de la ley. No son dueños del subsuelo, solo de lo superficial", dice.

"Hoy se hacen comisiones de cúpula estructuradas con empresarios y agricultores. Así no van a llegar a nada y por eso es que hay algunos mapuches que van por otra línea, como la CAM por ejemplo. Así como van, este conflicto no tiene solución a corto plazo. Desde mi punto de vista la solución es que el Estado ponga gente que entienda de este tema, como antropólogos, sociólogos e historiadores y conversen con los mapuches para saber qué quieren, pero tiene que ser comunidad por comunidad. Recuerde que ellos no tenían un jefe, una organización vertical, ellos eran horizontales. Solo en caso de guerra se unían y el toqui era provisorio. Ellos tienen una cosmovisión distinta y eso, el Estado no lo respeta", puntualiza.

Adolfo Montiel"

"Denunciábamos el clima represivo que se realizaba en nuestra patria"

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