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Bocinazos son un dolor de cabeza en centro penquista

Trabajadores y vecinos de calle San Martín sufren por la contaminación acústica.
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Juan Pablo Fariña López

Una de las desventajas de vivir o trabajar en el centro de Concepción es la contaminación acústica, producto del tránsito de vehículos por las principales arterias de la ciudad. Calle San Martín es unas de las más congestionadas y vecinos expresaron a la Estrella su inquietud por los molestos ruidos que se emiten desde fuentes en movimiento.

"Es complicado vivir aquí. Si bien el tema de todo cerca es una ventaja, el constante ruido lo hace un poco agotador. A veces uno lo único que quiere es descansar un poco en la tarde después de almuerzo y no se puede", indicó Francisco Meza, que tiene un departamento en el sector.

En tanto, Enrique Muñoz, que trabaja en un local ubicado en San Martín, opinó que "uno está acostumbrado al tema del ruido, lamentablemente si la locomoción colectiva no pasara por aquí, bajarían las ventas y lo más probable es que tendríamos que cerrar, pero esto es cosa de todos los días. Si bien está prohibido tocar las bocinas, eso sólo se respeta cuando hay presencia de Carabineros, que tampoco colaboran mucho con el pito que usan".

Añadió que "es una molestia que tenemos que asumir, pero es evidente que hay una contaminación acústica".

Por su parte, Jenny Fernández, trabajadora de un quiosco en San Martín, explicó que "es muy molesto. Lo peor es que una llega más sorda a la casa después de trabajar e incluso cuesta comunicarse con las personas que vienen a comprar. Llevo unos 20 años aquí y siempre ha sido igual. Los bocinazos son lo peor y la gente igual se queja", manifestó.

Municipio

Respecto a esta problemática, Andrea Aste, encargada de la dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Concepción, aclaró que "en relación a ruidos molestos en las calles por fuentes móviles no existe una norma en el país que fiscalice aquello, sólo se puede para fuentes fijas y eso lo ve la Superintendencia de Medio Ambiente".

Agregó que "uno entiende que lo ideal sería tener solo autos eléctricos para evitar una saturación de ruido, pero estamos lejos de aquello. La tecnología apunta a eso, porque en otros países más desarrollados no se generan este tipo de molestias. Lamentablemente en Chile no es así", manifestó.

Busca contenedor que le robaron en Hualpén

Dueño ofrece recompensa por el container de dos toneladas, avaluado en $2 millones.
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Juan Pablo Fariña López

Un insólito robo se registró al interior de un terreno privado en calle Arteaga Alemparte de Hualpén, donde desconocidos sustrajeron un contenedor de dos toneladas. El empresario chileno libanés Ibrahim Youssef pretendía instalar en dicho lugar un galpón con fines recreativos y dejó el recipiente de carga para iniciar los trabajos.

El afectado indicó que "usaba allí el container como oficina y bodega de materiales de construcción como comienzo de la faena, para que personal de CGE nos hiciera un empalme eléctrico. Tenía pensado empezar ahora en septiembre para concluir en octubre".

Agregó "en ese terreno debajo del Puente Juan Pablo II, que es arrendado, estoy construyendo un galpón deportivo. La idea es hacer un gimnasio enfocado para familias con escalada y juegos como mesas de pimpón, taca tacas y camas elásticas".

Al ser consultado por cómo se enteró del hecho, explicó que "estuve unos cuatro días sin ir al lugar y a mitad de la semana pasada me enteré que había desaparecido. Me avisaron los dueños del terreno sobre el retiro del container y les dije que era imposible. Uno nunca va a pensar que le van a robar algo tan pesado y grande, debieron ocupar un camión pluma".

"Desconozco cómo pudieron llevárselo, el sitio tiene un cerco perimetral sin guardias y al parecer rompieron el candado de entrada", añadió.

Cuando se enteró de lo sucedido, el empresario interpuso la demanda correspondiente en la Cuarta Comisaría de Carabineros de Hualpén, donde se investiga el caso para dar con los responsables.

La recompensa

Además, 300 mil pesos fue la recompensa que ofreció el dueño en redes sociales, para quién pueda ayudarlo con información o su ubicación. Sobre el container indicó que "es de color gris y está avaluado en dos millones de pesos. Sus dimensiones son 6 por 2,5 metros de ancho con 2,8 metros de altura. Vacío pesa unas dos toneladas".

"Uno nunca va a pensar que le van a robar algo tan grande y pesado".

Ibrahim Youssef, afectado"

6 metros por 2,5 tiene el contenedor, que vacío pesa cerca de dos toneladas.

Isleños ya tienen nave para trasladar enseres

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Materiales de construcción, enseres y automóviles fueron trasladados ayer, tras la implementación del servicio de carga marítimo desde Lebu a Isla Mocha, territorio insular que hace años esperaba un servicio de este tipo.

Son más de 800 vecinos de la isla los que se verán beneficiados. La inversión estatal asciende a los 26 millones de pesos y permitirá suplir la falta de conectividad. "Es bueno este beneficio porque el transporte de nuestras cosas es demasiado caro, estamos felices", señaló John Durán, unos de los mochanos que ayer embarcó enseres para llevar a su hogar. "Nunca pensamos que íbamos a tener esta oportunidad. Estamos contentos, ojalá perdure", dijo a su vez Gastón Varela.

El seremi de Transportes, Jaime Aravena, destacó que "este servicio traerá conectividad y junto con esto una mejor calidad de vida, y por supuesto, mejores oportunidades a través de un transporte permanente". Agregó que la puesta en marcha del servicio significa resolver administrativamente la licitación que había sido declarada desierta.

El alcalde Cristian Peña añadió que "son 40 años de espera que han tenido los mochanos. Que puedan sacar e ingresar sus productos de manera más rápida y programada va a significar un despegue económico de un territorio tan lindo como la isla Mocha".

En lo que queda del año, la barcaza realizará seis servicios de carga: dos en septiembre, uno en octubre, otro en noviembre y otros dos en diciembre.

48 toneladas es la capacidad bruta de la barcaza transbordador "Sara".

Vecinos exigen poner atajo a emanaciones en Coronel

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"A los que ya somos viejos, pero estudiamos en la escuela Rosa Medel deberían hacernos un estudio", alega la comerciante Gladys Alarcón. Ella, como varios de los vecinos que viven en Lo Rojas, han visto cómo se han ido instalando industrias que, aseguran, contaminan el ambiente más allá de lo saludable.

Enrique Tobosque, de bar "El Quitapenas", también se crió en las calles de Lo Rojas, antes de la llegada de las distintas plantas del sector. "Siempre nos meten las industrias a los pueblos que estamos más atrasados", indicó, relatando que, de niño, la vida era mucho más tranquila en el lugar: "Daba gusto vivir acá, habían canchas, íbamos a la playa, nos bañábamos; ahora ya no se puede".

La dirigenta Juana Hernández, quien lidera a las personas que reclaman por la presencia de metales pesados en sus cuerpos, sostuvo que "pienso que Quintero y Coronel son casos muy similares, la diferencia es que ellos tuvieron una emanación importante y casos de intoxicación masiva". "Día a día nos están haciendo lo mismo silenciosamente, no sé qué espera el gobierno, las empresas siguen contaminando y nadie las fiscaliza", aseguró la mujer, que representa a 50 familias.

Autoridades

El diputado Leonidas Romero dijo que, pese a que hay contaminación, "comparar Puchuncaví y Quintero con Coronel es una exageración, creo que le hace daño a la comuna".

El alcalde Boris Chamorro, adelantó que participará de un encuentro de alcaldes de "zonas de sacrificio". "Tenemos presencia de metales pesados en el organismo de nuestros habitantes y por eso vamos a constituir frente de alcaldes de zonas de sacrificio del país, para que el Estado se haga cargo de lo que viven estos municipios", dijo.