Las anécdotas que marcaron a Luis García, el Maestro
Hija del reconocido y recordado periodista y abogado penquista repasó detalles de la vida de quien marcara una época en la prensa de la zona.
Las historias de la época tenían un sabor distinto, un gustito particular, cuando provenían del puño y letra de Luis García. No por nada le decían el "Maestro". De hecho, la "M" que aparecía junto a su columna "Como lo veo lo digo", en el antiguo diario Crónica.
"Eran las copuchas de lo que pasaba en el centro de la ciudad. Veía gente pasar, le contaban cosas y las escribía después en el diario", revive María Elena García, una de sus hijas, la única que aún vive en Concepción, ya que la otra hija del "Maestro", Teresa, se radicó en Viña del Mar hace varios años.
Ese estilo daba cuenta de su particular sello, ese que dejó un recuerdo imborrable en quienes leían sus letras, primero en el extinto diario La Patria, del cual fue director, y luego en las crónicas deportivas de Crónica y diario El Sur, en los años 60 y 70.
Así lo recuerda María Elena, quien escudriñó en los recuerdos de su padre, fallecido a fines de los 90, para repasar algunas anécdotas del también abogado, quien hizo del periodismo deportivo en la zona una de sus grandes pasiones.
"Antes de ser periodista trabajó en Coronel. Era abogado en el Juzgado de Policía Local en esa comuna, pero no le gustaba mucho el tema de las leyes después. Le gustaba más el periodismo, por eso se puso a estudiar. Incluso antes estudió dos años medicina, pero se salió, porque no era lo suyo", afirma.
Fue precisamente su rol como periodista lo que hizo conocido al "Maestro", y querido por tantas personas en Conce y sus alrededores.
"La gente lo quería mucho. Él salía al centro y se demoraba un montón en llegar a la casa, en todas las esquinas se encontraba con alguien que lo conocía. Era muy amistoso. Alegre, simpático, carismático, nunca lo vi quejándose de algo, siempre optimista, muy querendón, siempre lo veía riéndose", recuerda María Elena, afirmando que para ella también fue "un "excelente papá".
Su hija comenta que él se hacía querer desde su época como abogado. "No le cobraba casi a nadie, por eso que siempre le llegaban regalos a la casa. Era poco apegado a lo material. A veces nos llegaban pavos, piernas de jamón, vinos, porque no le cobraba a la gente y lo llenaban de regalos".
Pero no le duró mucho esa pega, la que dejó cuando estuvo cerca de la muerte. "Él nunca quiso tener auto, viajaba en micro a Coronel, o en taxi. En uno de esos viajes, la micro perdió sus frenos y se fue contra los árboles de Escuadrón. Mi papá se quebró las dos piernas y la cadera. Estuvo un año acostado y enyesado. Después de eso no trabajó más como abogado y se dedicó al periodismo. De ahí que empezó a usar su bastoncito, porque quedó con una pierna más corta", relata la hija de Luis García.
bohemio y soñador
"Él hacía lo que quería", dice la hija del "Maestro". Uno de esos gustitos fue escribir sus propias memorias, un libro titulado "Setenta y ...tantos".
"Contaba sus anécdotas. Como que siempre que había un evento social, él estaba rodeado de gente, era entretenido lo que hablaba, sus conversaciones. Y sus libros los regalaba, su afán no era ganar plata, sino que era su motivación por contar sus vivencias. De hecho a él le encantaba ir al Café Haití en el centro de Conce, vivía parado fuera del café. Y ahí después se vendían sus libros", cuenta María Elena.
También incursionó en la novela: escribió "Milenchu", que fue premiada en Santiago y estuvo a punto de otorgarle a Luis García un premio nacional.
El carácter bohemio del "Maestro", añade la hija, le ganó más de un reto de parte de su esposa. "Mi mamá harto le aguantó. Él sí era muy caballero, muy respetuoso", añade.
De hecho, María Elena García recuerda que no había Navidad o Año Nuevo en que no se pegara una escapada antes de la medianoche. "Mi mamá ponía la mesa, estábamos a punto de cenar, y él se escapaba. Llegaba justo cinco para las doce de la noche, se pasaba al Centro Español, donde los amigos. Pero llegaba clavado a esa hora", repasa la hija de Luis, reviviendo algunas de las historias que se le vienen a la memoria, a la hora de recordar a su padre, el otrora "Maestro" del periodismo deportivo de los años sesenta, setenta y ochenta, y a quien apodaron algo así como el Julio Martínez de Conce.
"La gente lo quería mucho. Él salía al centro y en todas las esquinas se encontraba con alguien que lo conocía"
María Elena García"
"Estudió medicina y leyes. Medicina lo dejó a los dos años y lo de las leyes lo cambió por periodismo".
María Elena García"
1992 el año en que escribió sus memorias, graficadas en el libro "Setenta y ...tantos".