Tres instituciones se fundaron tras este muro de 267 años
En el conteo está desde un tornado en plena Plaza Independencia hasta un "raro" animal en nuestro escudo.
Diez "historias secretas" de Concepción
La ciudad de Concepción tiene 267 años de historia en su actual ubicación sobre el Valle de la Mocha. A pesar de ello, son pocos los testimonios físicos que existen a causa de los potentes terremotos y la desidia de muchos por preservar edificios y espacios públicos.
Los que quedan cuentan entretenidas historias sobre un tiempo que se fue, pero que al conocerlos, ayudan a comprender mejor el presente.
Gracias a la asesoría del historiador Alejandro Mihovilovic, aquí van diez breves relatos de hitos y lugares de la ciudad que pocos conocen. Nombres, desastres naturales, instituciones y hasta costumbres populares quedan reflejadas en estas dos páginas.
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Cuando se traslada la ciudad de Penco al Valle de la Mocha, en 1751, lo primero que se pide es sitio para instalar a las órdenes religiosas y es así como los mercedarios se ubican en Castellón con Freire. Ese muro es el único que queda de esa época. Ahí, sin embargo, ocurren otros hechos trascendentales, puesto que en 1823 en ese lugar surge el Instituto Literario (actual Liceo Enrique Molina) con lo que quedaba de los textos rescatados de la biblioteca de la Universidad Pencopolitana arrasada por el maremoto de 1751. En 1833 se crea el primer diario de Concepción, llamado "El Faro del Biobío" hecho por alumnos del Instituto Literario. Ese medio de comunicación se terminó en 1835 a consecuencia de un nuevo terremoto que dejó entre 60 y 120 muertos en la ciudad de Concepción.
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Tornado y frutas en la Plaza
En mayo de 1934 se produjo un tornado que salió desde el Biobío, atravesó parte del centro y se detuvo cerca del campus de la Universidad de Concepción. El extraño fenómeno mató a dos personas y destruyó casi la totalidad de los árboles que había en la Plaza de la Independencia. El profesor Mihovilovic señala que esos árboles son los que habían reemplazado a los primeros plantados en el lugar. Se trataba de árboles frutales, los cuales eran muy bonitos y daban sabrosas frutas que eran aprovechadas por los penquistas. El problema era cuando se acumulaban, y caían de maduras, atrayendo a miles de moscas que tornaban repugnante al lugar. Posterior a eso se plantaron tilos, los cuales, en los años sesenta eran tan frondosos que fueron reemplazados.
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La reja que impedía el mal uso del agua
En la Plaza Cruz, construida en 1876 en honor al General José María de la Cruz hay una reja que antes de llegar ahí estuvo en la Plaza de la Independencia de Concepción. El profesor Mihovilovic señala que antes de la estructura metálica hubo una de madera que se abría a las siete de la mañana y se cerraba en la tarde, con el propósito de evitar que sirviera de abrevadero a los caballos. Dice que se había vuelto costumbre que los carretoneros soltaban allí sus animales y éstos se comían todas las plantas. Finalmente se protegió sólo el sector de la pileta, porque ahí se iba a buscar el agua que muchos utilizaban para tomar, entonces no se podía depositar cualquier cosa ahí adentro. "Después, cuando agarró otro vuelo, más ornamental, la gente empezó a usarla tal como se hace en la actualidad", sostuvo.
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El 24 de enero de 1939, Concepción fue víctima de un terremoto que destruyó el 95% de sus casas y mató a cientos de vecinos. Por esos días una nave de guerra inglesa que surcaba el Pacífico Sur, llamada Exeter, navegaba frente a las costas penquistas en el marco de la preparación de la Segunda Guerra Mundial. Una vez enterados de lo acontecido en el continente el Exeter arribó con su tripulación a ayudar y, en la calle que hoy lleva el nombre de la nave instalaron un hospital de campaña para atender a los miles de heridos. La Corona Británica tenía en esta zona del mundo al Exeter junto a otras naves como el Ajax, Cumberland y Achilles, los cuales, más tarde, pelearon en la Batalla del Río de la Plata contra los alemanes. En las tareas de ayuda del Exeter, éstos iban a Valparaíso con heridos y volvían con carga. Hace 40 años, los marineros, aún vivos, se reunían en un club y la Municipalidad de Concepción los condecoró por la ayuda prestaba a la comunidad penquista afectada por esta tragedia que afectó también a Talca, Linares, Chillán, dejando un saldo oficial de 5648 personas fallecidas. En Concepción algunos fallecieron mientras veían una obra en el teatro que está frente a la plaza.
Exeter: la calle que recuerda a
los solidarios marinos ingleses
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Conozca el
verdadero nombre
de Plaza de Tribunales
La Plaza de Tribunales hoy es punto de encuentro de cientos de jóvenes penquistas. Allí practican skate, bailan breakdance y comen handrolls para pasar las horas. Lo que muy pocos saben es que la parte de la cuadra, que está hacia la esquina de O'Higgins con Castellón se llama "Plaza General René Schneider Ch." en honor al militar asesinado en Santiago el 22 de octubre de 1970. El 20 de octubre de 1971, sobre una roca allí se instaló una placa que lo recuerda, porque su familia era de Talcahuano. Un poco más allá, a la altura del monumento a O'Higgins se encontraba la casa del Coronel Patiño, oficial de O'Higgins y en cuyo inmueble se celebró la proclamación de la Independencia de Chile. En esa fiesta comieron cuatro chanchos, que fueron "bautizados" con los nombres de los principales generales realistas de prinicipio del Siglo XIX.
Primera clase
de la UdeC fue en Caupolicán
El próximo año se van a cumplir 100 años de la primera clase que se realizó en la Universidad de Concepción y una placa, ubicada en calle Caupolicán, entre San Martín y Cochrane, lo recuerda. "Hay que tener claro que es una universidad de Concepción, hecha por penquistas y para penquistas que nació con la anuencia de toda la comunidad", señala el profesor Mihovilovic. La idea de universidad -agrega- parte en las logias masónicas y la Concordia Número 13 fue una de principales. En la placa se puede leer claramente: "Universidad de Concepción 1919-1969. En este lugar, hace 50 años se inició la vida activa de la Universidad de Concepción, al dictar su primera clase a los alumnos de farmacia, dental, química industrial, el profesor don Salvador Galves Rojas. Homenaje de la escuela de Química y Farmacia y de Bioquímica en el año de su cincuentenario"
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Frente a la intersección de calle Sanders y avenida Pedro de la Valdivia (camino a Chiguayante) hay un pequeño obelisco que indica un lugar llamado "Agua de las Niñas". Mihovilovic indica que, según la tradición de fines del Siglo XIX y principios del XX, el lugar era paso obligado para las carretas que iban desde Hualqui y Chiguayante a Concepción. Como se trataba de un camino polvoriento y en el lugar había un pequeño manantial, la costumbre de la época indicaba que cuando se llegaba a la ciudad había que hacerlo bañado y con las mejores pintas. "Las mujeres traían sus zapatos guardados y allí se los cambiaban", agrega el profesor. Las personas que venían de los campos aprovechaban de lavarse la cara, los pies y arreglarse un poco antes de entrar a la ciudad. Mihovilovic cuenta que cerca de ahí había una gran tornamesa hasta donde llegaba el carro tirado por caballos de la locomoción colectiva. Allí se daba vuelta y salía de nuevo hacia Concepción por rieles. Esa tornamesa también se ocupó para el posterior tranvía eléctrico que por allí transitó.
Aquí se emperifollaban para ir a la ciudad
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El Puente Ferroviario sobre el río Biobío, por el cual hoy transita a diario el servicio de Biotrén, tiene 1889 metros de largo y fue construido, coincidentemente, el año 1889. Fue levantado con el propósito de unir a la ciudad de Concepción con las minas de carbón de Lota y el Puerto de Coronel. Inaugurado en 1890, este puente fue una de las tantas obras del gobierno del Presidente José Manuel Balmaceda (1840-1891) y se suma a otras construcciones que por su calidad hasta hoy perduran, como el Viaducto del Malleco, los diques de Talcahuano, la Canalización del Río Mapocho, el Puerto de San Antonio, mil kilómetros de vías férreas y diversos colegios públicos de calidad. "¿Después de Balmaceda qué más? José Manuel Balmaceda: un gran presidente de Chile", señala el profesor Mihovilovic.
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Cruz y mirador
que recuerda un encuentro cristiano
En el extremo norte del Cerro Chepe, a 130 metros de la calle Pedro León Gallo se encuentra una enorme cruz de concreto. El mito señala que tiene relación con los terremotos que han afectado a la ciudad, pero lo cierto es que ella -de acuerdo a lo indicado por el historiador Alejandro Mihovilovic- fue construida en 1933 con posterioridad a un encuentro cristiano que se desarrolló en nuestra ciudad. Cabe señalar que para acceder a la cruz, de 20 metros de altura, se debe transitar por una escalera de 180 metros de largo desde la calle Rodolfo Briceño. Cabe señalar que 140 metros al sur de la cruz hay un mirador, de siete metros de alto y a la cual se le cayó la escalera. Desde ahí se veía toda la ciudad. En la cruz existe la siguiente inscripción: "In Memoriam XIX Centenar Reneptionis XXXIX MCMXXXIII».
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Extraño
animal en pileta
Todos los chilenos sabemos que en nuestro escudo hay un huemul y un cóndor y eso es lo que a primera vista parece haber en el que está en la pileta de la Plaza de la Independencia. Pero si se detiene un momento y observa bien, se dará cuenta que no es un huemul lo que allí está, es un animal que tiene cuerpo de león, cola de león, cabeza y patas de caballo. ¿Hay un error?. El profesor Mihovilovic señala que el escudo, que fue diseñado por el artista británico Carlos Wood Taylor, tenía precisamente un huemul, pero cuando esta pieza fue mandada a hacer a Inglaterra allá no conocían al huemul que solo vive en Chile y Argentina y obviamente no existía en la heráldica europea. Por eso lo hicieron como se lo imaginaron, de acuerdo a las descripciones entregadas y quedó como una especie de caballo o animal mítico y desde ese momento quedó en la plaza.