Secciones

Queule: el árbol del Biobío que está en peligro de desaparecer

Desde comienzos de 2016, la Fundación Keule pelea por promover medidas que impidan la no existencia de la especie, a través de la plantación y la investigación. El fruto se utiliza para producir mermeladas, licores, jugos o dulces.
E-mail Compartir

Pablo Martínez Tizka

Dámaso Saavedra es ingeniero forestal y profesor de educación básica. Hace 20 años tenía la intención de formar un proyecto concreto para salvar una especie de la flora chilena en extinción: el queule (gomortega keule), árbol que puede alcanzar hasta 30 metros de altura y cerca de un metro de diámetro.

"No lo hice en ese momento porque esperé que alguien más lo hiciera, como alguna institución gubernamental o una ONG más importante. Nadie pensó en ello y fue ahí cuando me atreví", dijo.

Fue así como a comienzos de 2016 nació la Fundación Keule, con el objetivo de promover medidas de solución para que la especie no se extinga.

¿Por qué es tan importante salvar los queules?, Saavedra respondió que "es uno de los pocos árboles frutales de Chile como la araucaria o el avellano. Si tuviera que comparar su trascendencia con un animal, sería similar al huemul".

Además, el ingeniero forestal destacó que "en la Región del Biobío, crece principalmente en las zonas costeras. Talcahuano tiene algunos queules y lo tiene declarado como árbol representativo de la comuna. Esperamos que en Penco y en Tomé sea de la misma manera, ya que en esos lugares existe una concentración importante en los cerros".

Causas

Dámaso Saavedra contó que "el fruto era común verlo afuera de los mercados y de pronto empezó a desaparecer. No lo vendían en muchos lugares y hay varios motivos que causaron esto".

"Las plantaciones forestales afectaron el hábitat del queule, además del crecimiento del Concepción Metropolitano. Hay condominios nuevos que tienen estufas de combustión lenta y la leña proviene de los pocos bosques alternativos que quedan y que crecen en Penco y Tomé", fueron las primeras dos causas que Saavedra advirtió sobre los pocos queules que hay.

Sin embargo, hay otros factores que el profesional destacó: "Es posible que el cambio climático afecte al queule. Cuesta pensar en que haya un animal que se lo pueda comer. En algún momento se pensó que podría ser el pudú, pero es muy difícil".

Agregó que "este es un árbol que se ha logrado conservar en zonas húmedas, pero el clima ha ido cambiado, hay más deforestación y también están los incendios forestales".

Esta última causa es de especial preocupación para el futuro de los queules. "Uno de los sitios más conocidos por los botánicos es el Cerro Neuque, que en 2006 y 2009 sufrió incendios. Es por eso que nuestro trabajo se enfoca en evitar situaciones que aumenten la posibilidad de extinción".

Usos del queule

De acuerdo con Saavedra, el principal producto obtenido del queule es la mermelada, la que aún continúa vendiéndose. "Tiene características especiales. Su tamaño es similar a un níspero y era usado para hacer mermelada porque era fácil recoger un par de kilos y elaborarla. Si se sabe hacer bien, es bastante rica. Ahora tendría una categoría premium, tratándose de una especie con peligro de extinción", dijo.

Respecto al precio de esta, Saavedra afirmó que "hay personas que actualmente elaboran mermelada de queule y cobran $3.000 por un pote grande, pero estamos pensando en que hay restaurantes en Santiago que están con el tema de rescatar las especies locales para uso alimenticio, como el Boragó. Esto nos indica que el producto debiera tener un precio mayor".

La fundación, asimismo, aconsejó a quienes producen actualmente este producto. "Lo fácil era agarrar el fruto y echarlo a los tiestos para que hierva, pero así la semilla se muere. Por eso, lo más recomendable es separar la pulpa para que la semilla sea guardada. Esperamos que ese sea el futuro", contó Saavedra.

Sin embargo, la mermelada no es el único producto que se puede obtener. El director de la Fundación Keule recordó que: "había una señora que hacía tragos, dulces y jugo de queule. Cuando hablamos con ella, nos dijo que ya no se acuerda cómo se hacía porque la costumbre se ha ido perdiendo, ya que hay menos queules".

Además, añadió que "su producción está asociada a pequeños campesinos. Con la actividad forestal se terminan yendo y el fruto queda botado".

Además, el conocedor de los queules señaló que "si te comías cinco frutos con la cáscara, producía embriaguez, lo que fue evidenciado con investigaciones. El licor de queule era producido especialmente por los mapuche".

Proyecciones

Dámaso Saavedra pertenece al Consejo Consultivo Regional del Medio Ambiente en la región del Biobío, en representación de las ONG regionales, en el cual ha compartido con el seremi de Medio Ambiente, Mario Delannays. "Él está consciente de la situación del queule y esperamos que pueda ayudarnos", manifestó.

No obstante, la fundación tiene objetivos claros para el futuro. "Lo primero es investigar dónde están los queules a través de la confección de un mapa y saber cuántos hay. Sabemos que hay muchos entre Penco y Tomé, pero es muy importante hacerlos visibles a través de cartografías y GPS", señaló.

Por último, los esfuerzos de la Fundación Keule se concentrarán en "recolectar el fruto y empezar a buscar las mejores recetas para poder producirlo con más frecuencia. Cuesta bastante germinar una semilla de queule. En el vivero que tenemos en Concepción estamos empezando a producir estas plantas", finalizó el ingeniero y profesor.

"El queule es uno de los pocos árboles frutales de Chile y de la región".

Dámaso Saavedra,, director Fundación Keule"

"Un pote de mermelada vale 3 mil pesos, pero como está en extinción debiera tener categoría premium".

Dámaso Saavedra,, director Fundación Keule"