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Sebastián Jans: el líder masón hincha del Colo y Chico Trujillo

El nuevo Gran Maestro de la Logia chilena hizo un alto en su agenda para recibir a La Estrella. Una mirada a la, para algunos, poderosa organización.
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Guillermo Ávila N.

El nuevo Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Sebastián Jans Pérez, llegó tarde a la masonería. A los 33 años, número clave en la institución, y cuando se lo pidieron. "Yo no tenía antecedentes de mi familia o miembros de la orden. Pero sí mi padre tenía muchos amigos que eran masones. Me llamó la atención de ellos la capacidad de exponer, sus conocimientos. La cultura".

Jans, oriundo de Temuco, casado y con dos hijos saltó a la palestra nacional el 21 de abril de este año luego de imponerse con un 55% de las preferencias a Mario Cabezas y el candidato mediático Jaime Campos, el mismo ex ministro de Justicia de Bachelet que no le dio la firma al decreto respecto al cierre del penal Punta Peuco, horas antes de entregar mandato a Piñera.

"Yo valoro mucho las convicciones del hermano Jaime Campos, con quien competí. No tengo todos los antecedentes como para tener una opinión", dice Jans, administrador de empresas, escritor (historia y narrativa), liberal (partidario del matrimonio igualitario: "la ley lo debe acoger" y la eutanasia) y defensor de la educación pública. Atributos, en primera instancia, de chapa docta. Que proyecta y tiene. El cargo "ad honorem" lo ejercerá hasta el 2022.

En realidad, a sus adentros y ya más relajado de corbata, cohabita otro Sebastián Jans. Uno terrenal, cercano: hincha del 'Popular' que no pierde huella al Colo Colo, devoto de bandas como Chico Trujillo, Banda Conmoción e Inti Illimani, y cuando zafa a los estrictos códigos, se sumerge cerca, en el rincón porteño de la 'Isla de la Fantasía', aquel enclave parroquiano de la gastronomía generosa y cueca chora.

Jans se anima: "Tengo las aficiones de todo hombre común: me gustan los boleros, la música mexicana, también la refinada, pero soy de ir al estadio. Mi esposa, Rosalía, le agrada lo que hago; mi familia, en general, me apoya".

Y ese apoyo es clave en su día a día. "El que refunfuña un poco es mi nieto Ignacio: él ha estado un poco perjudicado con esto". Y eso es la Logia. Su máxima: el compromiso. "Fui tres veces presidente de logias. He ocupado cargos nacionales. Soy un hombre de nuestro tiempo, con virtudes y defectos, y que las condiciones institucionales me llevaron a ocupar este cargo".

-¿Es la masonería una sociedad fraternal?

"Exactamente".

-Algunos los consideran como una secta. Al igual que otras sociedades secretas, ¿serían iniciáticas, graduales, ritualistas, simbólicas y herméticas?

"Lo que pasa es que la masonería… siempre explico yo que no tienen un propósito de secreto. Tenemos una casa en plena avenida Brasil, frente a dos monumentos importantes para nosotros. Por tanto, hay una presencia en la ciudad. Pero los aspectos ceremoniales son privados. Como es una organización que es iniciática, requiere aspectos que son propios para quien es iniciado. Hay que vivirlo. Está dirigida a procesos de la conciencia, donde lo emocional es importante. La percepción abstracta, por decirlo así, es muy relevante. Por tanto, eso es lo que se preserva en un sentido de discreción de vida de efectos íntimos más que personales".

-¿En qué consisten estos rituales?

"Son procesos similares a las antiguas entidades iniciáticas: los pitagóricos, los órficos… en fin, hay una historia larga de organizaciones iniciáticas, de las cuales nosotros recogemos esa herencia. Para que la persona adquiera una comprensión de valores".

Valores y grados

Esos valores a los que alude Jans son tres: ética (de la fraternidad), tolerancia y la filantropía. Valores que se adquieren a través de tres grados: aprendiz, compañero y maestro, para concluir con el grado 33. "Todas, etapas de construcción personal".

De acuerdo al Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, la educación es uno de los grandes temas de los masones, donde, a su juicio, las personas pueden construir su libertad de conciencia, con derecho a autodeterminarse y buscar la felicidad. "La única vez que la masonería ha tomado una opinión para incidir en la sociedad, fue cuando se debatió la Ley de Instrucción Primaria, en 1920. La masonería tomó el acuerdo de que eso era fundamental para los niños, el país". Pero hubo una otra vez. "Cuando se estableció la Ley de Defensa de la Democracia. El Gran Maestro de la época, con respaldo dentro de la masonería, le mandó una carta al presidente Gabriel González Videla señalando el menoscabo a la democracia". El mismo Jans, durante la dictadura militar, luchó por la vuelta a la democracia en los '80.

De allí su prioridad como eje al cargo en cuatro puntos. Impronta: construir una voluntad para que todos tengan la misma condición de acceso a una educación de calidad. También reflexión más potente desde el punto de vista de lo que es la realidad del cambio climático. La profundización del estado laico. Y potenciar las formaciones iniciáticas.

-¿Es la masonería machista y elitista?

"No, la masonería hay que vivirla en el género por los mismos procesos iniciáticos. A las hermanas de la logia femenina jamás se les ocurriría pensar que vamos a hacer una masonería en conjunto, porque entienden que los procesos iniciáticos tienen cierta condición. Tampoco somos elitistas. Acá, en la masonería, hay grandes personajes desde el punto de vista de la presencia nacional, pero hay grandes personajes desde la óptica moral. Muchos de origen bastante humilde".

-¿Cómo es el Dios o Gran Arquitecto del Universo que ustedes denominan?

"Todos los dioses tienen sus nombres, definiciones y comprensión de acuerdo a distintas visiones. Ese dios tenemos que ponerle un nombre que a nadie le afectara y fuera comprensivo en las distintas versiones. El Arquitecto del Universo, que llamamos, es la idea de divinidad que cada cual quiera darle. Hay cosas dentro de nuestro simbolismo que incorporan la idea de comprensión múltiple".

"En la masonería, hay grandes personajes desde el punto de vista de la presencia nacional, pero hay grandes personajes desde la óptica moral".

Sebastián Jans Pérez"