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Angélica Vásquez V.

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El frío impresionante de Concepción hace que de una me meta en la cama y comience a ver películas, esto me encanta. Pesqué una rápidamente y… es de zombies. Y se me sale la terapeuta que llevo dentro. No puedo dejar de encontrar tantas similitudes entre una película de miedo y lo que han sido nuestras vidas. No es exageración. Así, por tanto tiempo, estuvimos en estado de zombies, sin vivir, con pulso, con respiración pero sin conciencia. Y así nos fue, de mal en peor. Personalmente, cuando miro hacia atrás me sorprendo de algunos caminos que transité o situaciones en las que estuve. Una persona viva las habría detectado. En realidad, creo que mi alma las detectaba, pero el miedo y falta de amor propio me hacían seguir así en un limbo de baja energía, poca motivación, energía de zombie que sólo atraía a más de la misma especie. Pero hasta las series de zombies tienen final de temporada. Aquí es donde se presenta la rebeldía, el final inesperado, la posibilidad de elegir, creo que el papel no vale la pena y termina cansando. A mí me cansó, y a muchas personas más también. Maravilloso, por cierto. O sea, podríamos decir que por fatiga de material, este impulso nuevo que una vez más nos envían desde el fabuloso cosmos nos permite replantearnos, respirar y despertar. Así. Despertar. Con tutti. Reconociendo nuestro pasado "zombiliano", pero asumiendo la responsabilidad de lo que significa la nueva vida. Nada más de cosas a medias, nada más de boicot, nada más de visitas a zombielandia. Con todo, con power, con amor, en conciencia. ¿Se puede en verdad? Claro, el milagro de crear y creer, reconociendo que el Universo es mucho más inteligente que nosotros, y permitiéndonos recibir esa magia, claro está. Abriéndonos una y otra vez, como la Flor de Loto, eternas capitas que se abren a cada instante, a cada minuto, cada vez que el deseo profundo de dejar de ser zombie sea fuertemente manifestado al cielo.


Cómo dejé de ser zombie

La foto más nítida de Neptuno desde la Tierra

La imagen fue lograda por el Very Large Telescope (VLT), que se encuentra en Cerro Paranal, Región de Antofagasta. Es la mejor fotografía del octavo planeta en la historia, captada desde un telescopio terrestre.
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Ricardo Muñoz E.

Su increíble tono azul lo hace ver como uno de los cuerpos más llamativos y bellos del universo, pero al mismo tiempo esa fascinación nos permite imaginar ¿qué tipo de mundo es el que tiene en su interior?

Desde siempre el Sol, los planetas y estrellas han llamado la atención del hombre y en nuestro Sistema Solar existe uno que destaca por su belleza y también por su estela de misterio: ese es Neptuno, el último de los ocho planetas de nuestro vecindario cósmico y el más alejado del Astro Rey.

Llamado así en honor al dios romano del mar, Neptuno es un gigante congelado con temperaturas extremas que pueden llegar hasta los 220 grados bajo cero.

En cuanto a sus curiosidades, se trata de un planeta que pertenece al grupo de los gigantes de gas (planetas que no tendrían suelo sólido y que están cubiertos de distintos elementos gaseosos, como lo son también Júpiter, Saturno, Urano) y con una distancia a La Tierra de más de cuatro mil 450 millones de kilómetros, mientras que con respecto al Sol ese número se acrecienta un poco, llegando a los 4 mil 495 millones de kilómetros.

Las fotografías más claras obtenidas de este planeta se deben a sondas espaciales con misiones como la Voyager 2, que en 1989 lo fotografió y también de imágenes captadas por telescopios en órbita, como es el caso del Hubble.

Pero recientemente los científicos lograron obtener la foto más exacta y precisa en la historia que se ha captado de Neptuno por un telescopio ubicado en la Tierra.

Tal hazaña se registró hace algunos días desde la Región de Antofagasta, al usar una nueva tecnología del Very Large Telescope (Telescopio Muy Grande), el cual se encuentra en Cerro Paranal y que está a cargo del Observatorio Europeo Austral (ESO).

El nivel de precisión que logró el equipo de expertos al obtener esta imagen fue noticia en varios portales y sitios de difusión científica a nivel mundial.

La Foto

Pero ¿cómo hicieron los científicos para obtener estas fotografías, que incluso llegarían a ser más nítidas que las del mismísimo telescopio especial Hubble?

Pues, para ello los investigadores utilizaron una nueva tecnología, combinando los instrumentos llamados Muse y Galacsi, los que al ser probados en el VLT y mediante una técnica denominada de tomografía láser y óptica adaptativa, lograron estas impactantes fotos de Neptuno.

Con esta nueva tecnología fue posible corregir algunos dolores de cabeza a los que se enfrentan los astrónomos en los telescopios, como es el caso de la turbulencia que es provocada por la atmósfera terrestre (la misma que hace que las estrellas titilen a nuestra vista) y que ocasionaba fotografías más borrosas.

En términos simples, imagine que usted en el teléfono tiene una cámara y quiere tomar una fotografía de la Luna, pero esta imagen resulta borrosa por culpa de la atmósfera terrestre.

Aplicando tecnología de punta (tal vez aplicaciones) logra corregir el molesto efecto de la atmósfera y por lo tanto mejora mucho el enfoque y así consigue obtener una fotografía muy precisa de nuestro satélite natural, tal como si usted hubiese estado en el Espacio. Algo así, pero a nivel cósmico fue lo que lograron los científicos de ESO.

"En particular, el hecho que fuese (la foto) Neptuno no es porque se esté haciendo una investigación sobre ese planeta. Lo que pasa es que se están implementando nuevos sistemas de observación en el VLT y ésta era una buena manera de demostrarlo. Para la gente, las imágenes de los planetas son fotos que fácilmente pueden comparar porque hay de internet o de las sondas que visitan y eso entrega una medida simple sobre qué tan parecidas están siendo nuestras observaciones desde La Tierra, a las que se están haciendo en el Espacio", explica.

"Se están implementando nuevos sistemas de observación y ésta era buena manera de demostrarlo"

Eduardo Unda-Sanzana, director Centro de Astronomía UA."