Leo Riquelme
Hoy es el último día de tratamiento de "Beto". Las heridas que le provocó el estar atrapado en posición vertical por cerca de 10 horas en un estrecho ducto del alcantarillado el 5 de julio de Lo Barnechea han sanado, y la posibilidad de la muerte es un triste recuerdo para quienes cuidaron a este burro, que se recupera en la Granja Educativa municipal.
Cuando el animal llegó no tenía dueño, presentaba maltrato, hipotermia, sufría lesiones graves y estaba expuesto a que el entumecimiento provocado por tantas horas de inmovilidad le comprometiera los músculos, nervios y flujo sanguíneo. Estaba agónico y tras proporcionarle analgésicos, desinflamatorios y antibióticos el equipo que lo atendió tardó cuatro días en lograr que se parara.
"La vimos súper negra, pensábamos que no iba a salir adelante (...) Barajamos la posibilidad de sacrificarlo si es que no se podía parar, porque un animal de 300, 400 kilos postrado es sufrimiento", explica la veterinaria de la municipalidad, Camila Irarrázabal, quien bautizó a su paciente como "Beto".
-¿Y por qué ese nombre?
"Porque tiene cara de Beto y responde a Beto. Es muy amable y agradecido", cuenta entre risas.
-¿Cómo se nota eso en un burro?
"Porque se nos acerca, los primeros días se quedaba dormido en mis pies. Ya está comiendo con ganas. Cada vez que llego sabe que algún premio le va a tocar, me revisa los bolsillos buscando manzanas, me deja curarle las heridas sin pegarme patadas, se toma su antiinflamatorio sin botarlo, ¡es muy bien portado!".
-¿Es habitual que sean así?
"No, en general un animal que ha sufrido maltrato no es así, pero él nota los cuidados y cariños que ha recibido. Suelen ser mucho más ariscos y sobre todo con una persona que no conozcan, pero este es casi como una mascota, se ha portado un siete".
-¿Y usted había tenido un burro de mascota?
"No, nunca. Yo soy veterinaria de especies menores, como perros y gatos, así que esto es totalmente nuevo".
-¿Es muy diferente?
"Es muy diferente y me he llevado una grata impresión, porque él ha reaccionado muy bien. Un animal tan grande igual da susto, porque te puede pegar una patada y yo soy súper chica, pero él ha sido un siete, muy cariñoso, muy tranquilo, se acerca muy cuidadoso. Lo hemos tenido que pinchar todos los días y él se deja, al igual que al darle los medicamentos en la boca. Ha sido bacán".
-¿Y el dueño aún no aparece?
"No ha aparecido, así que va a permanecer en la granja".