Chiguayante es
Único oro logrado por Chile en los últimos Odesur en la especialidad lo lograron dos exponentes locales. Ambas cuentan cómo se vive este deporte en la zona.
La segunda mejor actuación histórica consiguió Chile en los últimos juegos Odesur efectuados en Cochabamba, Bolivia, logrando un total de 132 medallas, 38 de ellas de oro.
Y una de esas preseas fue la que otorgaron las especialistas en la Pelota Vasca, Natalia Bozzo y Magdalena Muñoz, quienes fueron las encargadas de cerrar el medallero dorado nacional con su triunfo, abrochando con galardones el esfuerzo por sacar adelante este deporte, del que muy poco se sabe en la urbe penquista.
A poco más de un mes de aquella gracia, ambas exponentes cuentan cómo fue ese momento, y cómo ha sido el camino que han llevado para sacar a relucir la disciplina, la que silenciosamente tiene su espacio en Chiguayante.
"A pesar de que somos pocos, se vio reflejado el esfuerzo que pusimos todo este tiempo. Nosotras somos muy pocas, de hecho entrenamos con los hombres, eso nos ayuda a subir mucho el rendimiento", comentó la más joven de la dupla, Magdalena, con apenas 16 años y estudiante de tercero medio del Colegio Alemán.
"Entrenamos hace dos años para este torneo, como acá no hay mucha competencia, tuvimos que hacer concentraciones fuera de Chile, en Cuba y en Guadalajara, lo que nos ayudó bastante", agrega Natalia, dos décadas mayor que su partner, y con quien se entiende a la perfección dentro de la cancha a la hora de practicar "frontenis", una de las modalidades de la disciplina.
raqueta y talento
No son más de diez las personas que entrenan y practican pelota vasca en Conce, siendo el frontón del Estadio Español de Chiguayante el único espacio donde Natalia, Magdalena, Julián González y Jesús García (dupla que ganó plata en los Odesur de Bolivia), por nombrar algunos, el único espacio donde entrenar y ponerse a punto.
"No es un deporte muy masivo en Chile, de hecho existen solo tres frontones reglamentarios, dos en Santiago y uno acá en el Estadio Español, y la selección de frontenis está en Concepción", comenta Natalia, quien no sólo se dedica a entrenar, sino que en su vida laboral las hace de jefa del área comercial de Radio Bío Bío.
En su caso, cuenta, se adentró en la especialidad el 2006, aunque antes raqueteaba en otras disciplinas. "Jugaba tenis cuando chica, luego squash, donde también fui seleccionada. Siempre he sido socia del Estadio Español, donde existía este frontón, pero nadie lo ocupaba mucho. El año 2000 aproximadamente, un presidente del estadio, Sergio Álvarez, comenzó a practicar tras conocer el deporte en Argentina, ahí de a poco se fue practicando y yo comencé a entrenar igual", repasa la experimentada Natalia.
Algo parecido ocurrió con "Magda", quien también jugaba tenis desde bien chiquitita, pero que casi de casualidad llegó a ser una "pelotari". "Desde los cuatro años jugaba tenis, y como este deporte no era muy conocido no me atraía mucho. Pero como a los doce años, me llamaron a ver si podía ir a un campeonato porque faltaba gente. Acepté, pero mi idea era volver al tenis. A pesar de que no nos fue muy bien, me gustó y decidí quedarme y dejar de lado el tenis. Sentí que era lo que me gustaba", recuerda la más joven de la dupla y oro en los recientes Odesur.
Junto a su socia, pese a haber veinte años de diferencia en edad, han logrado consolidarse como pareja en el frontenis, ambas aportando lo suyo. "Al principio no había mucha cercanía, por la diferencia de edad básicamente. Pero entrenábamos juntas, se fue creando esta relación buena, ahora es mi amiga, pero además es como mi hermana mayor. Ella, además de su talento, pone la experiencia, porque ha jugado muchos campeonatos, y yo podría decir, la vitalidad o las ganas. Siento que esa misma diferencia nos da más fuerza", repasa.
más espacios
La profesionalización de las campeonas ha ido de la mano con el esfuerzo que ha puesto Estadio Español, reflejado, por ejemplo, en la llegada del entrenador mexicano Mauricio Aguilar, quien el 2010 llegó a Conce a entrenar a los deportistas, sumándose a la labor que ya realizaba el entrenador José Antonio Ciriza y más tarde Mauricio Giménez.
"Desde que llegué se podría decir que comenzó un trabajo más completo, ahí comenzó a verse el cambio técnico, de más intención de juego. En México era profesional, la experiencia es diferente a la de José, quien de hecho se tuvo que cambiar del squash a pelota vasca, incluso hizo cursos de entrenador para trabajar en esta disciplina, en ese sentido se había hecho un buen trabajo", apunta Aguilar. Y eso se ha traducido en los últimos resultados obtenidos.
No obstante, advierte, la cosa podría ser mucho mejor, si se lograse una masificación de este deporte. "Imagínate que con la única cancha que hay, las pocas personas que entrenan y practican este deporte, y se pudo ganar medallas de oro y plata. Entonces si hubiesen más espacios, se podrían alcanzar mejores resultados, la masificación es muy importante", advierte el DT mexicano, haciendo eco de la necesidad de un espacio público para practicar el deporte, tal como lo mencionaron ambas campeonas de los Odesur.
"Por ahora la única cancha que hay es la del Estadio Español, entonces se necesita una cancha pública. Cuando regresamos de Bolivia se lo planteamos a las autoridades que nos recibieron. Ya una medalla de oro debiera ser una motivación para concretarlo. Muchas veces se esperan resultados para hacer las cosas, y en este caso podemos decir que existen resultados", afirma la joven Magdalena, misma idea planteada por la experimentada Natalia Bozzo, quien sueña con vera más niños y niñas tomando la raqueta, con sus gafas protectoras, y golpeando la pelota frente al frontón, donde se preparen más futuros y futuras campeonas para la región y el país.
"Es necesario una cancha pública para que este deporte se pueda masificar y se formen más deportistas".
Natalia Bozzo, campeona nacional Odesur 2018."
la cuna de pelotaris
"Si con la única cancha que hay se lograron medallas de oro y plata, imagina lo que sería si hubiera más espacios".
Mauricio Aguilar, entrenador y ex seleccionado mexicano."
20 años de diferencia hay entre ambas campeonas de la zona, en los últimos Odesur.
315 kilómetros por hora es la velocidad máxima que ha alcanzado la bola en uno de los tiros.