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Ex sargento recordó corazonada que lo guió a milagroso rescate

Mientras en Tailandia se desarrolla la evacuación de los niños atrapados en una cueva, el ex sargento segundo de la Armada, Tomás Jaramillo, relató su experiencia en el rescate que realizó hace más de 10 años en Talcahuano.
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Alejandro Torres Caamaño

De los 12 niños atrapados en una cueva en Tailandia, hoy sólo resta evacuar a cuatro de ellos, más el instructor que los acompaña. Equipos de emergencia y voluntarios iniciaron este fin de semana la denominada fase final del rescate. El lugar fue inundado en medio de una tormenta del 23 de junio.

En la Provincia de Concepción, hace más de 10 años, se registró un hecho catalogado como milagroso, y en el que, gracias a una "corazonada", según cuenta, un ex marino logró rescatar a una joven desde una cueva junto al mar, en Talcahuano.

Johana Cárdenas, de 15 años en ese entonces, se extravió en medio de un paseo a la caleta El Soldado con sus amigos. Tras informar a los padres de la adolescente y estos a las autoridades, se inició la búsqueda de la muchacha.

Durante los dos días en que estuvo extraviada, personal naval, buzos mariscadores, familiares y amigos trabajaron en la búsqueda de la menor, a quien la mayoría daba por muerta.

Milagroso rescate

Por aquel entonces, el buzo Tomás Jaramillo era sargento segundo de la Armada. Según contó a La Estrella el ex uniformado, el 11 de septiembre de 2007, mientras desarrollaban las tareas de búsqueda, tuvo una profunda corazonada.

"Estuve en la caverna por la mañana, algo me dijo que había algo allí, pero no me quise meter porque el mar estaba malo, pero en la tarde ya ingresé y ahí estaba Johanna. Realmente fue una corazonada", relató a La Estrella.

Jaramillo encontró a la joven en una caverna submarina, a 80 metros bajo el agua, con principio de hipotermia y contusiones en su cuerpo.

"Como no apareció y alguien pilló una prenda de ella, todos buscaban un cadáver. De hecho, la búsqueda se enfocó en buscar el cuerpo. Nadie pensó que Johana iba a ser encontrada dentro de una inmensa caverna submarina", indicó.

Tomás Jaramillo agregó que dicha cueva contaba con un hueco que le permitía a la menor respirar. "La caverna tenía un espacio, una especie de hueco que le brindaba aire", señaló.

"Los mismos pescadores decían que había que salir al sector de Dichato, Pingueral y la Isla Quiriquina, porque suponían que el mar había arrojado el cuerpo hacia allá, pero algo, una señal quizá, me indicaba que ella estaba ahí", añadió.

El sargento segundo hoy retirado contó que durante una de las dos noches que la muchacha pasó en la caverna, se quedó dormida. "Ella me contó que una noche se quedó dormida y cayó al agua. Salió con heridas y golpes, pero menos mal que no cayó en algunas rocas; ahí hubiese sido peor".

Jaramillo describió a la cueva como un congelador que presentaba una serie de dificultades. "La caverna es súper fría, como un congelador; se estrecha a medida que se avanza. Cuando subía la marea, a la que estaba expuesta Johana, ella escalaba por dentro de la misma cueva para mantenerse a salvo, porque si no, el mar se la iba a llevar", detalló.

Presente

Actualmente, Tomás Jaramillo aún se dedica al buceo. "Sigo en lo mismo para lo que estudié, eso sí, de manera independiente", comentó el ex sargento segundo, quien vive, según contó, "donde siempre". "En la Araucanía, específicamente en Pitrufquen, a 30 kilómetros de Villarrica", precisó.

A pesar del milagroso rescate realizado por Jaramillo, Johana falleció hace cerca de dos años y medio a causa de un paro cardiorespiratorio.

Niños en tailandia

En Tailandia, la situación que ha suscitado gran atención a nivel internacional y que involucra a 12 niños junto a su instructor, también fue analizada por Tomás Jaramillo. Él cree que el episodio se resolverá favorablemente, aun cuando también advierte dificultades en las labores de rescate.

"Es compleja la situación por el lugar en el que se encuentran, ya que el buceo más difícil es hacia el costado, no hacia abajo. Todos los buceadores están acostumbrados a bajar, pero no hacia el costado, por eso es tan difícil", explicó.

El ex sargento segundo de la Armada cree que "hay que caminar y bucear mucho, se viene filtrando agua del suelo y baja, es como un desagüe. Pienso que se deberían enfocar en hacer una línea de abastecimiento hacia el interior y cada cierto tiempo colocar equipos que les sean suficientes para sacar a los niños".

El experto en buceo añadió que el rescate debe realizarse cuanto antes, pues afirma que la capacidad física y psicológica de los menores atrapados irá disminuyendo. "Esos niños irán disminuyendo en cuanto a su fortaleza física y mental. Si lo hacemos hoy, cuentan con una fuerza determinada, pero mañana con menos. Dentro de una caverna hay frío, no hay luz natural. Ojalá no prolonguen mucho el rescate, esto tiene que ser expedito", aseguró.

Además, comparó el hecho con lo sucedido en el norte de Chile en 2010, cuando 33 mineros quedaron atrapados tras colapsar la mina en la que trabajaban. "Creo que tienen buenas posibilidades. Es como el caso de los mineros que se vivió acá en Chile: el gobierno se puso las pilas y se puso a disposición equipos internacionales y ayuda monetaria, y tuvimos éxito y nos hicimos famosos en todo el mundo. Eso debe hacer Tailandia, debe copiarnos".

Experiencia de minero

El chorero Raúl Bustos fue precisamente uno de aquellos 33 mineros rescatados hace ocho años. Actualmente se desempeña en labores de mantención en la planta de celulosa en Nueva Aldea.

"Uno tiene la sensación de pérdida, de incertidumbre. En mi caso fue mi primer día de trabajo y no encontraba qué hacer. En cuanto a lo de Tailandia, me preocupé porque eran niños, pero al parecer están bien", contó Bustos.

El chorero agregó que su preocupación se tornó más intensa al revisar información en internet respecto a la cueva en la que los 12 niños resultaron atrapados. "La verdad es que me preocupé bastante porque revisé que la cantidad de turistas que mueren al año en ese lugar es alta".

Aún así, Bustos, al igual que Tomás Jaramillo, piensa que la situación se resolverá favorablemente. "Es bueno tener fe, para mí todos van a salir bien. Al parecer se complicaron porque no están acostumbrados a estar en esa clase de lugares, como todos, nadie está acostumbrado".

Además, Raúl Bustos, por cerca de tres años se desempeñó como entrenador de niños para un campeonato de fútbol que se realizaba en Denavi Sur. "Hace un año que dejé de serlo", añadió.

Por ello, el chorero empatizó con el instructor que acompaña a los niños tailandeses. "Estoy seguro que lo más importante en estos casos es no perder la calma, hay que mantenerse tranquilo", manifestó.

"Es bueno que los niños cuenten con un adulto que conocen bien", concluyó Bustos.

"La caverna es súper fría, como un congelador".

Tomás Jaramillo,, ex sargento segundo de Armada."

"Es bueno que los niños cuenten con un adulto al que conocen bien"

Raúl Bustos,

uno de los 33 mineros."