Carlos Paz Durán

Parte de lo que narran parece increíble y, sin embargo, resulta ser cierto. Es que algunos de los recuerdos de quienes estuvieron en uno o dos mundiales, sea como jugador, juez asistente o hincha acérrimo de la Roja, son al menos atípicos. Marco Cornez, portero de la selección que fue a España 1982, se sorprendió al ver que todos los países, excepto Chile, tenían preparador de arqueros. Rolando García, que jugó en Alemania 1974, comentó que quien en verdad hacía el equipo era Pedro Morales y no el DT Luis Álamos. Quien fue su compañero en esa Copa del Mundo, Leonardo Véliz, no se olvida que vivieron "a puertas cerradas"; y José Bizama, coronelino que alentó a la selección en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, aún sueña con el tiro de Mauricio Pinilla que dio en el travesaño del Scratch, y que vio "en vivo y en directo" tras el arco.

20 veces se ha disputado la Copa del Mundo de Fútbol. La primera fue en Uruguay 1930.

Junto a jugadores de la talla de Elías Figueroa y Carlos Caszely, Leonardo Véliz defendió a Chile en el Mundial que en 1974 se disputó en la República Federal Alemana. "Las dos semanas que estuvimos en el torneo, prácticamente vivimos en una concentración militar", señaló el ex puntero, quien agregó que "como en 1973 se había producido el Golpe Militar en nuestro país, las autoridades del Mundial y de Alemania estaban muy preocupadas de que algún grupo terrorista atentara contra nosotros, tal como había ocurrido contra deportistas israelitas en los Juegos Olímpicos de Munich 1972". "Cuando salíamos a entrenar en un bus, lo hacíamos escoltados de motos y vehículos policiales. Era algo impresionante, tanto como el lugar en que nos alojaron, una especie de castillo que desocuparon exclusivamente para que nos quedáramos allí", recordó, y agregó que "mientras estábamos casi encerrados, veíamos por televisión que las otras delegaciones recorrían la ciudad e iban de compras. Lo dela TV en sí también nos impactó, pues allá era a color, y en chilito en blanco y negro, y no era un artículo común entre la gente", dijo. "En lo futbolístico, más allá del 1-1 con Alemania Oriental y el 0-1 con la Occidental, lo que más recuerdo es el 0-0 frente a Australia, no por el partido en sí sino porque se jugó bajo un diluvio torrencial", sentenció quien estará hasta mañana en Arauco dictando un curso para el fútbol amateur.

Su pasión es el fútbol y por eso, gran parte de los pesos que reúne en la pega, los destina a seguir a la Roja en el extranjero. Debido a esa actitud, el coronelino José Bizama estuvo en el Mundial de Sudáfrica 2010 y en el de Brasil 2014, y habría estado en el actual de Rusia si los capitaneados por Claudio Bravo "hubiesen estado a la altura de las circunstancias". "Llegando a Puerto Elizabeth, Sudáfrica, lo primero con lo que me encontré fue que no estaba el vuelo contratado para llevarnos a nuestro próximo destino. Nos propusieron trasladarnos en bus por el desierto y en una cantidad enorme de horas. Ahí mismo con los otros chilenos decidimos hacer una protesta, un paro, y al rato la agencia de viajes nos puso vuelo", destacó, y adicionó que en el partido Chile-España, fui al baño público. Quedé sorprendido al ver a tanto musulmán orando de rodilla, y apuntando hacia la Meca". "En Johannesburgo, en el Restaurante Carnívoro, comí cocodrilo. Hasta carne de jirafa ofrecían", indicó, mientras que de Brasil 2014 no olvida que "pagué 450 mil pesos por un entrada para el cotejo de octavos de final. Mi asiento estaba detrás del arco brasileño en que Pinilla casi quebró el horizontal en el alargue. El palo se movió y sonó".