Buzos penquistas cuentan cómo es el rescate en cueva tailandesa
El chorero Daniel Malfanti y el chiguayantino Ricardo Jiménez describieron el trabajo de un profesional bajo las aguas, el entrenamiento necesario y el nivel de dificultad física y mental que una operación de este tipo conlleva.
Daniel Malfanti es nacido y criado en Talcahuano y dijo que "a los choreros nos gusta el mar y somos buenos para bucear y navegar. Nacimos para estar ligados a eso y lo llevamos en la sangre".
Fue así como Malfanti se convirtió en uno de los buceadores con más experiencia en el país. Fue buzo táctico de la Armada de Chile y hoy es instructor de buceo táctico y de naufragio de la agencia ANDI, que está participando en el rescate de las 13 personas (12 niños y un adulto) vivas atrapadas en la cueva de Tham Luang, en Tailandia.
El chorero señaló que "tengo contacto vía correo con Bruce Konefe, uno de los líderes del proceso allá y que como buceador en caverna es uno de los de mayor ranking".
Malfanti agregó que "un rescate de ese tipo involucra a un país. Es muy difícil efectuarlas en solitario. Es muy parecido a lo hecho con los 33 mineros años atrás. El plan de búsqueda se llevó a cabo de manera inmediata y participan buzos voluntarios, la Armada tailandesa y personas que trabajan en el área de salud. Hay que tomar en cuenta que en siete días más se espera un temporal".
La cueva Tham Luang tiene diez kilómetros de longitud, con túneles que unen cámaras inundadas con mucha agua y sin iluminación. Además, tiene subidas y bajadas muy pronunciadas.
Experiencia y equipos
Daniel Malfanti describió a los buzos que están participando en el rescate como "profesionales con muchos años de experiencia, buceando en un ambiente con visibilidad muy baja. Se requieren habilidades y conocimientos para desplazarse usando líneas y un equipamiento especial que se desarma bajo el agua".
El buceador resaltó que el equipo de trabajo debe ser especializado. "Si te sumerges en mar abierto, vas con un equipo normal. Pero si buceas en naufragios o en cavernas, hay elementos especializados necesarios que se deben usar, además de habilidades superiores con la capacidad de manejar el estrés en condiciones absolutamente adversas".
"Los años de experiencia son muchos, te hablo de 15 a 20 años. Si miras las edades de los buzos vas a descubrir que son todos de mi edad, como de 50 años, e incluso más viejos. Nadie es joven aunque lo seamos de espíritu. Los buceadores de alto nivel en naufragio y en caverna son menos de 100 en el mundo", indicó.
Ambiente hostil
Ricardo Jiménez es bombero del Grupo Especialista en Rescate Sub Acuático (Gersa) de la Segunda Compañía de Bomberos de Concepción y tiene 15 años de experiencia como buzo.
El chiguayantino, de 35 años, contó que "aprender a bucear requiere mucho entrenamiento con preparación física y mental para enfrentar esas condiciones. Las que se dan en una cueva son las más complicadas en el buceo".
¿Cuáles son esas condiciones hostiles? Daniel Malfanti respondió que "en el caso de Tailandia, imagina que no vas a ver nada y que bucearás en espacios en el que cabe tu cuerpo entre medio de rocas y para poder avanzar vas colocando líneas que sigues con el tacto".
Malfanti añadió que "es como si estuvieras en una oficina en el tercer piso, de noche, y hay un terremoto. Empiezan a caer pedazos de techo y para estar a salvo debes bajar al primer piso sin ver nada. A diferencia de este caso, en el mar es diferente porque estás en un ambiente líquido sin aire para respirar. Para eso llevas equipos, pero en espacios tan pequeños como en una cueva, puede ocurrir que ese equipamiento se enrede, se rompa y te quedes sin oxígeno".
Ricardo Jiménez, en tanto, señaló que "en el caso de una emergencia, si se te acaba el aire o tienes algún problema, sueltas tu equipo y sales a la superficie. En una cueva no tienes esa vía de escape y es una situación muy peligrosa de la que se requieren muchos años de preparación".
Sin margen de error
"Si me preguntas cuáles son los riesgos de una operación de este tipo, la respuesta es muy sencilla: perder la vida. El buceo en naufragio o en caverna no tiene margen de error, eso no existe", dijo Malfanti.
Jiménez añadió que "quienes rescatamos a personas vivimos experiencias fuertes y chocantes, pero para eso nos preparamos física y mentalmente. Han habido situaciones bastante riesgosas".
El bombero contó que estuvo en Italia en un curso de buceo. Afirmó que "los italianos llevan la delantera. El curso duró cinco meses y aprendí cosas básicas del buceo en caverna y el cómo utilizar las cuerdas guía, pero después de eso venía otro curso con especialistas. Quienes están en Tailandia son buceadores del rango más alto y equivocarse es fatal".
casos personales
Daniel Malfanti contó que "he rescatado a personas y a otros buceadores a 40 metros de profundidad. Aquello es de complejidad máxima porque hay que subir a gente a la cual le debes dar el apoyo y la confianza para llegar arriba".
Además, sostuvo que "todos los rescates de buceo ponen en riesgo la vida. Mi gente cercana comprende que uno está dispuesto a morir por salvar a otra persona, como lo hacen los bomberos".
En eso concordó Ricardo Jiménez, quien señaló que "participé en operaciones de trabajo en inundaciones, de búsqueda de personas desaparecidas en aguas en diversos puntos de la región, así como también accidentes de tránsito en los cuales un vehículo cae al río".
Jiménez continúa en el Gersa de la Segunda Compañía, institución que espera ser acreditada a nivel nacional por el Sistema Nacional de Operaciones de Bomberos de Chile.
"Si ves las edades de los buceadores en este tipo de rescates, son de 50 años e incluso más viejos".
Daniel Malfanti, buceador profesional"
"Las condiciones que se dan en una cueva son las más complicadas en el buceo"
Ricardo Jiménez,, bombero del grupo Gersa"
35 años tiene Ricardo Jiménez. 15 de ellos los ha dedicado al buceo en Bomberos.