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Con zumba y whatsapp: así viven las abuelas de hoy los nuevos 60

Participación en actividades sociales, práctica deportiva y acceso y conocimiento de las nuevas tecnologías caracterizan a esta nueva generación de adultos mayores, que dista mucho del antiguo estereotipo de la abuelita.
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Sergio Gamonal V.

"No es que me sienta joven, es que soy joven", recalca María Figueroa (65), paramédico penquista que, como muchas mujeres de su edad, está lejos de ser la típica abuelita de antaño, muchas veces caricaturizada como la anciana que se lo pasa en la casa, cocinando o tejiendo. Hoy no es raro verlas realizando ejercicio, andando en bicicleta, comunicándose incluso a través de redes sociales, con las que se han familiarizado más rápido de lo que se pudiera pensar.

"A esta edad las personas antes se sentían viejas, nosotros estamos en una nueva juventud", reitera María, quien admite haber vivido "un bajón" cuando dejó de trabajar y pasó a no hacer nada, pero pronto se dio cuenta de todo el tiempo que tenía disponible, "para ver a las amigas, hacer ejercicio. Para mí ha sido una etapa buena".

Para Gladys Ríos (64), las horas dedicadas a gimnasia, yoga o folclor "más que ganar en aprender, uno gana en amistad, en conversaciones, en salir de la casa, convivir con otras personas, reírse, compartir y ver que los problemas de uno son los mínimos en comparación con los de otros".

"Y poder sentir que te puedes mover, que todavía puedes agacharte, también es gratificante. Hasta antes de que muriera mi esposo, yo iba hasta a zumba. Me gusta moverme, sentir esa energía de que puedes hacer algo todavía", añade esta abuela moderna, quien ahora enfoca esa energía en el cuidado de dos pequeños nietos.

"Con dos guaguas en la casa, una de diez meses y otra de siete, cambiar paños, dar la leche, hacer la comida... ver que puedo hacerlo me hace sentir bien, aunque me vea estresada a veces, es bueno sentirse capaz", subraya la mujer, madre de tres hijas adultas y abuela de seis niños.

Con joviales "cincuenta y diez años", según declara, a Alejandra Muñoz no le gusta que la llamen abuela, pese a que hace cuatro años se convirtió en una con el nacimiento de su primera nieta. "Ella me dice mami", comenta esta trabajadora de supermercado, que se considera también muy joven para ser tratada de "adulta mayor".

Sola con su esposo desde que su hija se casó y formó su propio hogar, cuenta que ambos aprovechan de volver a hacer más actividades juntos, sobre todo los fines de semana, como ir al cine. "Es como volver a pololear", señala.

Sentirse vivos

"Hoy tenemos una camada de adultos mayores más informados, más profesionales, más activos, que quieren hacer más cosas", explica Marina Cuevas, encargada de la Oficina del Adulto Mayor, dependiente de la Dideco de Chiguayante.

En las diversas actividades que ofrece la comuna para la población mayor "siempre promovemos que ellos están vivos, que tienen las mismas oportunidades y derechos que todas las personas", añade la funcionaria, que subraya la importancia del empoderamiento de la llamada tercera edad para que sus derechos no sean vulnerados.

"El adulto mayor hoy sale más, está más empoderado, y nosotros como oficina queremos que ellos puedan tener autonomía y pueden ejercer sus derechos donde vayan", enfatiza, añadiendo que es fundamental "que se inserten en actividades que les hagan bien, que sociabilicen y hagan actividad física, que es muy necesaria".

Para Rita Arce, profesora de Educación Física, mucho de la condición actual de esta generación de nuevos ancianos va a depender del cuidado que tuvieron en sus años previos. "Si fue obeso y sedentario será un adulto mayor deprimido, con muchas enfermedades. Si en cambio fue un adulto activo y cuidadoso en su alimentación, en sus controles, tiene un buen futuro".

Otro problema que ve la profesional, quien trabaja con adultos mayores del Cesfam Lorenzo Arenas, es el de la salud mental, "debido a que las familias están cada vez más dispersas e incomunicadas".

Abuelas con whatsapp

En este punto, las redes sociales y aplicaciones también juegan un rol importante. "La tecnología avanza y hay una brecha que los va distanciando", indica Marina Cuevas. "En la Oficina del Adulto Mayor tenemos tallerers en los cuales los podemos ayudar en cuanto a tecnología, pero también hay muchos que ya están insertos en todo lo que es el teléfono, el correo, el whatsapp", reconoce.

Es el caso de Alejandra, quien asegura que "yo tuve teléfono con whatsapp antes que mi hija". La chiguayantina resalta lo clave que ha sido hoy para ambas contactarse por esa vía.

"Si necesita algo me avisa, o le pregunto cómo está, o si necesita que le cuide a mi nieta... aunque la mayoría de las veces nos estamos mandando fotos chistosas", admite la mujer.

A María Figueroa le costó un poco más aprender a usar esta aplicación. "Mis amigas se reían, yo no sabía cómo se mandaban los mensajes. Muchas veces mandaba letras sueltas. Pero mis sobrinas (veinteañeras) nunca se burlaron y me empezaron a guiar".

También creó una cuenta en Facebook, donde se acostumbró a escribir y compartir comentarios que, dice, de alguna manera le han ayudado a veces a desahogarse. "Yo era muy tímida, pero aprendí a decir lo que siento", comenta.

Mientras cuida a sus nietos, Gladys se mantiene también en contacto con sus amigas por redes sociales. "Nos comunicamos muchas por whatsapp, estoy en dos grupo de yoga y ahí vienen y van los comentarios, chistes, fotos, así que no estoy al margen de lo que ellas hacen".

Y asegura que nunca se complicó con el uso de la tecnología. "No estoy todo el día en eso, pero con que me llamen o me escriban por whatsapp, bien. O buscar alguna cosa específica en internet, también me gusta eso, porque si tú quieres averiguar algo, sabes que está ahí".

"También tengo Facebook, pero lo uso hasta por ahí nomás, porque es mucho copucheo, muchas cadenas y esas cosas, pero es bueno enterarse a veces de lo que hacen los demás", dice la abuela penquista.

De acuerdo a las cifras publicadas por el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), a partir de datos recogidos por la encuesta Casen 2015, en la Región del Biobío hay 389.191personas mayores de 60 años, de las cuales el 58,4% corresponde a mujeres.

"Hoy tenemos una camada de adultos mayores más informados, más activos, que quieren hacer más cosas"

Marina Cuevas,, encargada de la Oficina del Adulto Mayor de Chiguayante"

18,8% de la población en Biobío corresponde a mayores de 60 años, según datos de la Casen 2015.

58,4% de la población mayor en el Biobío son mujeres, según las cifras recogidas por el Senama.

2011 la ONU estableció el 15 de junio como Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.