Brindaron masivo adiós al carabinero asesinado
Tras la ceremonia hubo compromisos con la familia del cabo y del Gobierno.
Una multitudinaria despedida le brindó Cañete (su ciudad natal) al cabo 1° Óscar Galindo asesinado en La Pintana. Las exequias del nuevo mártir de Carabineros fueron encabezadas por el ministro del Interior y el General Director de Carabineros.
Pasadas las 14.30 horas llegaron los restos mortales a la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, ubicada en pleno centro de la ciudad, lugar que a esa hora tenía a muchos vecinos, amigos, familiares y colegas del uniformado.
Tras la misa fúnebre el ministro Andrés Chadwick declaró que "llegó el momento de modificar la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente y por tanto vamos a hacer una propuesta al Congreso para hacer una ley que establezca penas más severas para aquellos menores mayores de 14 años que cometan delitos como portar armas y cometan crímenes tan atroces como el que acabó con la vida del Cabo Galindo".
El general director, Hermes Soto, agregó: "Queremos darle tranquilidad a todos los Carabineros que vamos a trabajar con fuerza para que este hecho tan deleznable no quede en la impunidad (...) este crimen no va a disminuir nuestras ganas de seguir sirviendo a la comunidad. A su familia no la vamos a dejar sola".
"Es muy triste para toda la ciudad haber perdido a un joven que trabajaba resguardo la seguridad de la gente (...) queremos que las autoridades le pongan atajo a la delincuencia", dijo Alicia Muñoz, una de las tantas cañetinas que llegó a las exequias del cabo.
En el camposanto local el alcalde de Cañete, Jorge Radonich clamó por justicia. "Basta de muertes de personas buenas y respetables como Óscar. Exigimos justicia verdadera y eficaz, mano dura y más atribuciones para quienes tienen el deber de enfrentar a grupos organizados de delincuentes y narcotraficantes poderosos que no miden al momento de actuar y poco les importa la vida de los demás", manifestó.
"La justicia es una burla para la gente (...) creo que acá no habrá justicia y los criminales quedarán libres en poco tiempo", reclamó Natanael Saravia, uno de los tíos del funcionario policial. "Él era un joven que no merecía morir así (...) hoy estamos destruidos por su partida", agregó.