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De día es recolector; en la tarde profesor

Adner Silius, haitiano en Chile desde 2017, realiza un taller de creol en la escuela Javiera Carrera de Coronel, misma en la que estudian sus dos hijas.
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Alejandro Torres Caamaño

Adner Silius, haitiano, de 34 años, pensó en viajar a Estados Unidos en algún momento de su vida. Pero luego desistió. "Al parecer estaba complicada la cosa por allá", explicó. Finalmente, y luego de conversarlo con su familia, decidió venir a Chile.

El 31 de diciembre de 2016 tomó un vuelo junto a un primo desde República Dominicana con destino a Santiago. "Pasamos el año nuevo en el avión", bromeó. Y tras unos días en la capital, se trasladó a Coronel.

"Allí tenía a un amigo también haitiano. Él nos alojó, pero luego de 15 días, decidimos con mi primo buscar algún lugar donde arrendar". Cuestión que concretaron prontamente.

Adner logró conseguir trabajo en Starco, empresa que se dedica a servicios de recolección, limpieza y transporte de residuos en la comuna de Coronel.

"Hablé con un caballero, él me dijo que le hiciera llegar un currículum. Me dijo: ¿y dónde nos juntaríamos para que me lo entregues? No sé, le respondí. Me preguntó si podía hacer un currículum en ese mismo momento, y entonces le pedí lápiz y papel y le redacté mi currículum".

A los dos meses, a Adner Silius lo llamaron para que se integrara a Starco, empresa en la que hasta hoy se desempeña.

Recolector y profesor

Adner es padre de dos niñas, una de 4 y la mayor de 7. En noviembre del año pasado, sus hijas junto a su esposa viajaron a Chile con la finalidad de establecerse como familia.

Ya con sus hijas y esposa junto a él, comenzó a preguntar a chilenos cercanos qué colegio le convendría a sus niñas: "Todos me dijeron la escuela Javiera Carrera".

Así fue como matriculó a sus hijas en dicho recinto educativo y comenzó su relación con el establecimiento, donde a principios de año iniciaron un proyecto llamado "Yon lekól pou nou tout" (Una escuela para todos).

Adner se integró al proyecto y, de manera voluntaria, comenzó a realizar un taller de creol (lengua criolla en Haití) a asistentes de sala y profesores que atendían a sus hijas, hasta que se sumaron más integrantes, desde profesores de la escuela hasta funcionarios municipales.

La directora de la escuela Javiera Carrera de Coronel, Georgina Vinet, comentó que esto se debe a que "la inclusión no sólo es que ellos aprendan de nosotros, sino que nosotros también aprendamos de ellos".

Así, Adner se desempeña por las mañanas como recolector de residuos domiciliarios, y en las tardes de los miércoles y viernes, como profesor de creol.

Aprendizaje

Para brindar las clases de creol, debió primero dominar el español. Aquello lo logró escuchando a la gente y siendo muy receptivo.

"Los profesores tenemos memoria de elefante. Me propuse como misión aprender el idioma español. Empecé a escuchar y después quise empezar a hablar", comentó. Para ello, contó, descargó una aplicación que traducía distintos idiomas, entre ellos, del creol al español y viceversa.

Pero de pronto advirtió que la gente llamaba de forma distinta a ciertas palabras. "Por ejemplo la palabra dinero, aquí sólo la llaman como plata. También escuchaba a mucha gente usar la palabra 'cachai' para todo. Después ya la entendí e incluso yo la ocupo", confesó.

Adner aún no domina con soltura el español. Refleja un habla trabajosa pero siempre comprensible. Sus hijas, en tanto, dice que han aprendido más rápido.

Chileno aprendiz

El haitiano asegura que cada uno de sus "alumnos" ha aprendido algo de la lengua criolla de Haití, aunque "cada uno a su ritmo, algunos más lento que otros". Agrega que confía en que todos terminarán por aprenderlo.

Al trabajador le satisface ver que quienes asisten a su taller lo hacen con entusiasmo. El taller comienza a las 15.00 y termina a las 16.30 horas. "Generalmente nos quedamos hasta más tarde porque al parecer les gusta mucho el taller; son muy preguntones", bromeó.

Georgina Vinet comentó a La Estrella que Adner refleja en su rostro su carisma y su buen humor al momento de realizar los talleres.

Adner ya piensa también en estudiar. "Aún no decido qué, pero quiero estudiar", asegura. Él cree que, en su mayoría, el chileno es una buena persona, por lo que se proyecta en nuestro país junto a su familia.

"Uno puede ver en su rostro el carisma y entusiasmo que refleja"

Georgina Vinet,, directora escuela J. Carrera."

"Me he dado cuenta de que el chileno, por lo general, es una buena persona"

Adner Silius,, haitiano que enseña el creol."