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Levantando las banderas del feminismo en las poblaciones

Dirigentas de organizaciones sociales explican cómo, en distintos ámbitos, las mujeres se han ido empoderando para exigir igualdad.
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Alfonso Levet G.

Que la reivindicación de los derechos de la mujer está viviendo un momento crucial, es algo que comparten distintas dirigentas vecinales del Gran Concepción. Cinco edificios de la Universidad Católica de Concepción están en toma por el movimiento feminista a nivel local, al igual que otros dos en la UBB y cuatro facultades de la Universidad de Concepción. Y aunque las ocupaciones de facultades y el apoyo de académicas al movimiento feminista se siente algo lejano desde los barrios, la coyuntura sí ha permeado a las organizaciones sociales, en relación a demandas que, cada vez más, se perciben como urgentes.

"La comunidad es la que ha empujado este movimiento, porque el feminismo siempre ha existido, lo que pasa es que no se había expresado políticamente", afirma Rode Sierra, de la coordinadora chorera.

Allí, el rol de las mujeres es fundamental, "aunque a veces ellas mismas no sean conscientes de que desarrollan un feminismo comunitario, a través de juntas de vecinos, de las emprendedoras, madres solteras; en general, mujeres que han tenido que tomar la batuta por uno u otro motivo".

Según Rode, lo positivo es que se están validando temas para poder discutirlos y, además, hay una sensación de liberación, sin embargo, "esta ola se ha dado muy desde la academia; falta un puente que conecte a estos dos espacios, la academia y las poblaciones, falta pega ahí, es un déficit del feminismo que hay que asumir".

Según la dirigenta, en los barrios "se encuentran expresiones vivas de lo que puede denominarse como feminismo de base, donde las mujeres toman roles cruciales".

"El feminismo lleva a la liberación de las mujeres, es una herramienta para liberarse de las opresiones", reflexiona Rode Sierra. "No queremos una educación autoritaria, que es una lógica machista, y eso los estudiantes lo vienen diciendo hace muchos años".

Fortaleza y seguridad

En eso concuerda Patricia Beltrán, dirigenta vecinal e instructora de karate. "Lo que hay que cambiar es la educación sexista, hay temas que todavía no se comprenden porque se habían naturalizado", dice.

La instructora asegura que lo que está pasando en Chile está relacionado con un fenómeno mundial, "es muy interesante ver cómo se ha ido sociabilizando, las mujeres se van dando cuenta que lo que pensaban que les pasaba sólo a ellas es en realidad un tema social".

Para Beltrán, es importante que las mujeres se fortalezcan y se vuelvan más seguras de sí mismas, "como profesional y trabajadora de organizaciones sociales, mi aporte es que la mujer se empodere y fortalezca físicamente, que sea capaz de repeler un ataque y huir. No buscamos que enfrente a un agresor, pero sí que tenga herramientas para salir de una situación límite".

Cuenta, como un ejemplo que pudiera parecer sin importancia, que al principio de sus talleres de defensa personal, siempre hay mujeres a las que les cuesta gritar, independiente de su nivel educacional o socioeconómico. "Es tanta la postergación e inseguridad que a algunas les cuesta mucho; eso puede ser un reflejo de lo que viven".

"Con todo esto que estamos viendo, las mujeres empiezan a evaluar su propia historia y revisar cuántas veces han sido víctimas de acosos, de presiones. Son muchos los temas que van saliendo a la luz y está bien que ocurra", afirma.

Mujeres y fútbol

Muchas veces, las mujeres toman roles por necesidad más que por interés. Fue lo que vivió, en el ámbito del fútbol amateur, la actual presidenta del Club Deportivo Los Castaños, Marisol Ceballos.

"El presidente del club decidió no continuar, porque estaba cansado y tenía poco apoyo, entonces se acercó a mí y me preguntó si yo podía continuar", sostiene.

De eso, ha pasado más de un año y medio y, asegura, el club salió del delicado momento en el que estaba, "cuesta que en un club deportivo acepten que una mujer tenga las habilidades para estar al frente, pero cuando tomo una responsabilidad la llevo hasta el final, me gané el respeto a punta de trabajo", asegura.

Junto a su compañera de trabajo Marlen Sanhueza, Marisol lleva adelante la presidencia, secretaría, tesorería, además de la participación en las reuniones de la asociación de Barrio Norte y Anfa.

"Me preocupo de todos los detalles del club, hasta de los cumpleaños de los niños, y mi hijo es mi brazo derecho", relata orgullosa quien, además, tiene a cargo dos series menores del club, "para esto hay que tener liderazgo, y saber lidiar con todas las personas".

Con todo, Marisol cree que las mujeres pueden tomar roles principales en cualquier tipo de organización, y por eso decidió perfeccionarse y desde hace un tiempo cursa un diploma de liderazgo e innovación en gestión del fútbol amateur, que dicta la Universidad de Concepción, "fui la única que se interesó, entre los 11 clubes de la asociación".

Mamá cultiva

"Llegué a esto desde el dolor y con desesperanza, pero buscando un alivio para mi hija", cuenta Andrea Bello, vocera de la fundación Mamá Cultiva en la región, que promueve el autocultivo medicinal de cannabis.

Debido a la discapacidad de su hija Sofía, Andrea llegó al uso de aceite de cannabis, y entonces tuvo que enfrentar si hacerlo público o mantenerlo en privado.

"Decidí hacerlo público para compartir mi experiencia, que fue muy positiva en poco tiempo, y por poder hacer público este autocultivo, que era visto de mala forma en ese minuto", relata.

De a poco, dice que su hija fue dejando los medicamentos y ella fue tomando un rol protagónico en la organización, "tenemos nombre de mamá, porque al final somos las que vamos a todas".

"Siento que soy un referente, una mujer con un discurso claro en el tema cannábico, pero la verdad es que yo no quise esto, fue lo que se presentó, pero hoy me siento preparada para enfrentar a cualquiera en el tema", asegura.

"Para esto hay que tener coraje, creer en uno y sus capacidades, y la vida te pone personas adecuadas", aconseja.

Fundación iguales

Para Paz Saavedra Arriagada, de la fundación Iguales, en el ámbito de las diversidades se vive una doble discriminación, "además del peso que tiene ser mujer en la sociedad, está el hecho de ser mujer en la comunidad de la diversidad sexual".

Explica que las mujeres de la diversidad sexual no tienen cabida en las políticas públicas, "en la agenda de género se incluyen temas relacionados con la mujer, pero una mujer mercada por una sociedad patriarcal y heteronormada, o sea, una mujer heterosexual".

Incluso, asegura, "en muchas de las regulaciones que existen, la mujer no ha tenido cabida", y por eso el momento que se vive en el país es tan importante, "porque viene a responder a años y años de hostigamiento, y finalmente se ha logrado que la mujer se empodere".

Sernameg

La encargada regional de Buenas Prácticas Laborales del SernamEG, Nayareth Jara, afirma que "cuando uno quiere jugar un partido importante y ganarlo, sale con el equipo completo a la cancha y hoy se estaba quedando la mitad en la banca".

Cuenta que "hay un bajo porcentaje de sindicalización femenina, participan, pero no se suman en los roles principales. El desafío hoy día es que las mujere participen en esos espacios".

"Es hora de que nos sentemos a conversar y construyamos una sociedad más justa".

Nayareth Jara,, Sernameg"

"Siento que soy un referente, una mujer con un discurso claro en el tema cannábico".

Andrea Bello,, fundación Mamá Cultiva"

"Hay temas de desigualdad que abordar y de a poco la gente lo ha ido entendiendo"

Patricia Beltrán,, dirigenta vecinal e instructora"